La familia es el mejor lugar para educar a nuestros hijos en la libertad y para explicarles hasta dónde comienza el libertinaje, siempre en el marco del amor.
El tema de la libertad, en la actualidad, es un tema polémico porque de pronto la sociedad nos pone estereotipos fuera de la verdad y eso hace que nos formemos una idea falsa de lo que es la independencia.
La libertad es una facultad que Dios nos dio para escoger entre dos bienes el mayor, pero ahora nos lo venden como un pretexto para satisfacer los apetitos desordenados, a esto se le llama libertinaje.
Es algo muy complicado de entender por algunos y confunden a nuestros hijos, pero como padres de familia podemos ordenar hacia la verdad, por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos en la libertad y no en el libertinaje.
PRIMERO. La Verdad es la verdad y no cambia porque lo digan.
Es algo que debemos tener muy claro, la verdad es una y nunca cambiará, aunque la quieran adaptar. Lo que está bien está bien aunque nadie lo haga y lo que está mal está mal aunque todos lo hagan.
Y nuestros hijos lo deben entender para que no se dejen llevar por las modas o por lo que nos quieren imponer, pero que exigen independencia y libertad, aunque lo que quieren en el fondo es esclavizarnos a sus ideas o ideologías.
Y para que nuestros hijos sepan cuál es la Verdad pues nosotros debemos educarlos en esta verdad para que la conozcan y la hagan vida, sin temor a ser criticados por los que piensan de otra forma.
SEGUNDO. Debemos ser coherentes siempre.
Es importante que eduquemos a nuestros hijos coherentemente dando testimonio con nuestros actos, de esta forma nuestros hijos crecerán sabiendo que vale más ser íntegro y coherente que tener éxito basado en mentiras disfrazadas de verdad.
Nosotros debemos actuar coherentemente en todo momento, ya que nuestros hijos aprenden todo de nosotros y así sabrán cómo reaccionar ante las diferentes circunstancias que se presentan en la vida cotidiana.
Debemos actuar conforme a lo que pensamos y pensar conforme a lo que creemos.
La independencia nos exige coherencia y responsabilidad de otra forma es muy fácil que pase a ser libertinaje y egoísmo, porque hay que decirlo con claridad, el libertinaje es hijo del egoísmo ya que lo único que cuenta es sentirme bien y estar bien yo aunque me lleve entre las patas a los que están a mi alrededor.
Si queremos independencia debemos actuar con responsabilidad y ejercer correctamente nuestra libertad, de otra forma solo viviremos esclavizados a nuestro egoísmo en un libertinaje dañino.
TERCERO. Tenemos derechos, pero también responsabilidades.
En la actualidad se reclama mucho que tenemos derechos y se exige que sean respetados a toda costa, pero se olvida la otra cara de la moneda, la parte de las responsabilidades que eran consigo los derechos.
Es importante tomarlo en cuenta ya que, en muchos casos, la sociedad nos invita a recibir los beneficios de la independencia y libertad sin enfrentar las responsabilidades y compromisos que esto conlleva, porque se busca vivir a tope pero con el menor esfuerzo.
La familia es el mejor lugar para educar a nuestros hijos en la libertad y para explicarles hasta dónde comienza el libertinaje, siempre en el marco del amor.
CUARTO. La libertad implica madurez.
Madurez significa alcanzar el pleno desarrollo o tener las condiciones óptimas, tanto físicas como intelectuales y emocionales, para recibir alguna responsabilidad y así poder ser independientes, logrando un sano desarrollo integral.
Por ejemplo, si uno de nuestros hijos quiere llegar a casa hasta la media noche, primero debe demostrar que es maduro y que tiene la capacidad de afrontar las responsabilidades que esto conlleva, como es que puede no olvidar el celular para estar bien comunicado, que es capaz de avisar en qué lugar y con quién está, que es capaz de cumplir con sus deberes en casa antes de salir con los amigos, etc.
No debemos tener temor de poner requisitos a cumplir para tener algunas libertades, ya que es una forma muy fácil de medir el nivel de responsabilidad y madurez de nuestros hijos.
Y QUINTO. Mi libertad termina donde comienza la del otro.
Otro punto muy inapetente es enseñar a nuestros hijos que no son los únicos en el mundo y que es verdad que tienen libertad pero que los demás también la tenemos, por lo que no pueden exigir libertad e independencia si esta oprime, denigra, esclaviza o aniquila a alguien más.
Mi libertad termina donde comienza la de los demás, por lo que debemos aprender a respetarla y nuestros hijos deben comprenderlo muy bien para evitar que cometan atropellos.
Por mucho que quieran un juguete y que se sientan con el derecho de tenerlo, no pueden ir a arrebatárselo a su dueño solo porque creen que son libres de saciar su deseo de poseer eso; porque en todo caso el dueño del juguete también tiene derecho y está en la libertad de prestarlo o no.
Solo quien actúa con madurez y discierne hasta donde llega la verdad y hasta donde entra el orgullo, el egoísmo y el afán de protagonismo que no es otra cosa más que soberbia, puede ser independiente y tener libertad porque también tienen la capacidad de hacerse responsable de sus actos y puede saber con claridad hasta donde llega su libertad y hasta donde ya ha dado un paso al libertinaje.
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