La espera expectante es difícil de entender y practicar, por lo que es necesario saber inculcársela a nuestros hijos desde pequeños.
En este tiempo de cuaresma que estamos viviendo, escuchamos algunas expresiones que pocas veces usamos como es “espera expectante”.
A mí me generó curiosidad y fui a buscar el significado de la palabra expectación por lo que busque su significado que es: ansiedad, inquietud u otra emoción intensa que produce la espera de una cosa de interés o curiosidad, en especial cuando son muchos los que la esperan.
Ahora comprendo con claridad el termino, espera expectante, porque es precisamente lo que pasa en la cuaresma, esperamos con ansia y emoción la gran fiesta de la Pascua.
Y esto nos da la oportunidad para educar a nuestros hijos, porque los niños y jóvenes muchas veces no saben esperar y se dejan ganar por esa ansiedad o angustia que les genera la espera, por ejemplo, cuando tienen que esperar la llegada del niñito Jesús, cuando tiene que esperar las vacaciones para salir de viaje, cuando tiene que esperar a papá que se ausenta por varios días por trabajo, etc.
Pero en la actualidad, la mercadotecnia y la sociedad, estimula a nuestros hijos para que pierdan la capacidad de esperar y exijan tener todo en el momento en que ellos quieren y si no es así, la angustia y la ansiedad que no pueden controlar les hace reaccionar de forma violenta y agresiva, por eso aquí les dejo mis 5 tips para educar a nuestros hijos en la espera expectante.
Primero. Explícales que la espera es buena.
Nuestros hijos pequeños no saben esperar y es nuestra misión enseñarles y explicarles que la espera es buena.
Es necesario que nuestros hijos sepan escuchar para que puedan comprender lo que les decimos.
Hay niños muy inquietos que no tienen esa capacidad, por lo que es necesario verlos a los ojos y darles la explicación.
Estoy segura de que una vez comprendido lo que debe pasar y los pasos que vamos a seguir para lograr nuestra meta, será más fácil que aprendan a esperar.
Segundo. Ejercita su voluntad poco a poco.
Con pequeños ejercicios de virtud y de fuerza de voluntad como el esperar un poco para comer el dulce que quieren o el guardar silencio por un minuto y poco a poco ir aumentando el tiempo.
La idea es que nuestros hijos se acostumbren a dominar sus instintos y que puedan decidir hacer o no hacer lo que desean.
Tercero. Reconoce sus logros.
Es importante que les vayamos impulsando a ser mejores cada día y la mejor forma es reconocer sus logros.
Así que cuando puedan aguantar un poco, esperar para tener lo que quieren, etc., es importante hacerles ver que nos dimos cuenta y que estamos muy orgullosos de ellos.
Cuarto. Dale un sentido trascendente a la espera.
Este punto es muy interesante ya que pocas veces lo tomamos en cuenta y nos quedamos solo en el plano humano, pero siempre podemos darle un sentido sobrenatural al ofrecer nuestra espera a Dios para darle gloria y obtener mayores frutos de nuestras acciones.
Y quinto. Aunque puedas, no les des todo en el momento que ellos lo pidan.
Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, a los hijos hay que educarlos con un poco de hambre y un poco de frío, es decir, no darles todo para que aprendan a esforzarse por lo que quieren y valorar lo que logran.
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