El presidente López Obrador, Ricardo Monreal y la propia directora de Notimex, Sanjuana Martínez, dicen que esta agencia de noticias debe desaparecer. Esto tras una larga huelga que no han sabido manejar. No tienen argumentos válidos, y el peor de todos es el de Andrés Manuel: que basta con sus mañaneras para distribuir noticias del Estado Mexicano o de interés nacional. Ante su fracaso administrativo y laboral de esta agencia, y con una directora abiertamente incompetente, en realidad no saben qué hacer con Notimex, así que deciden matarla.
Notimex, fundada hace ya 55 años, había sido una agencia valiosa de información, y al iniciar este sexenio ya no pudo funcionar por falta de dirección. Durante un tiempo en otro periodo presidencial, yo mismo cooperé con esta agencia noticiosa del Estado Mexicano, escribiendo con mi nombre y/o un pseudónimo, entre un reducido grupo de columnistas (creo recordar unos 26-27), que en ella hacíamos el llamado periodismo de opinión, es decir entregábamos artículos firmados, que veíamos reproducidos en diversos medios que recibían diariamente los servicios de Notimex.
De pronto, hace ya tiempo, a alguien se le ocurrió que debería desaparecer esta parte de su servicio a los subscriptores de Notimex (medios de comunicación, otras agencias y diversas organizaciones interesadas; también recuerdo eran como unos 650, por allí debo tener el listado). La explicación: que las agencias más importantes no tienen ese tipo de servicios. Así que suspendieron todas las columnas. Fui a platicar con el entonces director general, a quien le expliqué que todas esas agencias, como CNN, BBC, AFP, EFE, FOX y más, tienen columnas, artículos firmados que con sus opiniones complementan su servicio de noticias, incluyendo periodismo de investigación, firmado por sus investigadores. De nada sirvió, pues el director me sugirió le enviara mis columnas para publicar, pero le insistí en que deberían ser todas, y no lo hice.
Pero aún sin ese servicio de opinión e interpretación noticiosa, Notimex cumplía un aceptable servicio de noticias, oportuno y profesional. Tan cierto es que sus suscriptores lo utilizaban diariamente para sus publicaciones, impresas y digitales. La “fuente” Notimex, aparecía por todas partes. Y si hubieran restaurado los morenistas los artículos de opinión, les hubieran servido, aunque este gobierno de Amlo lo hubiera utilizado para que publicaran sus columnistas y articulistas sumisos a Morena y a los intereses del presidente, pero ni por eso lo hicieron.
Notimex no falla porque ya no sirva, sino por el manejo incompetente y sectario de la directora, con el visto bueno presidencial, que despidió a unos 200 trabajadores supuestamente por la tal austeridad, quienes iniciaron una huelga que lleva más de tres años, tras diversos intentos de arreglar conflictos laborales. Y a falta de ese personal y la imposibilidad de entrar a sus instalaciones, Notimex no está funcionando.
La solución no está en matar al enfermo, sino en hacerle recuperar la salud, pero eso está más que claro no es del interés del gobierno de Amlo, como no es de su interés que funcionen muchas dependencias gubernamentales a las que han desaparecido o van a desparecer, o simplemente incapacitado de operar para desempeñar sus funciones.
Si su directora alega que hubo corrupción, malos manejos, pues para eso se procede legalmente, pero no por eso se pudo siquiera intentar probar que Notimex no desempeñaba razonablemente bien su función de informar como agencia noticiosa del Estado Mexicano, creo que ni siquiera se les ocurrió pensar en eso. No están previendo cómo sustituir las funciones de Notimex, sino en cómo llegar a acuerdos con el sindicato en huelga, arreglarse con los trabajadores que quedarán sin su fuente de trabajo, es todo. Si la huelga inició tras muchas demandas por incumplimiento de condiciones de trabajo y despidos injustificados desde que inició el sexenio actual, un arreglo favorable a los futuros despedidos no se ve viable.
Y López Obrador se equivoca con eso de sus mañaneras, pues no son fuente de información, de noticias bien presentadas y por escrito, sino ocasión para comentar sus opiniones muy personales, ideas y ataques constantes a quienes no se le someten. No, las mañaneras no son una organización o fuente noticiosa ni formal ni informal. Generan lo que llamamos “nota”, un hecho o dicho, que un redactor convierte en noticia. Y, además, su presidencia terminará en octubre de 2024, y el siguiente presidente sin duda dejará de hacer este ejercicio de comunicación de los intereses, filias y fobias presidenciales. Y sin una buena agencia noticiosa del Estado quedará un hueco que nadie llenará, por simple capricho y la evidente incompetencia para gobernar, que no saben cómo resolver.
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