Discusiones en redes sociales son provocadas por temas muy polémicos…
La idea de consultar “al pueblo” sobre temas cruciales en la política de gobierno suena bien, pero no está bien, parece democracia, pero no lo es. Sobre todo cuando la opinión individual de la ciudadanía se convierte en voto sobre temas muy complejos, de los que prácticamente nadie sabe nada, salvo algunos expertos. Ejemplo, el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM).
Ya no digamos en consultas formales o referendos oficiales (cuando la Ley los contempla), sino en las simples discusiones en redes sociales que son provocadas por temas muy polémicos, la abrumadora mayoría de las opiniones están completamente desinformadas, y por tanto son manifestaciones altamente emocionales (y hasta viscerales) sin base ni sustento alguno.
Se defienden y atacan posiciones en su mayoría con simples afirmaciones o negativas, descalificando las opiniones contrarias sin razones ni argumentos válidos. Y esas descalificaciones, en muchos casos, son verdaderas afrentas e insultos. Y todo ello carece de valor.
Y muchas veces se hacen campañas de opinión sobre temas cuyos promotores no saben lo que dicen, aunque lo hagan con la mejor intención del mundo.
Por ejemplo, cuando se quiere amenazar (juntando firmas) a los gobernantes de México, conque se les puede echar fuera, porque “de acuerdo al artículo 39 constitucional el pueblo puede cambiar en cualquier momento su forma de gobierno”, se olvidan que les faltan los articulos 40, y sobre todo el 41, ya que éste tiene el “cómo” se puede cambiar la forma de gobierno, que no es juntando firmas.
Para que “el pueblo” pueda respaldar o negar alguna medida de gobierno puesta a discusión pública, por medio de una consulta o referendo, es indispensable que esté lo mejor informado posible. De otra manera, su opinión no podrá ser razonada, pues será simple resultado de intentos de valorar suposiciones, chismes e influencias o simpatías políticas o sociales.
El “Brexit” es un caso. Un poco más de la mitad de los votantes lo hicieron a favor, separarse de la Comunidad Europea, pero sin saber las consecuencias tan trascendentes y complejas de semejante decisión del Reino Unido. Después del referendo, muchos se quedaron pensando si se habrían equivocado o no, pues ignoraban el alcance real del Brexit. Incluso se hablo de un nuevo referendo, una vez que muchos ciudadanos lo pensaron de nuevo.
En el caso del nuevo aeropuerto capitalino, para poderse poner a consulta, requeriría dar a la ciudadanía una enorme cantidad de información, de razones a favor o en contra, y de aspecto de duda razonable, algo que aún muchos que se creen “enterados” ni conocen ni entienden. Cualquier consulta, tendría como resultado una votación consecuencia de la influencia de los defensores del proyecto del NAICM o de sus detractores, a favor de Santa Lucía, pero nada más.
¿Cómo opinar sobre temas o asuntos de características técnicas o legales, entre otras, muy complejas, sin tener antecedentes? No es posible tener un resultado razonable. La única solución, para organizar esa consulta o referendo, es darle a la población la mayor cantidad de información posible, y las opiniones expertas, que les permitan, a los ciudadanos, opinar o votar con algún conocimiento de causa.
Tras la Revolución francesas triunfante, contra la monarquía, la chusma (es correcto llamarla así) votó por decapitar a mucha gente, pues había una enorme sed de sangre y de venganza entre los parisinos. Y así no se hace justicia, se comenten crímenes, nada más.
Pues en los temas de política, como el del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, sin que sea asunto de justicia, sino de eficiencia en el uso de recursos públicos y de proyectos de gran envergadura, sólo puede tener valor una consulta con previa y excelente información, en vez de ser una manifestación de apoyos o rechazos a personajes de la política nacional.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com