Las encuestas políticas, prácticamente todas, las pagadas, las independientes, las profesionales o las no profesionales, ponen arriba de las preferencias electorales a Claudia Sheinbaum. Sin embargo, su campaña política dice otras cosas, y de eso están más que conscientes y preocupados en Palacio Nacional y en Morena. ¿Dónde están las divergencias?
Las divergencias están en los actos de campaña y en su presencia en medios públicos. A diferencia de otros candidatos en campaña para las elecciones del 2 de junio, en que la asistencia a los mítines y otros eventos públicos a los que se invita a los ciudadanos a estar presentes, los de Claudia sufren desaires o se llenan por los llamados acarreados. En varias ocasiones, dos al menos, Claudia se negó a asistir a eventos de su campaña simplemente por un enorme desaire popular, casi no había asistentes, algo que quedó bien documentado en videos e imágenes en redes sociales. Filas y filas de sillas vacías justo antes de la hora de inicio.
El pago en efectivo y en servicios a muchos asistentes a eventos, como el de su inicio de campaña en el Zócalo capitalino el 1 de marzo, reveló que la gran mayoría de los presentes, muchos de otras entidades federativas, iban pagados, transportados y alimentados gratis a costa de… quién sabe, del erario o de fondos de “dudosa” procedencia. Otros asistentes, muchos, servidores públicos, también de la capital como de provincia, fueron obligados a asistir con amenazas. A muchos se les obligó a llevar al menos varias otras personas, según los chismes cinco o diez, pasando lista para el efecto. Las instrucciones y amenazas al respecto, conocidas por mensajes escritos que salen a la luz.
Y estos procedimientos para llenar eventos se han repetido en otras ocasiones, y aunque no hay duda de que Morena, el presidente y la candidata tienen sus fans, sus seguidores convencidos, muchos de los asistentes van por interés monetario (los testimonios abundan, muchos ingenuos a medios) o por presiones y amenazas de pérdida del empleo. Y la necesidad de recurrir a estos métodos ilegales la conocen muy bien los altos mandos del Palacio y su partido. Y sin duda que les preocupa.
Cuando un político destacado, con muchos admiradores está en lugares públicos, lo normal es que se les aproximen personas a saludarlos o hasta a vitorearlos, pero un par de videos tomados por pasajeros en aeropuertos, mostraron a Claudia completamente ignorada por todos, nadie parecía siquiera notar su presencia, uno caminando con otra mujer y otro acompañada por Epigmenio. Y muy probablemente eso se haya repetido en otras ocasiones.
No, al parecer Claudia no parece tener éxito en sus actos multitudinarios de campaña como se supone debería corresponder a lo que dicen las encuestas a su favor y a todo lo gastado y organizado por Morena.
Sí, las cosas no coinciden con ella, los mítines y otros actos públicos de campaña con acarreados pagados o forzados en buen número y la presencia voluntaria y entusiasta que debería corresponder a su presunta popularidad de intenciones de voto. Y, por otra parte, no deja de notarse una preocupación y malestar en Palacio y Morena, muy en privado, pero que se cuela por filtraciones de infidentes presentes.
Las preferencias de voto de Claudia en las encuestas no suben como se supone deberían remontar conforme avanza la campaña. Gastando muchos, pero muchos millones de pesos como se evidencia y se presume, provenientes tanto de dineros legítimos del INE, como de fondos ilegalmente dispuestos de erarios federal y locales y de “otros patrocinadores”, los resultados no corresponden a los esfuerzos. La evidencia de que las cosas no van como deberían a favor de Claudia y de Morena, está a ojos vistos.
A diferencia de la campaña de Morena, la de Xóchitl, con muchísimos menos dineros gastados, llena los eventos públicos en su favor y se le felicita en lugares públicos. Ahora bien, si aquí tampoco ese éxito popular de Xóchitl se refleja en las encuestas, da también a entender que las mediciones de preferencias de voto no reflejan la realidad.
En las reuniones privadas como en universidades o con organizaciones empresariales, pero con presencia de la prensa, el éxito de las intervenciones de Claudia simplemente no aparece, y en cambio en ellas a Xóchitl le ha ido muy bien.
Además de las fallidas asistencias a los eventos de Claudia, la preocupación de perder las elecciones el dos de junio se ve a través de los esfuerzos ilegales, y de campañas negras en contra de Xóchitl de parte de Palacio, de Morena y de otros centros de poder involucrados en los procesos políticos actuales y a futuro.
Sí, las cosas simplemente no cuadran, los eventos públicos de ambas y lo que indican las encuestas, esas en que otras ocasiones han fallado y mucho a la hora de las votaciones. La verdad se sabrá el dos de junio.
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