SABIDURÍA POPULAR
Los mexicanos decimos que, cuando conocemos algo o a alguien de quien hay muchas cosas que aprender, mucho qué preguntar y mucho que escuchar, se afirma que ese algo, “tiene mucha tela de dónde cortar”, y en opinión del escribano y de mucha gente que sí sabe, se ubica el mensaje del Papa Francisco dirigido al Cuerpo Diplomático acreditado ante La Santa Sede. El mensaje se compartió en el Aula de las Bendiciones
Jueves, 9 de enero de 2025.
El llamado es tan fuerte como sensato y urgente. Desde el inicio del mensaje la convocatoria adquiere un valor extraordinario que vale citar textualmente: (…) la familia de los pueblos se congrega simbólicamente a través de su presencia, para intercambiar una felicitación fraterna, dejando atrás los conflictos que dividen y redescubriendo más bien lo que une.
Primer elemento para dejar atrás el enfrentamiento –entre familias, países, pueblos o personas- radica en dejar atrás los conflictos que dividen y redescubrir lo que nos une. Ya sea en una discusión en el matrimonio, un debate entre propuestas políticas o en un debate parlamentario. Implica, desde luego, un acto de generosa humildad y hombría de bien para distinguir el momento, deseando de verdad, superar los conflictos e ir al encuentro de aquellas cosas, de aquellos elementos funcionales, emocionales o espirituales que nos unen. ¿Difícil? Sin duda alguna
CONSIGNA FUERTE
Lo Es porque se necesita una buena dosis de bonhomía, virtud que la –real Academia cataloga y define como (…) afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento. Y eso no es sencillo entre quienes se consideran rivales irreconciliables; precisamente, porque se trata de (,,,) perdonar las ofensas, sostener a los débiles y a los pobres, dejar descansar la tierra, practicar la justicia y renovar la esperanza. A ello están llamados todos los que sirven al bien común y ejercitan esa alta forma de caridad —quizás la forma más alta de caridad— que es la política.
Esta visión confronta de lleno, desde sus cimientos, las estrategias políticas que revientan los valores de unidad y fomentan la polarización, el encono entre hermanos y la violencia entre la sociedad.
CLAVE SUSTANTIVA
Un elemento fundamental para que todo ello se logre –independientemente de que todo el documento adquiere una maravillosa oportunidad para entender todo lo que pasa en la familia, la sociedad, las naciones y el mundo- radica en el fondo de la frase pontificia (…)Los confines modernos pretenden ser líneas de demarcación de identidades, donde la diversidad es motivo de sospecha, desconfianza y miedo: «Lo que proceda de allí no es confiable porque no es conocido, no es familiar, no pertenece a la aldea. […] Por consiguiente, se crean nuevas barreras para la autopreservación, de manera que deja de existir el mundo y únicamente existe “mi” mundo, hasta el punto de que muchos dejan de ser considerados seres humanos con una dignidad inalienable y pasan a ser sólo “ellos”» [1]. Paradójicamente, el término “confín” indica no un lugar que separa, sino que une, que “está contiguo con otro punto o lugar” ( cum-finis), donde se puede encontrar al otro, conocerlo y dialogar con él.
Empezando por el final: como elemento de gestión de cualquier conflicto y al nivel que sea, se trata de llevarlo justamente, “al confín”; que como señala el Papa Bergoglio, es acudir al encuentro de quien está “contiguo” al otro, donde se le puede conocer y dialogar con el otro, en vez de construir barreras que preservan solamente “mi mundo” y lo alejan de los demás.
Bien certera y oportuna es la divisa papal: No se puede hacer nada por los pobres, sin los pobres, porque eso es una actitud total y diametralmente tribal. Como lo que suelen hacer muchos “políticos” cuyos discursos solo van dirigidos a los suyos en el nombre de cualquier mazacote al que le llaman “pueblo”; y, entonces, todo se hace en el nombre del pueblo, pero sin el pueblo, cayendo en una patética demagogia que sustenta reformas constitucionales en el nombre “del pueblo”, aunque este no tenga la menor idea de qué se tratan las modificaciones que se plantean.
LA “DIPLOMACIA DE LA ESPERANZA”
La riqueza del documento invita a nuestras hermosísimas lectoras y gentiles lectores, a invitarlos a una lectura de fondo del texto de Francisco. En aras de esta motivación, el escribano quiere dar un primer cerrojo con un par de contextos que el Papa encierra en el término la “Diplomacia de la esperanza”
Inicialmente, comprender que la soberbia humana –caída por naturaleza- ha vuelto enormemente atractiva la idea de tener el poder de la autosuficiencia, de bastarse a sí mismo como ser humano, de estructura el futuro, especialmente, el propio.
Pero esta visión es solo una burbuja de presunción, porque todos los acontecimientos, las políticas públicas, las legislaciones y muchos postulados económico-financieros, llevan al ser humano a re-descubrir siempre que es una entidad, débil, impotente, pobre y necesitado de los demás. Así lo demuestran las grandes catástrofes como el DANA en Valencia, España, donde el miso ser humano dio cuenta de su terrible necesidad de acudir y recurrir a los demás.
Paradójicamente, y en medio de esa miseria y pequeñez humana, la misma humanidad da cuenta con las experiencias de mayor progreso, de desarrollo y avances tecnológicos insospechados, de riquezas en diversos campos, al tiempo de encontrarse sola y perdida, prefiriendo como señala el Papa, adoptar animales en vez de hijos.
QUÉ HACER
Atreverse a dar el paso y convertirse en portador de una buena nueva de paz, de esperanza, de fe, comprendiendo que la Fe no hace que las cosas sean fáciles… la Fe, hace que las cosas sucedan, porque la Fe supera la lógica del enfrentamiento.
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