Sociedad pausada en salto al vacío

PIRATEANDO

El escribano confiesa haber asumido el papel de Sir Francis Drake, Bucaneros Corporation, para inspirar la siguiente entrega, y tomar con absoluto cinismo, el valioso texto del maestro Marcos Pérez Esquer públicado por Sfera Política. (MEXICANOS EN PAUSA Por Marcos Pérez Esquer – Sfera Política (sferapolitica.com.mx))

La descripción y logística es genial en la pluma del analista, tanto, que vale enorme su lectura: 

En buena medida, durante todo este sexenio, México ha tenido una sociedad pausada, inactiva, indiferente. No sé si por temor, por desinformación, o por hartazgo, pero durante este tiempo han ocurrido cosas que en otro momento habrían hecho levantar la voz de miles, y que ahora pasan casi desapercibidas. La militarización de la seguridad y de muchos otros temas, el ecocidio del Tren Maya, el aumento del 25% en el precio de la gasolina, los niveles nunca antes alcanzados de homicidios y desapariciones, la corrupción en Segalmex, o la de los hijos del presidente, la captura de las autoridades electorales, la descalificación de las organizaciones de la sociedad civil, la persecución de opositores, científicos, feministas, ambientalistas, y periodistas, el desmantelamiento del sistema de salud, el agandalle de las cuentas de afore de las personas más grandes, la falta de medicamentos, el fiasco de la mega farmacia, o el del AIFA, o el de Dos Bocas, la opacidad en los programas sociales, los ataques a los padres de niños con cáncer, la propuesta de reforma judicial, o la de eliminar los organismos autónomos, o la de acabar con la transparencia, etc., etc., etc. En otro tiempo, cualquiera de estos temas, habría desatado copiosos reclamos, manifestaciones y críticas, pero hoy, la mayoría de los mexicanos están pasmados, adormilados, en pausa, permitiendo que el gobierno haga con ellos y con su país lo que le venga en gana, sin reaccionar.

En opinión de este amanuense, la descripción tiene una puntería socio política, dramática y tragi-cómica brutal. En no pocos espacios se quiere puntualizar con una máxima ya superada: Es que México aguanta todo. Fue válida en el Maximato, el porfiriato y el priato; pero hoy, todo indica que ya no están cierto. 

Cierto es también que los programas sociales y la repartidera de dinero eufemísticamente llamada “primero los pobres”, han puesto en pausa a la sociedad mexicana, a las familias, a muchos liderazgos sociales, a los generadores de empleo y a algunos académicos. Sin embargo esta circunstancia está cambiando de forma veloz.

DOS FOTOGRAFÍAS

Una par de imágenes aparecidas recientemente en los medios, dibujan con precisión la forma en que todos esos elementos están transformándose. La primera, de verdad, histórica, en donde Norma Piña, magistrada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aparece dejando la toga de lado para enfundarse en una playera que acompaña los gritos –de ella y de todos- exigiendo respeto al Poder Judicial y negándose a avalar el atraco presidencial, con el puño levantado y el rostro no enojado, pero firme; no desquiciado, pero sí, proyectando una gran ansiedad derivada de todo lo que está puesto en juego. 

No es el grito de la chusma oclocrática que valida cualquier cosa –desde la abolición de la propiedad privada en Marte, hasta la obligación de aplaudir en cuanto se les dé la indicación- con solo levantar la mano. No. Es la líder de uno de los tres poderes republicanos; la primacía de quien defiende el espíritu de la Constitución desde la sala de Plenos hasta tomar la calle. Es ella… es Norma… Es quien juró defender la legalidad y proteger a los ciudadanos y la república en el mejor sentido de equilibrio de poder. Ella bien lo sabe, por eso no se le puede descalificar argumentando que la engañaron o que tiene malos consejeros que le soplan al oído.

A su lado, caminando y tomando la calle en nombre de la libertad y el derecho, cientos de miles de jóvenes estudiantes. Muchos de ellos, preparándose en la especialidad como jurisperitos. Son estudiosos del Derecho en las universidades públicas y privadas. 

Son esos mismos a los que el presidente los catalogó de ignorantes por hacer caso de malos maestros que no entienden que “es una aberración” negarse a validar la reforma del Poder Judicial.

Entre todos, jueces, magistrados, secretarios de acuerdos, actuarios, empleados de todos los tribunales defendiendo ese poder constitucional, pero a la vez, el sustento de sus familias, sus empleos, jubilaciones y prestaciones.

Solo esa parte de la sociedad pausada, adormecida y anestesiada por la jerigonza y la imaginería de quien sabe que el poder se le escurre entre los dedos, es la que está dispuesta a saltar al vacío.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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