El coordinador de cualquier fracción debe ser bien visto y recibido por los de otros partidos y sobre todo merecedor de su respeto.
Dentro de las facultades que tienen personas con poder ejecutivo, están las que son discrecionales, es decir, que dependen solamente de una decisión personal, sin necesidad de otra aprobación. Pero esas decisiones personales-discrecionales, tanto desde el punto de vista ético como de imagen, muy especialmente en política, deben ser explicadas y justificadas ante los demás.
En nuestro mundo político, se han tomado muchas decisiones con autoridad, que tienen base legal, por leyes, reglamentos o estatutos en organizaciones no gubernamentales, como en los partidos políticos. A veces son bien vistas y otras no, dependiendo de la opinión de quienes las ven bien o las ven mal. Cierto, es cuestión de opinión.
Pero un dirigente político, para efectos de imagen, de legitimidad, y sobre todo de autoridad moral, debe cuidar mucho lo que decide, cuando está en juego algo importante. Siempre, claro, una persona se puede equivocar, por muy diversas razones. Pero en ciertos casos, la equivocación no es desapercibida por el decisor, sino que es evidentemente errónea.
Este es el caso del nombramiento de coordinador del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Muchas personas, dentro y fuera del partido, militantes, simpatizantes, analistas políticos, observadores y columnistas, advirtieron al presidente del CEN, sobre lo inadecuado de nombrar a quien finalmente nombró.
De inmediato llegaron los reclamos, las serias críticas por todas partes. Las razones son bien conocidas. El elegido, justificada o injustificadamente según la opinión, tiene muy mala fama pública, y eso es grave para la imagen del partido. Otras quejas son de que no se les ven las cualidades requeridas. En cambio, todas ellas las ha demostrado el actual coordinador, a quien abrumadoramente defienden panistas y extraños.
La justificación del presidente del CEN, para su decisión, es que había hecho una consulta con los nuevos diputados panistas de la LXV legislatura, y que habían preferido mayoritariamente al decidido. Pero esta justificación es más que insuficiente, pues el papel del coordinador va mucho, pero mucho más allá de poner de acuerdo (y hasta dar órdenes) a los diputados. No es como en un equipo deportivo, en donde el capitán se concreta a la relación con el resto de sus compañeros.
El coordinador de cualquier fracción debe ser bien visto y recibido por los de otros partidos, y sobre todo merecedor de su respeto. El coordinador debe mantener buenas relaciones con gobernantes, senadores, “poderes fácticos”, analistas políticos, diplomáticos y más. Pero el nuevo coordinador no da muestras, por su trayectoria, de tener esas cualidades. La llamada autoridad moral es indispensable, y para tenerla se requiere haberla ganado antes, a pulso.
¿Qué hará el futuro coordinador de diputados panistas, frente a las presiones que seguramente recibirá de parte de los poderosos, vengativos e inmorales dirigentes de Morena o del presidente de la República y sus cómplices, con poderes reales de hacerle la vida miserable a quien sea? ¿Si le inventan delitos de cualquier tipo, de corrupciones, de fallas ante el erario, como lo han hecho con otras personas que ven como sus “adversarios”, cómo podrá enfrentarlas?
Y si muchos pronostican que pronto se hará notar el error del nombramiento, es porque se trata de un coordinador políticamente muy débil, ante el jaloneo de las discusiones en la Cámara, en especial en materia de reformas constitucionales y de presupuestos para 2022, con grandes y ya vistas presiones políticas, amenazas y más, como alianzas en votaciones y el reparto de puestos en comisiones.
La decisión del nombramiento de coordinador de los diputados panistas federales, una legalmente discrecional, ha tenido una muy simple e insatisfactoria justificación. Y algo adicional es que lastima tanto la imagen del PAN como la del propio presidente del CEN (que todo indica quiere ser reelecto). Hizo un mal cálculo, con la mejor intención que haya podido tener. El desempeño del coordinador se evaluará con lupa y se calificará públicamente desde septiembre.
No se han visto comentarios favorables al nombramiento de parte de panistas (ajenos al grupo del coordinador en CDMX, o que no sean de felicitación al elegido por simple diplomacia política), ni de los medios, o de otros representantes de “fuerzas políticas”, ni de los comentaristas políticos, algo ya previsto. Lástima, si, qué lástima. Ojalá el presidente del CEN panista cambie de opinión, se vería bien, dentro y fuera del PAN.
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