Cada día, se conoce algún hecho de corrupción entre los que abanderaron la lucha contra la corrupción.
Varios observadores
Entre los observadores de todo lo que pasa y sigue pasando en este país, Francisco Rodríguez, destacado analista, plantea algunos escenarios interesantes con los que este escribano, sus adorables lectoras y gentiles lectores coincidimos.
De inicio, la autofagia destruye lento e inexorablemente al movimiento fundado por el presidente. No está concebido para trabajar en un marco de legalidad y respeto al estado de derecho. No es su preocupación fundamental darle estructura al bien común, si no apuntalar la acumulación de poder.
Sus niveles jerárquicos se contraponen, se golpean y laceran al movimiento que les dio cobijo a cambio de poder, lo carcomen y debilitan. Las relaciones ahora, son planchetas de acomodamientos para acumular espacios. Al momento, la pregunta sigue en pie: ¿Todavía queda algo por repartir? Es dudoso.
En Morena, así puede constatarse en todo el tiempo y ejercicio presidencial, nadie aporta soluciones, propuestas innovadora o al menos, algunas hipótesis que permitan a México asomarse a una incipiente mejoría, porque como dice Paco Rodríguez, todos ellos son parte del problema. Así, puede entenderse que sus procesos electivos hayan tenido que ser suspendidos por ellos mismos. El desacuerdo y la inquina son los elementos electorales internos.
Cada día, se conoce algún hecho de corrupción entre los que abanderaron la lucha contra la corrupción. Se maldice a los “adversarios” del movimiento por señalar los errores, pero nadie destaca los aciertos que proclaman.
Las siguientes elecciones
La gran oportunidad para el PAN, en los siguientes procesos, en opinión del amanuense, se plantean en dos dimensiones:
La primera. Ahora que todo el ataque contra las administraciones panistas está en su apogeo, y la asfixia presupuestal campea por toda la estructura de las administraciones estatales y municipales, es cuando esa crisis artificial creada por la federación, abre el espacio para demostrar por qué, la ciudadanía debe confiar en el panismo que es capaz de administrar bien, a pesar de tener menos recursos.
Y en un segundo plano, analizar los escenarios de las 15 gubernaturas que se disputan.
Horizontes buenos
En un ejercicio inicial –que como tal, requiere de una reflexión más pausada y fundamentada– las tendencias favorecen al PAN en Baja California. Las ocurrencias de Bonilla y asociados, golpearon fuerte a Morena. Debido a la inactividad, la incompetencia de las autoridades y a la protección de los delincuentes a partir del caso de la familia Le Baron, todo indica que la causa presidencial naufraga. Agreguemos el tema, como dice Paco Rodríguez de las quejas contra el Grupo México.
Con todo y algunos desaciertos del gobernador Corral, la tendencia favorece desde ahora al blanquiazul. Como se señala en la nota en comento, en Nuevo León, el frente empresarial y los principales inversionistas, están haciendo naufragar a Morena. Querétaro, San Luis Potosí y Nayarit, al igual que en Guanajuato, como punta de lanza y dolor de cabeza para el presidente, hay marcada tendencia a favor del PAN. Morena no tiene figuras relevantes.
Legisladores sin mayoría
Es previsible que los escenarios cambien en el Legislativo, por las tendencias que marcan varios estudios realizados en el plano de las presidencias municipales. Y el dinero, a las huestes de los siervos de la nación, ya se les acabó.
Las predicciones de Paco Rodríguez son interesantes y coincidimos de nuevo: 8 gubernaturas para el PAN, 4 para Morena y 3 para el PRI. Si esto es así, Ramírez Cuéllar habrá hecho solamente, cuentas alegres.
Dicho en otros términos, la magnificencia de las obras insignia del presidente no resultan interesantes para el electorado común; menos aún para los desilusionados –desempleados, emprendedores y empresarios quebrados, familias sin comida, estudiantes sin futuro y empleados que no saben si laborarán mañana– lo que ofrece un panorama bastante desolador para el presidente y su movimiento. Es la oportunidad del PAN.
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