Comenzamos un camino de preparación para llegar a la Fiesta de la Navidad, pero en pocas ocasiones reflexionamos sobre el por qué existe esta época, sobre todo ahora que la sociedad nos quiere vender todo meses antes, haciendo que se pierda el sentido trascendente del Adviento, imponiendo su propósito meramente comercial e invitándonos al consumismo.
Con mis hijos, desde pequeños, hemos establecido tradiciones familiares que nos permiten vivir el Adviento en familia y ahora que están más grandes, ya lo ven como un estilo de vida y ellos mismos buscan prepararse para que el Adviento se pueda vivir activamente en familia.
Está en nuestras manos buscar que nuestra familia viva esta época más espiritualmente, por eso aquí te dejo 5Tips para lograrlo.
PRIMERO. Ten claro lo que es el Adviento.
Para nosotros los católicos, el calendario litúrgico comienza con el Adviento y es un tiempo de espera y preparación, pero no tanto de penitencia sino de conversión y limpieza de corazón. Se trata de preparar el corazón para que pueda nacer en él el pequeño niño Dios.
Pero también es el tiempo para recordar que Jesús ha de venir otra vez y nos tiene que encontrar listos y dignos para vivir eternamente con Él, por eso el corazón debe estar preparado y nosotros tener conciencia de que lo debemos buscar en todo momento.
Es bueno que el ambiente familiar se pinte visiblemente de color Adviento, que nuestras decoraciones e incluso la música que escuchamos, sean de acuerdo a este tiempo litúrgico, así nos será más fácil vivirlo ya que todo lo que vemos y escuchamos nos lleva a la reflexión y a la preparación del corazón para recibir a Jesús.
Para esto no necesitamos gastar grandes cantidades de dinero en decoraciones y árboles gigantes, las decoraciones que tengamos, o incluso algunas hechas a mano por nuestros hijos pueden ser la mejor decoración, pues incluso se sentirán aún más involucrados y comprometidos, y así se van creando las tradiciones.
SEGUNDO. Prepara material didáctico.
Cuando tenemos hijos pequeños es bueno hacer algunas gráficas o láminas donde nuestros pequeñitos puedan entender el verdadero sentido del Adviento. Deben ser coloridas y con imágenes sencillas pero entendibles.
Tenemos el apoyo del material que se nos ofrece en los sitios católicos. Hay sitios donde encontramos material listo para imprimir para que nuestros hijos puedan iluminar.
Si nuestros hijos ya son más grandes podemos buscar lecturas, películas y material que nos permita contagiarlos de este ambiente de recogimiento y preparación que debemos vivir en familia. En Flor y Canto. Santa María de la Paz, por ejemplo, hay cápsulas en video de lo que es el Adviento y calendarios de Adviento que se pueden vivir en familia y otros para los hijos pequeños, que nos ayudan a que este adviento sea más espiritual.
La idea es que hasta los pequeños puedan hacer suyo este tiempo litúrgico.
TERCERO. La corona de Adviento
En muchas ocasiones solo ponemos la corona de Adviento por costumbre, pero es necesario hacer conciencia de lo que significa y para esto podemos pedirles a nuestros hijos que investiguen qué significa cada uno de sus elementos.
También debemos estar atentos para prender las velas cada domingo y hacer la pequeña ceremonia en familia, para esto, existen subsidios en video que nos pueden ayudar como guía, pero nosotros podemos también implementar algo más didáctico si nuestros hijos así lo requieren. Así no solo se quedará de adorno sino que nos ayudará a vivir activamente el Adviento.
CUARTO. Vive los propósitos de Adviento.
Es muy sencillo entender esto porque es una forma de ir preparando el alma para recibir a Jesús. Podemos explicarles a nuestros hijos con el ejemplo de tener una fiesta en casa: en cuanto sabemos nos preparamos y vamos limpiando la casa poco a poco, compramos adornos, pensamos en el menú, preparamos la música, etc., para que el día que lleguen los invitados este digna de ellos.
Así también nuestro corazón debe estar reluciente y listo para recibir al Rey de reyes, por eso debemos trabajar durante este tiempo para lograrlo. No es fácil porque hay que quitar todo lo que nos ata al mundo, todo lo que nos esclaviza y nos aleja de Dios, pero con la ayuda del Espíritu Santo y nuestro esfuerzo diario, se puede lograr.
Es bueno que sean acciones alcanzables y medibles para que sea fácil darnos cuenta si los estamos alcanzando o si aún nos hace falta esforzarnos para lograrlo. Mientras más reales y concretos sean estos propósitos, más fácil será que los llevemos a cabo.
Y QUINTO. El tradicional “Belén” o Nacimiento.
Una dinámica muy interactiva es que cada día del Adviento pongamos una figura o elemento del nacimiento, así nuestros hijos, sobre todo los pequeños, pueden darse cuenta de que este tiempo litúrgico nos ayuda a preparar la Navidad, es decir, el nacimiento del Niñito Jesús.
Podemos comenzar con el pesebre y luego las figuras de menos peso o más lejanas, los animalitos, los pastores hasta llegar a las figuras protagonistas como la Virgen, San José y el Niño Dios, el 24 de diciembre. Puede ser con figuras de bulto o puede ser con figuras de papel que les imprimamos a nuestros pequeños y que ellos puedan decorar para que lo sientan más personal, vayan aprendiendo la historia y la hagan suya.
Es necesario vivir un adviento más espiritual y menos materialista, donde lo más importante sea ir puliendo nuestra alma para que esté lista y preparada para recibir a Jesús en ella. Debemos empezar a vivir el Adviento nosotros para que nuestra familia llegue a vivirlo también.
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