Una gran porción de la ciudadanía inconforme, en las encuestas de opinión, no dice tener una decisión de voto, son los indecisos de las encuestas o que no manifiestan sus preferencias.
Quienes piensan que “ya saben quién” y su partido tienen mayoría de simpatizantes y que ganarán las elecciones de 2021, “porque no hay oposición”, se equivocan. Sí hay oposición, pero le falta algo que se puede conseguir.
Cada vez más, muchos ciudadanos, los que tienen derecho a votar, están desde desanimados con el grave desempeño del presidente y sus colaboradores, hasta francamente furiosos, cuando ven un panorama muy negro para el futuro inmediato de México y cuando se ven directamente dañados por la política del régimen.
Quienes no volverían a votar por Morena son cada vez más… millones. Pero una gran porción de la ciudadanía inconforme, en las encuestas de opinión, no dice tener una decisión de voto, son los indecisos de las encuestas o que no manifiestan sus preferencias. Quienes dicen en las entrevistas que votarán, muchos eligen Morena, pero eso no signifique que vaya por eso a arrasar este partido. Precisamente por el gran número de indecisos, más los que tienen ya otra opción de voto.
¿Significa que los indecisos sí votarán el 2021 y por opciones diferentes, cuando la indecisión ha permeado elecciones anteriores? Creo que hay buenas razones para pensar que muchos de los indecisos se volverán decididos para mediados del próximo año. Siempre y cuando, tanto la sociedad civil, como los partidos políticos de oposición, incluyendo los nuevos que alcancen su registro, los convenzan de ir a votar y de hacerlo por alguien que valga la pena.
Entendámonos, la oposición la integran quienes no quieren que el presidente y sus secuaces sigan destrozando al país. Y son muchos millones, pero su oposición debe concretarse en votos en 2021. Para que eso suceda hay mucho trabajo que hacer, y parte de él ya se está haciendo en la sociedad civil.
Hay varias organizaciones en la sociedad, formales o informales, que han canalizado el malestar, el disgusto popular, en manifestaciones en la vía pública o en las redes sociales. Algunas se han propuesto presionar al presidente para que este mismo año, renuncie. Difícilmente lo podrían lograr. No tiene intención de dejar el poder. Tampoco podrán lograr, con su control del Senado, que se le haga un juicio político y lo destituyan. No, no es por allí.
Personeros de los partidos de oposición, columnistas, comentaristas de radio y televisión, o vía Internet, académicos, líderes sociales, empresariales y hasta religiosos, invitan a la ciudadanía a votar el próximo año. Quitar al presidente el control del congreso federal y de los locales (que tengan elección), para tener un contrapeso entre poderes. También se invita a votar por los candidatos a gobernadores que no sean morenistas, así como a presidentes municipales.
Los partidos políticos se han ganado a pulso el desencanto y hasta el abierto rechazo de muchos ciudadanos, esto es un hecho. Pero eso no significa que estén fuera de combate. Finalmente, las campañas electorales las hacen los partidos, y cuentan para ello con organización, experiencia y fondos del erario. Dirán algunos que desde la sociedad se pueden presentar candidatos independientes, cierto, pero para que ganen, salvo excepciones, requieren integrar todo un aparato humano que haga campañas eficaces (como los partidos) y mucho, pero mucho dinero. Y tendrían que ser cientos de ellos triunfadores.
Si los partidos políticos logran vencer mucha de la resistencia civil que ahora enfrentan, y ofrecer excelentes candidatos y propuestas, pueden estimular el voto hacia ellos. Y los candidatos son la piedra de toque: personas “de buena fama pública”, capaces, con trayectoria a favor, no como se decía en la vieja política, cartuchos quemados, o personas de mala fama pública, o desconocidos sin currículo que mostrar que serían capaces de ser buenos gobernantes o legisladores.
La idea no es que la gente vote en contra de Morena, sino que vote a favor de mejores opciones. Canalizar el descontento hacia candidatos que puedan ser vistos como capaces de hacer bien las cosas, corregir rumbos, enderezar entuertos (diría el Quijote), no intentar ganar con quien sea y que luego traicione al pueblo que votó por ellos como ya ha sucedido.
La oposición existe, se compone de millones de ciudadanos inconformes, y las organizaciones de la sociedad y los partidos, si lo hacen bien, se coordinan, y buscan en común buenos candidatos, pueden convertir dicha oposición en votos por opciones diferentes a Morena en 2021. Pero hay mucho, mucho que hacer, de manera inteligente, ganando simpatías por lo que ofrecen, por lo que puedan demostrar de bueno que hayan logrado en el pasado, no invitando a votar en contra de Morena sino a favor de ellos, que es muy diferente, porque en ello va el bien común de México, desde el corto hasta el largo plazo.
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