¿Madres que son padres? No

No dejan de aparecer en escritos, pláticas y en las redes sociales casos de mujeres que sin un hombre a su lado, crían a sus hijos sin ayuda del padre. Y normalmente, sin tener mayores datos, se generaliza que la ausencia del padre de esos hijos es por falta de responsabilidad. No es necesariamente correcto. Los padres pueden fallar sí, ser irresponsables, pero algunos están ausentes por diferentes razones, como el migrar a otros lares o países para ganar el dinero que su familia necesita, o por su profesión (como de marinos y militares en lugares lejanos) o porque las madres esconden a los hijos para que su padre no pueda verlos por pleitos entre ellos como adultos. Y claro, también, pueden estar muertos. Y a veces las madres solteras ni siquiera se interesan de que el padre se ocupe también de sus hijos ¡ellas pueden solas! Eso se dicen y se lo creen. Si, los casos son diversos.

Pero hay que aclarar las cosas, el rol o papel del padre de familia no puede ser desempeñado ni por la madre, la abuela u otra mujer que cuide niños. No. Lo que la madre sola (soltera, abandonada, viuda, divorciada…) puede hacer es proveer lo necesario para sus hijos. Puede darles mucho cariño y educación, pero no, no pueden sustituir la figura paterna y eso es por muchas razones, que diferencian notablemente el ser, pensar, conducirse y sentir de un varón y de una mujer.

Los hombres y las mujeres somos muy diferentes en bastantes aspectos de la personalidad, la mente y más. Y eso no es nada nuevo, se sabe perfectamente bien. Y aplica para la diferencia entre la paternidad y la maternidad. Lo que un hombre puede hacer por sus hijos ya no en cuestiones de proveeduría “de casa, vestido y sustento” sino de la manera de dar amor a hijos e hijas, y con diferencias importantes, de educar, de inducir a actividades de vida y de orientación paternal a cada uno de los hijos e hijas, que, insisto, son para un padre de familia muy diferentes, para bien (educar en el respeto al otro sexo) y a veces para mal (inducir el machismo).

No, no se puede confundir el proveer lo necesario para los hijos con el trato, el amor paterno, y la importancia de la figura masculina en la familia, en especial de padre o abuelo en su caso. Y cuando una madre sola es apoyada con sus hijos por abuelos, hermanos (es decir tíos de los niños) y hasta amigos de la familia, la falta de un auténtico padre no se puede sustituir por el trato materno. Debo insistir: las mujeres y los varones somos diferentes. Los niños varones requieren la orientación, la educación de un varón, que debe ser su padre, una figura para imitar. Las niñas también necesitan esa figura paterna masculina para educarse en su trato con los varones. Una frase muy repetida dice que para un niño su padre es su héroe, y para una niña es su primer amor. Ninguna mujer puede sustituir esto, es imposible.

Esto deben tomarlo muy en cuenta las mujeres que voluntariamente alejan a sus hijos del padre, por las motivaciones o emociones que sean, a menos que ese hombre no sea buena persona, como agresivo, alcohólico, degenerado. La mujer, con su mentalidad, figura precisamente femenina, nunca, nunca puede hacer las funciones de la mentalidad y figura masculina del padre.

Esas frasecitas de las mujeres “todo terreno”, que son madre y padre son falsas, dichas más por emoción y no por razón. Cada infante necesita de su madre y también de su padre. Que a veces este último, por los motivos que sea no está presente en la vida y educación de los hijos no cambia las cosas. Su ausencia es un hueco que no puede ser llenado por la madre, precisamente porque es mujer, y piensa y actúa legítimamente como tal y no como varón.

En ocasiones, puede en buena parte esa ausencia paterna ser sí llenada por un buen abuelo o tío (hermano de la madre o del padre ausente), pero nada más, tiene que ser un varón. Claro que a veces un nuevo marido o “pareja” de la madre puede ayudar con su personalidad masculina a educar a los hijos de ella, pero no sustituye al verdadero padre completamente. El amor paterno es insustituible, como lo es el materno también.

No se debe confundir la madre sola que mantiene y educa a sus hijos siendo mujer, con una que intenta también ser padre sin ser precisamente varón, con todas las diferencias que en la vida cotidiana se reconocen entre mujeres y varones, diferencias, insisto, insustituibles para la vida en general y para la familia.

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