El tema de la autoestima está un poco devaluado gracias a que se le han dado muchos significados muy diversos pero para llegar al significado original debemos remontarnos a la Palabra de Dios, en Mateo 22, 39 encontramos el mandato de Jesús que dice “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, en esto radica el valor de la autoestima, en dejarnos amar por Dios para después amarnos nosotros y así poder amar a los demás.
Muchas veces nos preocupamos por tratar de arreglar lo que está afuera sin antes dedicar tiempo a conocernos para sanar nuestro interior y poder recibir el amor de Dios.
Solo los humanos podemos contemplar nuestra vida, pues Dios nos hizo a su imagen y semejanza, con una conciencia para buscar lo que es bueno para nosotros pero si no nos amamos, todo se complica.
Aquí te dejo mis 5 tips para lograr tener una autoestima sana.
PRIMERO. Necesitamos seguir algunos pasos para desarrollar una sana autoestima.
- Autoconocimiento. Conocerme, descubrirme, ubicar mis capacidades, habilidades y limitaciones, para saber quién soy y hacerme responsable de mis actos. Implica también comprender y manejar mis emociones.
- Autoconcepto. Se compone de las ideas con las que me identifico y que fui adquiriendo desde mi infancia a través de la forma en que me elogiaron, estimularon o corrigieron.
- Autoevaluación. Es la capacidad interior de examinar mi desempeño en alguna tarea o en el modo de manejar una situación. Requiere de introspección para identificar mis fortalezas y debilidades.
- Autoaceptación. Es la capacidad de asumir que fui hecha a imagen y semejanza de Dios. Con características únicas e irrepetibles que me dan una identidad. Quererme tal cual soy.
- Autorrespeto. Es atender mis necesidades. Expresar bien mis sentimientos y emociones, sin dañarme ni culparme. Procurando lo que me hace estar bien conmigo misma, lo que sea digno. No de más, pero no de menos.
Es así que la autoestima es la suma de todo lo anterior
SEGUNDO. Mantén sana tu autoestima.
Está sana cuando:
- Podemos vivir con integridad, comprensión y amor.
- Al valorarnos, apreciamos y respetamos a los demás.
- Irradiamos confianza y esperanza.
- Nos sentimos agradecidas por nuestras habilidades y capacidades.
- Conocemos nuestras limitaciones y debilidades, por eso podemos pedir ayuda cuando lo necesitamos, sin sentirnos menos o culpables.
- Tomamos los momentos difíciles, de depresión o crisis, como un reto que pronto superaremos y nos harán más fuertes y los vemos como una oportunidad para conocernos más, acercarnos más a Dios y promover cambios positivos en nuestra vida.
TERCERO. Reconoce cuando se está volviendo enfermiza.
Ten cuidado cuando:
- Pensamos que valemos nada o muy poco y permitimos que nos traten mal.
- Como defensa, nos volvemos desconfiadas, solitarias y apáticas incluso con nosotras mismas y el temor nos paraliza.
- Otras veces pensamos que valemos “más” que otros, los tratamos mal y buscamos humillarlos. Sobre todo a los que representan una amenaza a nuestra “alta” estima. Esto también es un vicio de la autoestima, ya que implica un desequilibrio.
- Tendemos a pisotear a los demás por tener poca empatía e inteligencia emocional. Alzamos la voz buscando intimidar, amenazar y chantajear. En las relaciones, normalmente buscamos sacar ventaja sin dar nada a cambio.
- Al sufrir derrotas nos sentimos despreciadas y desesperadas. Hay quien recurre al alcohol, cigarro, drogas y en casos extremos, al suicidio.
- El sentir inseguridad nos lleva a la envidia y celos de lo que otros poseen y reaccionar con tristeza, depresión, aparente abnegación, ansiedad, miedo, rencor, prepotencia o agresividad. Sembrando así sufrimiento y crisis en los ambientes en los que se desarrolla.
TERCERO. Jesús es el primero en dignificar a la mujer y levantar su autoestima.
Pero Cristo viene a sanar la dignidad de la mujer y lo hace a lo largo de su vida en esta tierra.
Cristo es el promotor de la verdadera dignidad de la mujer. A veces provocaba estupor, sorpresa, incluso llegaba hasta el límite del escándalo tal como nos lo muestra la Palabra de Dios, «Se sorprendían de que hablara con una mujer». (Jn 4, 27) y con esto hace que su autoestima quede sana.
Aquí están algunos ejemplos:
- La hemorroisa. (Mc 5, 25-34)
- La mujer sorprendida en adulterio. (Jn 8, 1-11)
- La samaritana en el pozo de Siquem. (Jn 4, 1-42)
- Marta y María de Betania. (Lc 10, 38-42) Y al morir Lázaro (Jn 11, 1-44)
- La mujer cananea. (Mt 15, 21-28)
- La pecadora que perfuma los pies de Jesús. (Jn 12, 1-8)
- Las mujeres al pie de la Cruz. (Jn 19, 25-27)
- La madre De Santiago y Juan. (Mt 20, 20-28)
- Las mujeres que llegan primero al sepulcro. (Mc 16, 1-8)
- María Magdalena. (Jn 20, 10-18)
CUARTO. Pero, en la actualidad ¿cómo puedo yo tener una autoestima sana?
Sabiéndome hija muy amada de Dios, hecha a su imagen y semejanza. Porque “Yahvé desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre”. Isaías 49, 1.
Entrando en un proceso de sanción interior, restableciendo una relación intima con Dios por medio un itinerario espiritual para el día a día. Te propongo uno: el itinerario espiritual de Santa María Magdalena.
- Saludo, encuentro. La que mucho amó, mucho se le perdonó. Dios toca a su puerta, ella le abre y se da el encuentro personal.
- Yo pecador. Jesús le hace tomar conciencia de sus pecados y le concede un profundo dolor de ellos, sanándola.
- Liturgia de la palabra. Ella escucha atenta la amorosa Palabra de Dios que le alimenta el espíritu.
- Homilía. Ella comprende la Palabra De Dios y la acoge en su corazón.
- Profesión de Fe. Ella cree, hace un cambio en su vida y trata de poner su Voluntad en la De Dios.
- Ofertorio. Discípula. Ella lo sigue y le busca a cada momento.
- Consagración. Este amor le lleva a seguir a Jesús hasta el momento de mayor Amor por la humanidad, al pie de la Cruz, acompañando a María y a Juan; sosteniéndole.
- Comunión. Modelo de adoradora. Encuentro intimo con Jesús a las puertas del sepulcro. Jesús la llama por su nombre. Le toca resucitado y se pierde en contemplación.
- Envío. Apóstol de los apóstoles. Es enviada, Jesús le da la misión de llevar la noticia de la resurrección a los discípulos.
¿Lo descubriste? Es el itinerario de la Santa Misa, si nosotros nos ponemos en el lugar de Santa María Magdalena en cada misa, lograremos tener una autoestima sana ya que nos sabremos muy amadas por Dios.
Es importante darnos cuenta de que la Iglesia (específicamente en México) está buscando valorar y promover la imprescindible presencia de la mujer en la vida eclesial, su enorme aporte a la evangelización de las familias y su apoyo constante a la catequesis de nuestras comunidades. (PGP 179), por eso debemos aplicarnos para estar listas, con una autoestima sana y con una dignidad de hija de Dios.
Y QUINTO. María es «el nuevo principio» de la dignidad y sana autoestima de la mujer.
No podemos terminar este encuentro sin mencionar que nuestro mejor ejemplo lo tenemos en la Santísima Virgen María. Ella que ha sido la mujer más digna por su pureza y por su obediencia, que fue sin pecado concebida y que debe ser nuestro ejemplo, debe ser nuestra maestra de virtudes y de vida.
La clave para comprender esto son las palabras de María después de la Anunciación, durante su visita a Isabel (Lc 1, 46-55), pero eso, eso te lo dejo de tarea.
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