Abramos nuestro corazón al Espíritu Santo

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.


Espíritu Santo


Ya estamos por terminar la Pascua y con esto esta por llegar la fiesta de Pentecostés.

Y no es una fiesta conmemorativa sino que es el día en que de forma real y verdadera el Espíritu Santo se derrama de forma especial y nos inunda el corazón.

Por eso es necesario tener apertura de corazón para recibir sus dones y que sus frutos sean parte de nuestra vida.

Por eso hoy quiero compartir mis 5 tips para abrir el corazón a la acción del Espíritu Santo.

Primero. Haz oración a diario. 
Una oración sencilla y constante, de esas que te permite dialogar con Dios, no solo con fórmulas establecidas, sino de corazón a corazón.
Donde Él te mire y tú lo mires para que su amor pueda marcar tu corazón y lo deje listo para el Espíritu Santo.
Yo le dedico al día unos minutitos y busco a lo largo del día, instantes de oración con alguna jaculatoria sencilla que me permitan acordarme que debo estar en oración constante.

Segundo. Conoce los dones y frutos del Espíritu Santo.
Nadie ama lo que no conoce, es por esto que necesitamos conocer más sobre el Espíritu Santo para poder desear sus dones y frutos.
Cuando un corazón anhela algo, Dios le hace caso, siempre que sea para nuestra salvación; por eso es necesario desear en el corazón que el Espíritu Santo actúe en nosotros y toque nuestros corazones.

Tercero. No tengas miedo. 
Cuando nos damos cuenta de la posibilidad de que Dios nos conceda algún don o carisma diferente a los demás, es normal sentir miedo, pero debemos ser valientes y aceptar con amor lo que Dios nos da y sobre todo, ponerlo al servicio de los demás.
Esta es la razón de ser de un don o carisma especial.

Cuarto. Todos tenemos dones y carismas. 
Es un error pensar que no somos dignos de algún favor así, pero en realidad somos hijos de Dios y esto es suficiente para que Dios quiera regalarnos su gracia.
Debemos educar a nuestros hijos para que vean esto como lo más normal, porque es normal, sólo que nuestro pecado y muestra forma de vida no nos permite verlo así.

Y quinto. Nada pedir, nada negar. 
Esta frase me la dijo un día mi director espiritual y me ha sido de mucha utilidad a lo largo de la vida.
“Nada pedir”, es decir, vivir con lo que Dios nos quiera regalar. Vivir sin apegos y sin exigencias.
Dios sabe lo que necesitamos y le gusta que nos acerquemos a Él y le tratemos como a un Padre bueno y misericordioso.
Y no se trata de no hacer oración y pedirle a Dios su ayuda, se trata de no exigirle a Dios que nos dé lo que le pedimos, se trata de no imponer nuestra voluntad sobre la de Dios.
“Nada negar”, es decir, si Dios nos regala algo, debemos discernirlo, aceptarlo, agradecerlo y ponerlo al servicio de los demás.

Esta es la razón de ser de los dones y carismas, en servicio a los demás.

Y podemos educar a nuestros hijos desde pequeñitos para que hagan vida esta forma de ver las cosas.

Que nuestros hijos, no importa la edad, sepan que pueden acudir a Dios en sus necesidades y hablarle como a un Padre bueno y expresarle sus deseos y necesidades; pero que estén seguros que Dios obrara en ellos y les dará lo que es mejor para su vida.

Así lograremos evitar tener jóvenes, y no tan jóvenes, enojados con Dios porque Él no les da todo lo que ellos piden.

Lo más importante es dejar que Dios haga en tu corazón y aceptar con humildad lo que Dios te quiera dar.

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

*Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad del autor

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