Rumbo al Tercer Congreso Nacional de Morena, doña Yeidkol no trae equipo. ¿Será un choque de trenes?
Los muertos que vos matáis
Si alguien daba por muerto a Ricardo Monreal dentro de la cúpula de allegados al presidente López, está totalmente equivocado; como también sucede con Martí Batres que, en análisis final, tampoco está tan cerca del cobijo presidencial como algunos decían.
El pleito por la presidencia del Senado arrojó una tercera damnificada: Yeidkol Polevnsky quien, por andar buscando la reelección y darle un esquinazo a Mario Delgado, cayó también el rejuego de frases, de proclamas y aspavientos, al hablar mal del proceso interno encabezado por Monreal, obvio, con la bendición urbi et orbi del tabasqueño.
Que 5 años no es nada
A un lustro de la fundación del movimiento López Obradorista, empieza a quedar clara una marcada diferencia al interior de Morena. Una cosa es lo que significa y cohesiona el nombre y la figura del presidente, del gran caudillo, del hombre majestuoso y omnipotente de Macuspana; pero, algo muy distinto es el partido que inició hace apenas cinco años.
Es decir, cuando el gran caudillo iluminado cita, convoca, instruye y proclama, todo mundo agacha la cabeza y se repliega; pero a partir del momento en que la vida de su movimiento implica el ejercicio de virtudes democráticas, las tribus y la multiplicidad de corrientes ideológicas –una más disolventes que otras– evidencian su incapacidad para sinergizar y alcanzar objetivos estratégicos comunes para su causa.
Los intereses de poder político, de prerrogativas económicas y espacios de decisión, se constituyen con el objetivo máximo de cada facción. Lo demás queda en el catálogo de lo “no-prioritario”, México y sus dificultades, incluido. Primero está la satisfacción del apetito de poder deseado durante tanto tiempo.
Monreal y su colmillo
Sin duda, Ricardo Monreal posee mayor trayectoria, mejor talante y mucha más experiencia en las negociaciones finas, que Yeidkol. Muy lejos, se puede ubicar a Martí Batres, acostumbrado como Salgado Macedonio o Fernández Noroña, al boxeo callejero, las mordidas, piquetes de ojos y escupitinas. Batres es fajador, no diplomático. Es golpeador, no esgrimista en el diálogo o la concertación.
La elección de Monreal fue de pronóstico reservado. Preparó el escenario para que senadores de Morena y el PES –curiosidades de las alianzas de izquierda parlamentaria– votaran para evitar la reelección de Martí Batres al frente del Senado de la República.
Nadie supo
Por lo álgido del momento, nadie se dio cuenta de que los cristianos evangélicos del PES, no eran invitados a un acto de particular incumbencia de los Morenos. Los señores del PES a imitación del Iscariote, participaron en el sainete –seguramente a cambio de 30 monedas de lo que sea– con tal de apuntalar la estrategia de Ricardo Monreal.
La votación se realizó y Martí Batres quedó fuera. Eso sí, “a voto de urna”.
Reclamos habemus
Como sucede siempre en ocasiones como esa, Batres montó en cólera y echando espuma por todos lados, calificó de “desaseado” y faccioso el proceso de Monreal. Así, asume el cargo Mónica Fernández, quién desde luego, le debe el cargo a ya sabe usted quién.
El argumento fue genial: Se necesita una mujer al frente del Senado…pero nada más ahí.
Por su lado, la señora Polevnsky condenó las modificaciones de Monreal y reclamo que, en vez del PES, debió llamarse a votar al PT. Así, quedó al descubierto quién es el amo y mandamás del PES y del PT, colocados al servicio del mejor postor.
Plancheta contra Batres y Polevnsky
Nombres que se opusieron a Batres: Martha Lucía Micher, Napoleón Gómez Urrutia, Félix Salgado Macedonio y Germán Martínez.
Esto implica que, rumbo al Tercer Congreso Nacional de Morena, doña Yeidkol no trae equipo.
La pregunta: ¿será un choque de trenes?
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