Sí, Cesar, “todavía quedan los cimientos”

A pesar de la grave crisis que se vive al interior del PAN, el partido no está ni acabado ni destruido, sin embargo gracias a su cimentación es que Acción Nacional podrá ser nuevamente un partido al servicio del ciudadano y del bien común.



En 2009, un querido amigo, César Leal Angulo, “panista de cepa”, publicó un libro llamado Todavía quedan los cimientos. En una prosa altamente poética y alegórica, su libro es un llamado a reflexionar sobre los males del país y a la esperanza de un futuro mejor, pero en realidad dirigido sutilmente a los panistas.

César enfrentaba, con los mexicanos, con los panistas, esos altamente preocupados por la incertidumbre del porvenir, la necesaria visión de lo futuro con esperanza. Para quienes Acción Nacional había abandonado sus principios de humanismo, por mucha de su militancia, pero sobre todo por sus dirigencias; el desaliento los llevaba a pensar que, como institución política, el PAN estaba acabado. ¡Pero no lo está!

Ahora en 2018, y tras la trágica vida panista de los últimos años, altamente alejada de su doctrina, hundida en pragmatismo y oportunismo, la preocupación de César Leal y su invitación a mirar hacia atrás y al futuro, su “todavía quedan los cimientos” es una llamada a quienes, militando o simpatizando con Acción Nacional, saben que la esencia del partido está allí. Y lo está no solamente en sus documentos, sino profundamente enraizada en el corazón y la mente de los “buenos” panistas, de los que hay más de los que imaginan los derrotistas, o los adversarios políticos.

Efectivamente, los cimientos de PAN están allí, y cada vez hay más voces saliendo de la militancia “de base”, sobre todo, de esos autollamados “panistas de a pie”, que claman, que exigen la vuelta al origen de la grandiosa doctrina panista, salida de los principios fundamentales de la doctrina social católica. Y las voces deben llevar a la acción. Hasta algunos de los responsables de la debacle anti-doctrinal del PAN, aunque sea por conveniencia de su imagen, claman la necesaria vuelta a la doctrina. 

En el ejemplar que entonces mi querido amigo César me obsequió, lo dedica diciendo, en referencia a la larga lucha por conservar y vivir la doctrina del partido: “Querido amigo Reding, estos caminos los hemos andado juntos”.

Y es verdad, me encuentro entre quienes saben que el PAN no está ni acabado ni destruido, sino solamente dañado, pero que como los cimientos siguen allí, entre todos debemos volver a ellos, y sobre los mismos de doctrina, volver al panismo verdadero, al servicio del ciudadano y del bien común. Largo y difícil camino, para dejar atrás el vergonzante pragmatismo, pero que vale la pena andar, por el bien de México.

Volvamos a reconstruir Acción Nacional sobre esos cimientos, allí están para nosotros. Y sí César, lo haremos.

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