Segundo piso o segundo imperio

Se declaran acérrimos enemigos de la monarquía y la oligarquía, pero actúan igual que una tribu; hablan de inclusión y paridad, pero el ejercicio cotidiano es la polarización, el separatismo, el sectarismo y la discriminación de todo y de todos aquellos que no piensen como ellos.

Se refieren de continuo a la unidad de un pueblo –concepto que acaba siendo un “molusco-invertebrado-gaseoso” cuando la tesis central de cada narrativa es descubrir adversarios mortales en quienes no concuerdan con su ideología.

Exigen la liberación inmediata del yugo opresor, para convertirse –como se aprecia en la crisis de Venezuela- en el mismo gobierno represor que, con toda la fuerza del estado, acude al exterminio de quienes valora y considera como enemigos.

En México, el trayecto que los escenarios políticos van marcando, apuntan hacia un “segundo piso” que puede convertirse en un “segundo imperio”. La evidencia más reciente la aporta la doctora Sheinbaum al festejar la invitación formulada a Vladimir Putin, dictador ruso, famoso por sus bravatas, desplantes, necedades y rudeza política en contra de todo lo que puede oponerse a la mentalidad sectaria que le es tan propia. Zelensky en Ucrania es un buen testimonio de ello.

La doctora y el presidente ruso convergen y concuerdan en el mismo pensamiento marxista-leninista de la política, la sociedad y el gobierno, al igual que los derivados bananeros del Foro de Sao Paulo que como México, Brasil y Colombia expusieron el cutis con tal de esgrimir una defensa del fraude de Maduro en Venezuela.

En la misma línea de su antecesor –no podía ser de otra forma- la doctora ya precisó que así como se invitó al ruso, quedaron excluidos del festejo Perú y Ecuador. Sería obvio que la virtual mandataria invitara en forma especial a las hijas de Chávez y al propio Maduro; a los familiares de Díaz Canel y del Che a quien tanto admira el macuspano.

Sin embargo, los dioses y las estrellas no están siendo tan bondadosos. De inicio, porque nuestro país se encuentra bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional –CPI-, se firmó el Estatuto de Roma en el 2005 y este tema de alcances internacionales sin duda, van a complicar la posible visita de Putin a México, en razón de que esta estructura normativa tiene vigente una orden de arresto en contra del presidente ruso.

Como lo reportan diversos informativos en México, Dmitry Peskov, quien se encarga de todos los temas de prensa del gobierno ruso, ha declarado que no reconocen las órdenes de la CPI ya que este asunto no es parte –dijo- en este estatuto.

Este escribano considera necesario que el equipo de la doctora reaccione y observe que, sería mucho más recomendable para el inicio de una gestión histórica como la de la doctora, comenzar con fuertes mensajes de unidad y no de división; con una mirada de mujer de estado, a pesar de la sujeción y lealtad al tabasqueño; y con una convocatoria convincente a la integración de los mexicanos en torno a un pensamiento superior que rebasa a todos, en lugar de profundizar en las heridas sociales, la desigualdad y la miseria moral que priva en estos momentos.

Mucho del éxito de la mandataria radica en sacudirse el sometimiento que la tiene postrada y jugar más inteligentemente. Ella puede mover a todas las fuerzas armadas para custodiar los eventos de su toma de posesión al igual que lo ha hecho Maduro.

El asunto a considerar es: El espectáculo que México y la doctora darán al mundo entero, si la visita de Putin, la gente de Maduro, de Castro, de Díaz Canel, del Che, de Lula y de Petro, se topan con el público filarmónico mexicano que desde que pisen suelo azteca le entonen la misma rechifla dándoles a conocer que no son bienvenidos.

¿Se atreverá la doctora a enlodar su primer acto de gobierno, con fuerzas armadas en las calles de todo el país, con miles de detenidos y golpeados; con cientos de desaparecidos y un país sumido en la polarización?… Es pregunta.

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