Tras las votaciones del 2 de junio de 2024, México tendrá, y por muchos años si algo espectacular no sucede en 2027 y 2030, no malos, sino pésimos gobiernos a los tres niveles: fanáticos, incompetentes, corruptos y mucho más. ¿Por qué? Porque mayoritariamente votó a favor del partido político que ha gobernado y legislado de estas formas, Morena.
Claro que la mayoría de los ciudadanos con derecho a voto no votaron por Morena y sus partidos cómplices, el Verde y el del Trabajo, o por Movimiento Ciudadano, pero para efectos electorales la mayoría de los votos emitidos es la que gana, y ganaron ellos. Millones de mexicanos votaron por la oposición o no votaron. Quienes lo hicieron por los candidatos de la coalición PAN-PRI-PRD no fueron suficientes, y los que se abstuvieron fueron no sólo muchos, sino demasiados. A quienes les interesa el bien común del país esto les frustra, por supuesto. Pero quedó claro que a muchos millones de votantes no les importó ese bien común y el futuro inmediato y lejano de México y el de sí mismos y sus familias.
La vieja frase de que los países tienen los gobiernos que se merecen es relativa, dependiendo de la libertad de votar, de informarse, de hablar y escribir. Cuando una nación cae en manos de rebeldes que imponen una dictadura ante la cual el pueblo está indefenso, las votaciones se vuelven una trampa y sus resultados no dan al país “el gobierno que se merece”. Pero cuando voluntariamente, por engaños, falta de reflexión y por intereses mal concebidos ganan elecciones democráticamente quienes llegan al poder para su beneficio personal y de grupo, entonces el mal gobierno es merecido. Y en elecciones posteriores ya los ciudadanos muy difícilmente podrán recuperar sus libertades perdidas.
Respecto a los millones que no votaron y que tampoco lo han hecho en elecciones anteriores, no se puede condenar totalmente esa ausencia de conciencia política, pues algunos por diversas razones no lo hacen, por estar enfermos, por falta de movilidad para ir a votar, por amenazas (desde sutiles hasta graves) o por falta de educación cívica. Pero la inmensa mayoría de los abstencionistas han sido irresponsables, permitiendo que la mayoría de los votos vayan a quienes harán malos gobiernos.
Así, quienes votaron a favor de los ya vistos malos políticos y los que se abstuvieron son los responsables de la debacle de caer países enteros en esas peores manos. En 2024 millones de mexicanos votaron a favor de Morena en los tres niveles de gobierno, no solamente el federal, y lo hicieron a pesar de tener enfrente, por más de cinco años, la evidencia de sus fallas y errores: gravísima inseguridad, dispendio grosero del erario, endeudamiento, corrupción, destrucción del Seguro Popular, gravísima e insensible falta de medicinas y material médico, abusos del poder, militarización absurda, violación flagrante y hasta presumida de la Constitución y otras leyes, destrucción de instituciones, cambios a la Constitución y leyes secundarias dañinos para la nación, amordazamiento de medios de comunicación, connivencia con la delincuencia organizada y más, lamentablemente más daños evidentes a México.
Toda la evidencia de que votar a la continuación de los gobiernos y las legislaturas de la autollamada “4T” era dañar gravemente a México, a las familias, les importó a muchos un comino o menos. Estos ciudadanos irresponsables son los que entregaron al país al morenismo de López Obrador, de Sheinbaum y sus cómplices, y lo hicieron abrumadoramente, por lo que no hay duda de que, aparte las trampas hechas, ganaron la mayoría de los votos, lo hayan conseguido con trampas y engaños.
Muchos millones de votantes favorecieron a Morena por estar engañados, comprados, presionados, asustados con mentiras sobre los dineros de los programas sociales y sobre quiénes eran los “adversarios”. La ignorancia de las leyes, y la credibilidad fácil les hizo favorecer con sus votos a quienes han estado destruyendo a México. Estos ciudadanos los podemos entender, aunque no nos parezcan sus motivaciones.
Pero quienes a sabiendas del daño al país hecho por Morena, y ofrecida su continuación con el “segundo piso de la 4T”, votaron a su favor, son los han hecho que, a pesar de ser minoría del padrón electoral, dieron el triunfo en las casillas a Morena y sus enemigos internos de México, y de esta forma, dieron al país, junto con sus irresponsables abstencionistas, no el gobierno que se merece pero sí el que no se merece, y que tendrá manga muy ancha para hacer lo que le pegue la gana a favor de sus personales y grupales intereses morenistas. Pobre México.
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