La Paz es un tesoro que todos queremos alcanzar, pero que en la actualidad, con mucha facilidad nos roban ya que los hechos cotidianos van cargados de una gran violencia, a veces causada por situaciones fortuitas y otras por hechos que si dependen de nosotros y que en libertad escogemos, y que nos provocan estrés, angustia y violencia.
En la familia debemos tener un lugar seguro donde nuestros hijos se sientan protegidos, resguardados, contenidos y, sobre todo, amados.
A veces pensamos que nuestros hijos no se dan cuenta de todo esto, pero en realidad no es así, ellos están atentos a todo lo que pasa y se involucran, directa o indirectamente, en las problemáticas provocadas por la violencia ambiental en la que vivimos.
Es necesario que nuestros hijos tengan la seguridad de que en su familia estarán seguros, amados y protegidos por nosotros sus papás para que crezcan sanos, saludables, seguros de sí mismos y que se crean capaces de realizar lo que se les va pidiendo conforme van creciendo en edad y madurez.
Esto lo debemos propiciar nosotros como papás, es por esto que te dejo mis 5Tips para lograrlo.
PRIMERO. Cuidado con la violencia intrafamiliar.
Como decíamos, el ambiente en general está muy cargado de violencia y de malas intenciones de personas que solo buscan su propio interés y no el bien común
Es por esto que es bien fácil que en familia caigamos en la dinámica agresiva que la sociedad nos quiere imponer y que provoca que estemos siempre enojados, discutiendo, incomodos y con los guantes de box puestos.
Esto puede pasar en cualquier momento y sin que nos demos cuenta, por eso es necesario hacer recapitulación de lo que va pasando día con día para ubicar los momentos donde se nos paso la agresividad con nuestra familia y hacer un acto de reparación por Amor a ellos.
Cuando nos equivocamos y caemos en la dinámica agresiva, debemos hacer un alto en el camino, respirar profundo, escuchar a los que nos rodean, porque muchas veces el enojo no nos deja escuchar ni pensar con claridad y hacer los cambios necesarios en nuestra forma de actuar para propiciar la paz y la tranquilidad de nuestra familia.
De manera especial hay que poner atención en nuestra forma de contestarles a nuestros hijos, en la forma en que les regañamos o castigamos y sobre todo si nuestras palabras están cargadas de enojo y coraje porque ese es el momento de parar, respirar y cambiar de actitud.
No estoy diciendo que no tengamos razón y que debemos celebrarles todo lo que hagan a nuestros hijos, sino que debemos buscar tener reacciones adecuadas, acordes a las situaciones específicas y sobre todo que cada acción que realicemos esté movida por el Amor.
SEGUNDO. Que entre hermanos se traten con respeto.
Por otro lado están los hermanos que muchas veces se van llevando cada vez más pescado y que esto va generando un ambiente agresivo, de tal forma que ya no sabemos si están jugando o peleando.
Es muy fácil que nuestros hijos se contagien de la violencia que priva en el ambiente, pero nosotros debemos ayudarles a reconocer lo que siente, a darle nombre a lo que siente, a procesarlo poco a poco hasta que deje de ser incómodo o doloroso y a cambiar de actitud para actuar desde el Amor y no desde la venganza.
Es bueno enseñarles a nuestros pequeños que si nos equivocamos debemos ofrecer disculpas y que no pasa nada por hacerlo, por el contrario, se harán más virtuosos.
Los juegos agresivos solo engendran violencia en el actuar de nuestros hijos, lo miso que las películas agresivas provocan que vayan aprendiendo conductas violentas y que lo que a ellos no se les ocurre, lo ven y lo adoptan.
Por eso es muy bueno que nosotros estemos atentos a lo que nuestros hijos ven y juegan para actuar a tiempo y evitar sorpresas desagradables.
TERCERO. Atentos a la violencia en la escuela (Bullying)
En el caso de la escuela es super importante que aprendamos a observar a nuestros hijos para notar cambios de actitud repentinos y a escucharlos para que nos puedan contar todo y que sientan la confianza para contarnos detalles que nos puedan ayudar a identificar cuando están viviendo violencia o agresiones psicológicas o físicas.
Esto no es nada fácil ya que implica algo vergonzoso para ellos por eso es importante que nos tengan confianza y que evitemos ponerlos en evidencia o hacer público lo que en privado nos comparten.
También es necesario que vean que estamos dispuestos a actuar y ayudarles a todo lo que sea necesario para que estén siempre bien.
CUARTO. Que nuestros hijos puedan dialogar con nosotros.
Para lograrlo debemos propiciar los espacios y los tiempos para dialogar en familia.
A dialogar se aprende dialogando en un ambiente de confianza y respeto, por eso es muy bueno establecer un día a la semana para que tengamos una sesión de dialogo familiar.
Seguro que al principio les costará mucho contarnos sus cosas y, si son adolescentes, quizá solo logremos sacarles monosílabos o gestos, pero con el tiempo serán capaces de entablar un diálogo fraterno en familia.
El elemento estrella es la confianza que siempre debe estar presente en la vida familiar.
Y QUINTO. Oremos por la paz en familia.
Cuando las cosas se salen de nuestras manos es indispensable voltear los ojos al cielo y pedir ayuda a Dios para que regrese la paz a nuestra familia.
Si nosotros comenzamos los momentos de oración y les enseñamos a nuestros hijos a orar y a pedir por la paz, entonces estaremos generando un hábito bueno en nuestros hijos, es decir, les estaremos enseñando a orar con Dios.
En este mes, oremos por la Paz en México, en nuestra familia y en nuestro corazón para lograr que seamos agentes de paz, que logremos contagiar lo que tenemos en el corazón y que sirvamos de luz para alumbrar a los que viven en tinieblas y que no sienten el Amor de Dios y por eso son agresivos y buscan hacer daño a los demás.
Si oramos en familia estaremos poniendo un granito de arena para que en nuestro querido país regrese la paz.
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