Cualquier persona puede estar segura que el asunto de la masacre en Michoacán y las declaraciones de la autoridad ya no son culpa de Putin.
QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE
El destacado filósofo suburbano Eugenio Derbez desarrolló un personaje genial que generó la frase que encabeza este párrafo: “Que alguien me explique”, decía el actor ante hechos consumados que de pronto resultaban ininteligibles para cualquier miembro de la raza de bronce.
Algo así le sucede al escribano derivado de las intensas noticias de los últimos días y las recientes horas, porque no es fácil deslindarse del conflicto entre Rusia y Ucrania, al que se han adherido ya una decena más de países apuntalando las presiones para el Kremlin… menos México.
Y por eso no fuera suficiente, de pronto, la escalada de violencia, criminalidad, narcotráfico e incompetencia flotan como corcho de una terrible realidad nacional.
Veamos:
1. Los imbatibles miembros de la Guardia Nacional –maravilla de invento en el sexenio, que iba a librar a los mexicanos de toda clase de malandros del crimen organizado y desorganizado- siguiendo con fidelidad las indicaciones de Biden y Trump, se dedicaron a corretear migrantes; pero bastó un puñado de cubanos, venezolanos, panameños y tahitianos para pasar encima de sus aguantadoras humanidades castrenses.
2. En opinión de este amanuense, el mandatario mexicano debería estar generosamente agradecido con Vladimir Putin, su homólogo ruso, porque gracias a la movilización de las tropas comandadas por Putin, el tema de José Ramón, el pobre hijo millonario, dejó de ser tendencia interplanetaria y pasó a interiores.
3. Con crasa ignorancia este tunde-máquinas reconoce no haber llegado al fondo de la investigación y manifiesta: No saber si el hecho de que el mandatario mexicano no se haya unido a los países que defienden a Ucrania de la invasión, obedece a algún acuerdo en lo oscurito con Putin, derivado del tema de generar otra Caja China para echarle polvo al asunto de José Ramón.
4. De acuerdo con los decires de mis adorables lectoras y maravillosos lectores, la imperiosa, urgente, patológica e inconmensurable necesidad de hablar, vuelve a ser la causa de otro desliz ortolálico en Palacio Nacional, ante el asesinato –según dice todo mundo, menos el fiscal michoacano y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla- de varias personas, el presidente mañanero sostuvo que no hay indicios de que haya habido un ataque del crimen organizado, simplemente, porque hayan recolectado varias decenas de casquillos percutidos y haya habido una balacera que oyeron todos los vecinos, además de visibles huellas de sangre, como no hay cuerpos, sino solo masa encefálica regada por varias partes, se presume que no hay delito qué perseguir.
5. ¿Será una tendencia dentro del partido del que es dueño el presidente? Recuérdese que el camión que varios agitadores lanzaron contra una estructura, la autoridad morenista aseguró que, como el camión iba sin chofer, pues no había delito como para abrir una carpeta de investigación. Igual ahora. No hay cuerpos, no hay delito. Por esa razón, los cartones de todos los moneros de medios impresos se le fueron encima al presidente. Hay un cartón en especial que presenta la imagen del mandatario macuspano delante de una gran cantidad de cruces en el piso, y el presidente les reclama: “Digan, ¡cuánto les pagan!”.
Cualquier persona con tres centímetros de cerebro puede estar cierto que el asunto de la masacre en Michoacán y las declaraciones de la autoridad, sin duda, eso ya no es culpa de Putin.
Te puede interesar: Concierto de impunidad en “sí sostenido”
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com