Desaparecidos ¿y la familia?

La desaparición de un familiar conlleva situaciones muy delicadas, así que no se pueden esconder pero se deben tratar con tacto y caridad.


Desaparición de la familia 


Cuando sufrimos una situación donde algún familiar por desgracia desaparece, la familia queda sentida, sólida, quebrada y pocas veces la atendemos de forma adecuada.

Es por esto que hoy quiero enfocar mis 5 tips para atender a la familia en tiempos difíciles y cuando algún miembro ha desaparecido.

Primero. Comunica a toda la familia el problema con caridad.

Estás situaciones son muy delicadas así que no se pueden esconder pero se deben tratar con tacto y caridad.
Llevar todo esto sólo una persona es imposible así que es bueno que toda la familia comprenda con claridad lo qué pasa y que se está actuando para solucionar el problema.

De ser necesario, hay que hablar de forma personal con los más sensibles y con los más pequeños.

Segundo. La oración es el mejor consuelo. 

Si nos resguardamos en la oración y le pedimos a Dios que sea El quien tenga el control de la situación le estaremos dando un giro trascendental al problema.

La oración es una espada de dos filos que nos sana pero que también nos fortalece.

Es necesario incluir en esta oración a toda la familia y organizar jornadas de intercepción por la persona desaparecida, para que Dios sea su fortaleza y alimento.

Tercero. Si hay niños es necesario atenderlos y que se sientan seguros. 

Los niños parece que no entienden pero se dan cuenta de todo y casi nunca les prestamos la atención que requieren.

Es necesario explicarles que está pasando y decirles que todo está bajo control.

Es necesario que nos vean moderados y seguros para que se sientan protegidos.

En caso de que la situación sea muy difícil es bueno que los encarguemos con algún familiar o amigo para que no estén presentes en los momentos más complicados.

Recordemos que los niños son muy sensibles y pueden tener conflictos muy fuertes y no poder expresarlos.

Cuarto. Busca ayuda, está bien sentir miedo.

Somos humanos y sentirnos súper héroes no es adecuado, por eso es necesario buscar ayuda tanto psicológica como espiritual, además de buscar que las personas más cercanas a la familia nos acompañen físicamente.

En medio de un problema así no somos capaces de reaccionar igual y estas situaciones requieren de todos nuestros sentidos.

Además de que así no enfrentaremos todo esto solos.

Y quinto. Ofrece todo lo que está pasando a Dios. 

Cuando vienen a nuestra vida este tipo de problemas, la primera reacción es enojarnos y reclamarle a Dios por lo que nos está pasando.

Esta es una actitud muy humana pero debemos pasar a un nivel más y ofrecer todo ese dolor y frustración a Dios y pedirle que sea El quien tome control de nuestras acciones.

El dolor que se vive solo se desperdicia, el dolor que se ofrece se vuelve fecundo y da vida.

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