Mikel Arriola, pre-candidato del PRI al gobierno de la Ciudad de México, declaró y ratificó su postura respecto al aborto, ese crimen mal llamado “interrupción legal del embarazo”, el matrimonio, la marihuana y la no adopción de menores por parejas homosexuales.
Dijo que defendería la familia, y que defendería la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Es el único aspirante al cargo que se define al respecto. Todo bien hasta aquí. Estas declaraciones le valieron ataques del PRD, defendiendo supuestos derechos ganados en la ciudad capital.
Dijo Mikel que esa era su posición personal, pero que pondría a consulta lo mismo. Error. La verdad es la verdad, los derechos innatos al hombre no se pueden poner a votación popular, los principios lo son, ya sea que la mayoría de una comunidad esté de acuerdo o esté en contra.
Sus declaraciones, en su cierre de precampaña en el teatro Metropolitan: “Mikel Arriola está en contra de la adopción entre parejas del mismo sexo. Y vamos a someter a consulta pública los temas que dividen a los ciudadanos como la mariguana recreativa, el aborto, la adopción y el matrimonio entre parejas del mismo sexo”.
Difícil, muy difícilmente Arriola ganará la elección, pero si así fuera, debe defender lo que cree y no ponerlo a votación popular, que bien puede dar resultados contrarios a dichos valores, sea por manipulación de enemigos, por ignorancia o por ambas cosas, lo más probable.
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