Hasta el momento de tundir este teclado, los morenos han recibido la friolera de 941.9 millones de pesos vía financiamiento público.
El paradigma
En el nuevo imperio mexica empiezan a asumirse como costumbre dos vertientes interesantes: una, que consiste en acabar con todos los problemas nacionales mediante el solo deseo y la proclama presidencial. Y la otra, que coincide con un aserto que uno de nuestros espléndidos lectores le hizo llegar al escribano. Se transcribe: “Cuando los socialistas hablan de acabar con la pobreza… están hablando con verdad, se trata de acabar con la suya”.
Así, se acabaron las trabas normativas para construir en Santa Lucía. En este Estado laico de “a mentiritas”, quisieron eliminar cualquier brizna de religiosidad en el referido aeropuerto. Le quitaron lo de “Santa Lucía” y le pusieron “Ángeles”. ¡¿Quién los entiende, pues?!
Es tal el odio a la Iglesia –a la católica, por supuesto– que un grupo de evangélicos políticos, que no políticos evangélicos, repartirá la Cartilla Moral, mediante acuerdos en lo oscurito que parece no tener nada de “moral”.
Se sostiene la divisa de que, “por el bien de México, primero los pobres” Y se ha cumplido. ¡Pobres las familias de los despedidos en el IMSS, en el SAT, en Hacienda, en la Comisión Reguladora de Energía, el Instituto de Evaluación de la Educación, el ISSSTE, y ahora, en el CENEVAL! Pobres, las comunidades indígenas de Dos Bocas, de los alrededores de donde se pretende construir el Tren Maya porque importan muy poco a la Federación, porque se privilegian las ocurrencias presidenciales.
Pobres de los medios de comunicación masiva, a quienes se les ha puesto en la lista de los conservadores enemigos del nuevo gobierno. Pobres de los niños con cáncer y los enfermos que tienen que dializarse y hemodializarse, porque se prefiere el béisbol a la salud.
Ahora resulta
Que los más vigorosos defensores de la austeridad republicana y la medianía juarista, incurren –para variar– en otra incongruencia. La nota de la periodista Carina García en El Universal (Julio 28, 2019).
Hasta el momento de tundir este teclado, los morenos han recibido la friolera de 941.9 millones de pesos vía financiamiento público.
En franca y abierta oposición a las homilías mañaneras, cada mes han cobrado religiosamente, los 134.5 millones que les otorgan; y otros 27.4 millones de pesos más para tareas editoriales, capacitación y otros rubros. Además de los 418.9 millones de pesos para gasto corriente que recibieron el año pasado.
Obvio. A los que no mienten, no engañan, no chafean, no esconden nada, los han multado con 43.2 millones de pesos adicionales, “por irregularidades administrativas en el reporte de sus ingresos y gastos”. Dicho de otra forma y más amable, eso de administrar no se les da mucho a los morenos.
La mexicana alegría
Lo insólito es que doña Yeidkol asegura, jura y perjura que “sigue en firme la decisión de renunciar al 50 por ciento de las prerrogativas que le tocan este año”.
La iniciativa sería plausible, de no ser por ya llevan más de la mitad del año y como dice la dirigente nacional morena: todavía “están estudiando los mecanismos para hacerlo”. Tan fácil que sería acordarlo a mano alzada.
Una modesta pero eficiente sugerencia
Se puede llamar a la secretaria del partido si se carece de laptop, para el efecto de tomar dictado.
-Señorita, en papel membretado de Morena, por favor. “Distinguido Dr. Lorenzo Córdova, Comisionado Presidente del INE. Informamos a usted que, de acuerdo con lo ofrecido por el señor Andrés Manuel López Obrador, le comunico que, a partir del 2019, renunciamos al 50 por ciento de las prerrogativas. Lo que hago de su conocimiento para emitir las directrices que procedan conforme a derecho”.
¿Verdad que no es tan complicado? ¿O sí?
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