QUÉ SIGNIFICA
El término admite varias interpretaciones. Algunas voces ven bien que las fuerzas armadas anden correteando migrantes, aprehendiendo bandoleros en los microbuses, o mirando feo a cualquier cristiano que los vea raro. Vaya, hasta en algunos centros comerciales andan vigilando que los clientes no se roben galletas, calzones o refrescos. El papelazo es serio.
Sin embargo, el escribano considera que, el aporte a la clarificación de los conceptos, los aborda magistralmente, mi admirado chucho Silva Herzog Márquez. En su columna – El militarismo es esto- del 19 de septiembre, el analista describe la forma en que el militarismo impulsado por el presidente mexicano, ha creado una nueva clase social, un estamento importante que es capaz, porque no tiene la atribución constitucional, para actuar por encima de ley, con una ligereza y arbitrariedad que pasma y doblega a las demás instituciones del estado mexicano.
Por eso se escucha a un general secretario envalentonado, tomando y repicando el discurso político del presidente en el Campo Marte, y amenazando -en expresión de varios analistas- a quienes se atrevan a contradecirlo.
Es un general a quien se le permite definir y hacer su propia hermenéutica jurídica para volar por encima de la norma y el estado de derecho. Por lo mismo, el funcionario define quien está en contra de la ley cuáles deben ser las responsabilidades ciudadanas.
NO ES MENOR
El asunto no es pequeño porque así comenzaron Pinochet, Daniel Ortega, Erdogán o Noriega. Y a estos fines, la mayoría legislativa ha aplaudido a rabiar las propuestas de cambios y el alud de nuevas atribuciones metaconstitucionales que se le han otorgado al ejército, reforzando al propio legislativo y al ejecutivo, para hacer a un lado la Cara Magna a la que juraron defender y que, ahora ponen de tapete a favor de las fuerzas armadas.
En tanto, la impresentable presidenta de la CNDH se ha sumado al club de aplaudidores, con todo lo que este mismo hecho arrastra, a pesar de que se han evidenciado más casos a nivel internacional. La Comisión es ahora un apéndice en la estructura de la ilegalidad, porque como bien lo dice Silva-Herzog Márquez, la señora Piedra Ibarra se ha mimetizado.
¿MILITARIZAR PARA CONGELAR?
Eso parece. En particular por la cantidad de incienso presidencial quemado a los pies de las fuerzas armadas, a fin de que éstas cancelen toda opción de equilibrio de poderes, de vida democrática y respeto a las libertades.
Se golpea desde el Campo Marte a la pluralidad; se ensaña con la posibilidad de disentir y la mordaza impuesta es calificada como un “deber” de la soldadesca.
El ejecutivo lanza loas a diestra y siniestra y la hinchazón justifica traer kilo y medio de medallas en el pecho, sin identificar qué guerra ganó el portador. Como era de esperarse, se culpa a las ambiciones personales, a los comentarios “tendenciosos”, a los intereses y ambiciones individuales, que quieren lacerar la confianza y el respeto del pueblo hacia las fuerzas armadas.
Militarizar al país es entregarles todo, puertos, pensiones, construcciones, trenes, transportes, puertos y un gran espacio para actuar.
(1) https://pulsoslp.com.mx/opinion/el-militarismo-es-esto/1546852
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