En los tiempos que vivimos, el papel de la mujer ha cambiado mucho. Se le ha empoderado, se le ha pisoteado, se le ha ultrajado, se le ha elevado. Ahora ya no se piensa en la mujer como la madre de familia, sino como la mujer exitosa, la empresaria, la que se puede valer por sí misma, etc. Esto no está del todo mal, el problema es que el concepto de madre de familia lo han guardado en un cajón.
¡Y claro que se puede ser las dos cosas! El ser mujer madre de familia no quita que puedas ser mujer empresaria exitosa o mujer profesionista exitosa.
Si no se tiene en buena estima el papel de la mujer madre de familia, se está dañando la célula básica de la sociedad, la familia; y la única forma de rescatarla es hacer conciencia de que también se puede ser exitosa en la vida siendo madre de familia.
Lo cierto es que desde el principio, Dios creo al hombre y a la mujer con la misma dignidad, siendo así que ambos merecen respeto y cuidado. Ambos tienen las mismas oportunidades y derechos, ambos merecen tener lugares importantes en nuestra sociedad.
Y para eso es necesario hacer un cambio de cultura, debemos enseñar a nuestros hijos que la mujer es la corona de la creación y que merece respeto y cuidado en cualquier etapa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural; y a la mujer debemos enseñarles a hacerse respetar, a cuidarse a sí misma, a ser delicada y fuerte a la vez y a respetar al hombre de forma integral.
No importa si su vocación es a ser madre o mujer sola, a ser empresaria, artista, abogada, doctora o consagrada; debe saberse digna.
La sociedad nos impone conceptos que generan odio y que distancian al hombre de la mujer, pero nosotros como padres de familia, debemos educar a nuestros hijos para respetarse mutuamente y cuidar y proteger a quien es más débil o frágil.
Actualmente, la mujer se encuentra en una posición vulnerable, aunque algunas se quieran hacer las fuertes o quieran imponer sus ideas a la fuerza, por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos para darle su lugar a la mujer en nuestra sociedad.
PRIMERO. El respeto es la base de todo.
Ante todo y sobre todo debemos educar a nuestros hijos en el respeto, de esta forma podremos tener una sociedad digna y propicia para el desarrollo integral de cada persona.
El respeto se inculca y se vive en la familia.
Es necesario que nuestros hijos sepan respetarse a sí mismos para así respetar a los demás. Es necesario que se den a respetar para que los demás no quieran lastimarlos.
Es importante que les quede muy claro que cualquier persona tiene dignidad y debe ser tratada como persona, a pesar de sus condiciones y de que ella no se dé a respetar.
Podemos empezar por hacer que entre hermanos se respeten, que eviten los pleitos y que eviten palabras hirientes o denigrantes. También debemos evitar a toda costa, hablarles con palabras ofensivas o que les lastimen.
Si vemos que alguien en su entorno les falta al respeto, debemos defenderlos de forma respetuosa y adecuada para que ellos aprendan a hacerlo con los demás. Es importante recordar que nuestros hijos no nacen sabiendo cómo deben comportarse.
Las virtudes se adquieren viviéndolas en familia.
SEGUNDO. Que vean a la mujer como un ser delicado que merece cuidado.
Es importante que tengan un concepto adecuado de la mujer, sean niños o niñas.
Esto les dará una perspectiva adecuada y hará que actúen delicadamente con las niñas y con las mujeres en general.
Si vemos que están jugando muy brusco con las niñas, debemos intervenir para evitarlo.
Y si las niñas son las que van a molestar a los niños, también debemos intervenir para que ellas aprendan a darse su lugar.
La clave está en respetar la dignidad de la persona, que es la misma para hombres que para mujeres.
TERCERO. Que las niñas sepan que son la corona de la creación.
Cuando una niña se sabe amada y valorada, actúa de forma distinta. Se hace respetar y se comporta delicada y cuidadosa.
Es bueno que nuestras hijas comprendan a la perfección el rol tan importante que tiene la mujer en la vida de la familia y de la sociedad; que conozcan ejemplos de mujeres que han logrado destacar en los diferentes ámbitos de la vida y que tengan ejemplos a seguir cercanos.
Es importante que nosotros como papás, busquemos tratarlas con delicadeza, recordando que en muchas ocasiones son más débiles que los niños porque su naturaleza física es así.
Y aunque fueran más fuertes que los niños, es importante hacerles conciencia de que el respeto se gana y debemos también respetar a los demás.
Comenzando con los más débiles y desamparados, por ejemplo, los niños no nacidos, que en muchas ocasiones son agredidos por sus mismos padres y por la sociedad.
CUARTO. Que no crean todo lo que escuchan en los medios de comunicación.
Ahora, en las redes sociales y en los videojuegos, se pone a la mujer como un objeto que se puede usar para producir placer y luego se le puede votar sin más.
Si dejamos que nuestros hijos crezcan con este concepto, estamos educando a hombres machos que no tendrán temor de pisotear a las mujeres que se encuentren por la vida.
Debemos educarlos para que sepan tratarlas con dignidad y respeto.
Es necesario que les expliquemos por qué en algunas series o películas tratan mal a las mujeres y que busquemos una solución real a esos casos que los medios presentan.
Es importante que no idealicen esta forma de tratar a las personas, cargada de violencia y de intereses bajos, ya que cuando crezcan será el patrón que seguirán, aún inconscientemente.
Y QUINTO. Que tu ejemplo les diga cómo se debe tratar a todos.
Para complementar el punto anterior, debemos ser nosotros los modelos a seguir de nuestros hijos y enseñarles con nuestras acciones cómo debemos tratar a las personas.
El amor y el respeto no nos hacen menos, por el contrario, nos ganan autoridad con nuestros hijos.
Sé que no es fácil tratar bien a todos, y menos cuando nos han ofendido o nos han tratado mal a nosotros, pero es necesario que nuestros hijos vean que no se regresa agresión por agresión, que en alguien puede caber la prudencia y puede poner la otra mejilla para parar el problema.
Si tratamos a todos como queremos ser tratados, la vida cotidiana sería diferente. Y si educamos a nuestros hijos con estos criterios, estamos cambiando a la sociedad porque estaremos creando una nueva cultura del respeto, donde la persona es importante y donde los valores y virtudes tienen un lugar preponderante.
También es importante que nuestros hijos vean que nosotros somos capaces de ayudar a quien lo necesita sin importar que tengamos que dejar algo que a nosotros nos hace sentir bien.
Nuestro ejemplo es básico para que nuestros hijos comprendan que para tener éxito en la vida no es necesario pisotear al de enfrente o ponerle el pie al que viene detrás. También es necesario para que aprendan a tratar a todos con dignidad y respeto. Debemos comenzar nosotros a cuidar a las mujeres para que nuestros hijos sepan cómo tratarlas.
Todos tenemos una mamá, hermana, hija, abuela, amiga, compañera, etc. que nos gustaría que fuera respetada. Por lo mismo enseñemos a nuestros hijos a respetarlas en todo momento y bajo cualquier circunstancia.
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