La intención supuesta para desaparecer al INE, es decir las excusas, son básicamente dos: que ha actuado mal, contra la democracia y que por tanto hay que desaparecerlo, y la otra es que es muy caro.
En el primer caso, los enemigos del INE hacen muchas afirmaciones en su contra, pero no son capaces de demostrar con cifras, con hechos consumados, que el INE ha fallado a la democracia. No dan datos ni “otros datos”: nada. Son incapaces de reconocer que los triunfos electorales de López Obrador y su Morena, han sido reconocidos por, precisamente, el INE: Solamente acusaciones en el aire. ¿Y el costo?
Veamos, ¿en qué gasta dinero del erario el INE? Pues una parte es en su administración, pero gasta también por ejemplo en mantener el padrón de votantes y expedir las credenciales de elector. Gasta en promoción del voto, gasta en organizar elecciones y gasta, perdón, no gasta sino que entrega fondos a los partidos políticos, y éstos son los que gastan.
¿Quieren los anti-INE ahorrar dinero desapareciéndolo y creando otro “más barato”? Error. Todas las actividades que desempeña el INE se tienen que hacer, y se tienen que pagar. Destruyendo el INE y sustituyéndolo no ahorra nada, pues alguna dependencia del gobierno tendría que hacerlo. Gastarían lo mismo, pues cuestan lo mismo. Se tendría que crear una nueva burocracia y hay que pagarle, desde la nómina hasta el último de los gastos necesarios para desempeñar las funciones que ahora tiene el INE. Hay que hacer lo mismo: lo del padrón, credenciales, promoción del voto, organización de elecciones, y entregar por otra vía, el dinero a los partidos políticos.
El presidente y sus personeros, voceros oficiales o no, acusan al Consejo del INE de gastar mucho, de derrochar dinero, pero no han demostrado que no sea algo mayor de los gastos que hace la cúpula de la administración federal y el Congreso. Y aun suponiendo que fuera cierto que el Consejo cuesta mucho, lo que se puede ahorra sustituyéndolo, para efectos presupuestales totales, es irrelevante. En especial, lo que reclaman los legisladores morenistas, de dispendio del INE y su Consejo en particular, es equivalente a lo que ellos mismos gastan, y aquí aplica el viejo dicho de “hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
No, desaparecer o restringir al INE no ahorra nada. Esto me recuerda al Cuerpo de Guardias Presidenciales, que el presidente “desapareció” para ahorrar dinero. Pero no hubo tal ahorro. Los militares que operaban bajo ese título siguieron en la Sedena, desempeñan las mismas funciones, sus instalaciones siguieron allí, con los mismos costos. ¿Ahorro? No, sólo cambio de nombre, ya no se llaman guardias presidenciales.
La única manera de ahorrar dineros electorales es dejar de hacer lo que hace el INE, y eso es destruir el proceso democrático mexicano, que ha sido y es ejemplo para muchos países, sería como descuidar el padrón, no promover el voto, no hacer elecciones con la calidad y certeza que ahora se hacen. Las quejas y denuncias por trampas en las votaciones no lo han sido en contra del INE, sino contra organizaciones políticas, entidades del gobierno, y personas con nombre y apellido, incluyendo a la delincuencia organizada. El INE cumple.
Aparte del INE, quieren reducir las aportaciones a los partidos políticos, pero es una trampa, pues Morena, utiliza recursos oficiales para llevar a cabo y financiar su actividad, y es usufructuando bienes y servidores públicos, incluyendo por supuesto desvío de dineros del erario, algo más que visto y demostrado. Reducir el dinero a los partidos es simplemente dejar en desventaja financiera a los partidos que no son Morena, incluyendo a sus satélites (que de todas formas financiarían como a Morena).
Quieren, para control político, que los consejeros del INE y los ministros del TRIFE sean electos popularmente, pero eso costaría mucho, pero mucho más dinero del que dicen querer ahorrar. Todo, todo el escándalo de acusar al INE de ser muy caro es solamente una farsa, no tiene respaldo alguno, y como digo, lo que hace el INE, si se quiere continuar con los procesos electorales como ahora los conocemos, alguna otra dependencia, creada o adoptada de las actuales, lo haría gastando lo mismo.
La excusa de desaparecer al INE para ahorrar dinero es insostenible, hay que insistir. Aun perviviendo el INE, quitarle recursos financieros es la forma en que los personeros de Morena y obedientes a López Obrador, ha quedado muy clara ya, de acusarlo de no cumplir con sus funciones, y por eso, jurídicamente hablando, el INE se ha defendido demostrando que no puede hacer aquello para lo cual no recibe fondos presupuestales.
Los fines perseguidos por el presidente y su grupo de leales, incluyendo dirigentes de su partido, funcionarios y legisladores, es quitarse de encima un organismo que no pueden controlar, para sustituirlo por una nueva maquinaria administrativa electoral a su servicio. ¿Ahorrar dinero? solo una pésima, indemostrable excusa.
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