Que la Guerra sucia contra Ricardo Anaya y su familia política tiene patrocinador interesado, no hay duda, y es el gobierno de Peña Nieto. Que el motivo más indicado es la negativa del CEN panista de que el actual procurador general, Raúl Cervantes se convierta en el nuevo Fiscal por nueve años, es el verdadero.
Todo cuadra como lo han dicho el mismo Ricardo y el CEN del PAN: justo cuando deciden pelear para que un priista no se quede a proteger al actual gobierno peña-nietista, cuando pierda el poder el próximo año. Es que el “Sistema PRI-gobierno” quiere doblegarlos y no ha podido. Ricardo de inmediato, tras la reunión del CEN, hizo públicas las amenazas contra él y su familia política cuestionando sus patrimonios.
El diario El Universal, que se ha caracterizado por ser instrumento vergonzante de Peña Nieto para atacar a sus adversarios, es el medio para injuriar y difamar a Ricardo Anaya. No solamente ha sido corifeo gubernamental y aplaudirlo, sino que no es tampoco la primera vez que es utilizado como ariete para golpear. Tras los reportajes de varios días contra el panista, otros medios se han hecho cómplices.
La forma de atacar a alguien diciendo verdades a medias y completas mentiras, bien mezcladas, es un viejo truco de la peor forma de guerra política, y funciona. La manipulación de los mensajes, en especial en los títulos o cabezas de las notas, y su posición dentro del periódico, consigue su propósito: desprestigiar a alguien y hacerlo ver como un corrupto. Por supuesto que no se dice directamente que Anaya lo sea, pero ese es el mensaje.
Ricardo Anaya tiene seguidores y adversarios dentro y fuera de su partido, sobre todo por su obsesión de ser el candidato presidencial para 2018. Mucho ha trabajado en ello, utilizando los recursos mediáticos del partido a su personal proyecto, cosa indebida y reclamada, pero de allí a creer sin reflexionar y a difundir ataques contra él por la guerra de El Universal en su contra, es otra cosa.
Desde el punto de vista legal y de verdadero análisis político imparcial, Anaya saldrá bien librado, pero el daño a su prestigio ya está hecho y clavado en la mente de muchas personas, especialmente entre militantes y simpatizantes del panismo que no lo quieren o tenían dudas. Creo que la posibilidad de que consiga imponerse como candidato antes de fin de año está perdida, quedan demasiadas dudas, más porque la mayoría de la gente, en vez de reflexionar, se deja llevar por apasionamientos y fobias, y lo ha condenado por “corrupto”, sin que se haya probado. Bastan las insinuaciones.
No me queda duda alguna, todo esto está orquestado desde Los Pinos, y más que buscar que su candidatura al 2018 se imposibilite, la razón es la mencionada, una venganza por lo del fiscal, buscando que el PAN no trate de evitar la llegada de Cervantes a la nueva Fiscalía. Pero el efecto de arruinar el prestigio de Anaya va de la mano.
Ahora bien, ¿qué otra persona o grupo pudiera estar también interesado en despedazar a Anaya, por ser su adversario al 2018? Rafael Moreno Valle. Ambos no la llevan bien, pues compiten por el mismo hueso (que por ahora les queda atrás en la carrera frente a Margarita Zavala). El interés de Moreno Valle, si es el caso, es quitarse de encima a Ricardo, pensando que pudiera barrer a los zavalistas y ser él el candidato (algo imposible, pero no lo entiende). No acuso a Rafael, pues no me consta, pero señalo una posible verdad.
Lo que es vergonzoso, y lamentablemente común por la visceralidad de muchas personas, es el número de panistas que en las redes sociales y grupos políticos en ellas, de inmediato se apropiaron de los ataques de El Universal para difamar a Ricardo Anaya.
A fin de cuentas, el peña-nietismo logró algo: perjudicar la imagen del presidente del PAN y de paso al propio partido, pero, por el contrario, habrá perdido su intención de chantajear al panismo legislativo, para que deje en paz al procurador peña-nietista Cervantes y se quede en la fiscalía a proteger a EPN y su gente, ante las denuncias de corrupción que le caerán en cascada. El CEN panista hará ahora todo lo que se pueda para que el nuevo fiscal sea otra persona, ajena a los intereses de “El Sistema PRI-gobierno”. Un bumerang.
Pero como se dice “esto no se acaba hasta que se acaba”, y la confrontación Anaya-PAN con El Universal y detrás de este con EPN, seguirá por varias semanas. El resultado será perder-perder, cada parte habrá perdido algo importante en la guerra política nacional.
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