Con la coalición electoral y algunos arreglos de candidaturas entre los partidos del Frente, la dirigencia de Acción Nacional ha caído en una crisis de conciencias y conveniencias.
En la vida panista hay dos temas torales de su doctrina, y que son ineludibles en actividades gubernamentales y legislativas: la defensa de la familia y del derecho a la vida. En esta época en que se han llevado al extremo la distorsión de lo que es familia y de los intentos de justificar la cultura de la muerte, vía aborto, un auténtico panista, identificado con su doctrina, tiene que defender ambas cosas, en su vida política y social.
¿Qué hay ahora “nuevas formas de familia”? No, no las hay, el concepto de familia, que tiene la misma vida que la humanidad, no tiene por qué cambiar, para darles gusto a algunos intolerantes. No hay justificación alguna. La familia es la misma de siempre: padres e hijos, y en sentido amplio, todos los parientes cercanos, como abuelos, tíos, sobrinos y la parentela por razones matrimoniales.
La doctrina de Acción Nacional no ha cambiado ni tiene por qué hacerlo. Cuando en ella se habla de familia lo hace en el sentido histórico. Y como una lógica consecuencia, interpreta la noción de matrimonio en el mismo sentido de la historia humana: es la unión de una mujer y un hombre. No hay justificación alguna tampoco para que un panista acepte darles gusto a los intolerantes que quieren que se amplíe el concepto para incluir uniones homosexuales.
Un viejo principio social dice: no se puede tratar igual a los que son desiguales. Y así no se pueden considerar cónyuges a quienes incumplen la condición de disparidad de sexo (o de “género”, como gusta a muchos decir). Así, para un panista respetuoso de la doctrina del partido, es inaceptable la distorsión multi-milenaria del concepto de matrimonio.
Sobre el aborto y la eutanasia, son inaceptables para un panista, puesto que el partido defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural. A las cosas hay que llamarlas por lo que son y no con eufemismos, como ese de “la interrupción del embarazo”. No. Abortar es matar a una persona humana, tan criminal como matar a quien ya ha nacido. La eutanasia también es un asesinato.
Sin rodeos: abortar es un homicidio, el derecho a la vida del nonato es tan valioso como el del nacido. Tan criminal es la madre (y quienes le ayuden) que mata a un niño que tenga en casa como al que lleva en su vientre. ¿Que la mujer puede disponer de su cuerpo? No, y sobre todo cuando el cuerpo que destruiría es de otra persona, aunque esté en su vientre.
Sin rodeos también, quien en el PAN defienda nociones torcidas de familia y matrimonio, o el derecho a matar a un nonato, traiciona la esencia doctrinal de Acción Nacional sobre la dignidad de la persona humana.
Pero hay que ir más adelante. Este partido está en una encrucijada doctrinal, ya que se ha aliado con el perredismo, que defiende principios contrarios a la doctrina humanista del PAN, en especial y de enorme gravedad, el aborto. El infanticidio masivo de personas nonatas es inaceptable para Acción Nacional. ¿Cómo pueden las dirigencias panistas pedir el voto para “socios” que apoyan al aborto, sin tener una grave contradicción y actuar contra la doctrina?
Peor aún, si gran parte de la militancia panista, y los simpatizantes que votan a favor del PAN, son católicos, y su religión les indica que es grave pecado apoyar a los candidatos pro-aborto, ¿cómo podrán en el PAN pedirles que voten por candidatos del Frente que están a favor del aborto, el falso matrimonio y con atentados en contra de la familia natural?
La dirigencia del PAN no puede esperar otra cosa, más que los militantes y simpatizantes identificados con el humanismo político y con el sexto mandamiento, no solamente que no voten por candidatos doctrinalmente inaceptables, sino que promuevan, en legítima conciencia, el no voto a favor de dichos candidatos, con todo y el Frente que incluye al PAN.
¿Tendrán cara los dirigentes de Acción Nacional para reclamar a quienes se oponen a votar por candidatos inaceptables, el que los rechacen e inviten a la ciudadanía a no votar por ellos? ¿podrían reclamar que las personas dignas, en conciencia, antepongan sus principios judeo-cristianos y de humanismo político panista, a la conveniencia electoral de distribución de candidaturas hecha en el Frente?
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