Un católico no puede votar a favor de un candidato pro cultura de la muerte, pro-aborto, sin cometer pecado.
Según reportaje de La Jornada, Alejandra Barrales dijo ayer, Día de las Madres, que la interrupción legal del embarazo, o sea el asesinato de bebés nonatos, debe ser vista como un asunto de “salud” pública… ¿desde cuándo matar a alguien es asunto de “salud”, cuando es asunto de muerte, de homicidio?
También indica el reportaje que Barrales señaló que la medida (léase matando a alguien) ha permitido revertir índices de mortalidad materna… No existe ninguna evidencia estadística que, por matar bebés en abortos legales, haya menos mujeres muertas por abortar. En cualquier caso, ¿desde cuando se vale matar a alguien (un bebé nonato) para que otra persona (madre de ese nonato) probablemente no muera?
Que Alejandra haya dicho hace poco que personalmente está en contra del aborto, es una reverenda mentira, ya que ella misma se contradice, diciendo que es un derecho, que eventualmente una mujer puede recurrir a ello, pero pidió que no se convierta en una “práctica cotidiana”.
Recordemos:
A) Un panista no puede votar por alguien pro-aborto (ni siquiera como “voto útil”), sin actuar en contra de la esencia de la Doctrina humanista del Acción Nacional, del respeto a la vida, como el derecho primigenio del ser humano.
B) Un católico no puede votar a favor de un candidato pro cultura de la muerte, pro-aborto, sin cometer pecado. La doctrina de la Iglesia es absolutamente clara al respecto.
No se puede uno dejar engañar con declaraciones a modo, como el de decir falsamente que se está personalmente contra el aborto cuando se sabe que el auditorio es lo que quiere escuchar, y luego, insisto, se dice que es un “derecho”, pero se pide que no se convierta en práctica cotidiana. O sea, que sí, que maten a un hijo nonato, pero que no se repita. Inaceptable.
Alejandra Barrales, es claramente pro-aborto, es pro-muerte. En contra de la doctrina panista y de la doctrina cristiana.
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