No podemos tomar decisiones a la ligera… Para no equivocarnos, lo mejor es preguntar.
Para abrir boca
“Llamo al pueblo de México a que nos ayuden a desatar entuertos…a resolver sobre este asunto complicado, difícil, que heredamos y tenemos que enfrentar de la mejor manera posible”
Los técnicos de “nuestro movimiento”. Fueron frases que en unos cuantos minutos dibujaron el estilo de gobierno, el análisis de problemas y la toma de decisiones del siguiente gobierno del país.
¿Sintomático?
A Jiménez Espriú, virtual secretario de Comunicaciones y Transportes se le fue la comunicación por culpa de los micrófonos. La intervención entre trompicones concluyó: el nuevo aeropuerto continúa o se detiene, abriendo la opción del aeropuerto militar de Santa Lucía. Ya se sabía.
Curiosidades
A petición de nuestras bellísimas lectoras y gentiles lectores, este escribano ha sostenido en diversas colaboraciones –y sostiene todavía- que el “nuevo estilo de gobierno y de gobernar”, va mucho más lejos de cambiar las formas de hacer cosas.
El mensaje es extraordinariamente claro. 30 millones de votos, con el dominio cuasi total de las cámaras y el amplio respaldo alcanzado por el movimiento del presidente electo, se puede hacer cualquier cosa. Incluso, cambiar los refranes, porque con este estilo populista, cualquier árbol que nazca torcido, se somete a consulta pública –para escuchar todas las voces- y en automático se endereza.
Vaticinios
Se aplaude que la información y los detalles del dictamen ya se encuentren en https://lopezobrador.org.mx/. Eso es fantástico porque habla de una buena intención de transparencia, cosa que brilló por su ausencia en el sexenio de Peña Nieto (si es que la ausencia pudiese algún día llegar a brillar).
No obstante, la pregunta surge de inmediato: ¿Qué vamos a hacer…de qué forma vamos a entender los estudios técnicos de mecánica de suelos, movilidad, administración y operación del espacio aéreo nacional, de información sobre aeronáutica civil y militar, de la seguridad nacional que tiene a su cargo la SEDENA, de costos directos e indirectos, de sueldos y salarios para la mano de obra, de interpretación de planos….todos aquellos que somos legos en etas materias?
Lo que significa que -si a esta parte de los mexicanos que no le entendemos a estos asuntos- nos convocan a dar nuestra opinión a mano alzada para que decidir si el aeropuerto nuevo se construye o se detiene y se hace cualquier otra cosa, ¿levantaremos el pulgar o lo colocaremos hacia abajo como lo estilaban los emperadores?
¿Cuántos mexicanos estaremos en condiciones similares? El escribano no se atreve a presentar una cifra.
Salomónicos retrasos
Para el cinco de septiembre, una consulta. En la última semana de octubre, una “encuesta nacional” para recoger la opinión “de todos” y tomar la decisión.
El tiempo y los costos generados, comprometidos…¡Eso a nadie le importan y que ningún mexicano se preocupe, que se habrán de pagar, preferentemente de dinero que no sea del erario público! ¿Y el dinero público que ya se invirtió y está comprometido?
La respuesta se eleva pontifical: No vamos a preocuparnos por el tiempo que nos lleve, porque es “una decisión trascendente”… “no podemos tomar decisiones a la ligera…Para no equivocarnos, lo mejor es preguntar. El pueblo de México no es menor de edad, es un pueblo inteligente, sabio”
La otra pregunta aparece: ¿Y, entonces, de qué sirven los estudios técnicos, los proyectos ejecutivos, las licitaciones (que si el aeropuerto se cancela, se tendrán que pagar fuertes cantidad debido a las cláusulas penales de los contratos), lo concursos de obra, las fianzas que se piden a las empresas licitantes…si al final del día basta con que “el pueblo” y el único intérprete de “la voluntad del pueblo” levante o no el pulgar.
El argumento se refuerza. Es un método democrático porque “la decisión no puede quedar en manos de un puñado de técnicos”
El desenlace: “No vamos a inclinar la balanza” La falta de recursos se puede subsanar “concesionando parte o la totalidad del aeropuerto. Se va a hacer un nuevo estudio”
La última y nos vamos
Ergo, si se van a mandar nuevos estudios… ¿todos los que se han realizado hasta el momento, no han servido para nada? ¿O, sólo tienen validez los dictámenes técnicos de “nuestro movimiento”? Que conste, es pregunta.
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@yoinfluyo
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