El ex presidente Salinas le dio la bienvenida “a la reconciliación” a Andrés Manuel.
Huele a romance
Frente a la tersura y el terciopelo que surgió luego del proceso electoral nacional, era de esperarse –como en cualquier democracia avanzada en el planeta- que todos los actores cerraran filas en torno al ganador, para evitar manifestaciones, tomas de avenidas, asaltos a tiendas de conveniencia, negocios de comida rápida, atracos en casetas de peaje y huelgas de cualquier sector, “por solidaridad
De acuerdo con mis bellísimas lectoras y gentiles lectores, el “hubiera no existe”, pero, si al ahora virtual primer mandatario de este país “no le hubieran favorecido los resultados”…
A partir del dos de julio, los noticieros, los diarios y las redes destacan la nueva cultura. Es más, el ex presidente Salinas le dio la bienvenida “a la reconciliación” a Andrés Manuel. Este escribano estima que, conociendo “el colmillo largo y retorcido” –así se dice en mi México lindo, a la gente con amplísima experiencia en cualquier cosa- de quien fuera titular del Ejecutivo, la expresión arrastra, cuando menos, un par de connotaciones.
De inicio, Salinas de Gortari se alegra con el nuevo caminar hacia una cultura de paz social, tranquilidad y serenidad socio-política. El amanuense duda de entrada, que así sea, porque la violencia, el secuestro, el crimen organizado y desorganizado y los homicidios continúan.
La otra acepción es más interesante: ¿Se trata de la bienvenida al hijo pródigo; “al hijo desobediente” que un día se fue de la casa, y al que ahora se le festeja porque todo se acomodó para su retorno triunfal? A este escribano le parece más viable esta opción. ¿La familia revolucionaria celebra el regreso y la reconciliación del chamaco rebelde y respondón? Se queda de tarea para quienes han tenido el estoicismo de llegar hasta aquí en nuestra columneja.
De otros romances
Sin embargo, surgieron varios idilios más: la 21 Century Fox acaba de ceder ante el amor prodigado por The Walt Disney Co. (Antonio Aja– 04 de julio de 2018, https://www.eleconomista.com.mx) por la friolera de 71 mil millones de dólares. Así, cualquiera hubiese caído. Claro, la Century debe dejar 22 canales de deportes. Televisa logró enamorar al 61 por ciento de una audiencia compuesta por 10 millones 981,000 personas en la transmisión del partido contra Brasil, superando a TV Azteca.
Por su lado, el virtual presidente electo evidencia un goce y disfrute enorme de las riesgosas entrevistas banqueteras, olvidando un poco que ya no es candidato. Hoy, todo lo que haga y diga o deje de decir y hacer, adquiere un peso específico en política.
De entrada
Como destaca el analista Pepe Fonseca en El Economista (“¿Sí entienden su rol los del “gabinete”?), el enamoramiento con los mexicanos puede empezar a mostrar “violencia intrafamiliar”, en expresión de Mauricio Merino, por el rol y el nivel de importancia e impacto político de su equipo de trabajo, porque –como quiera que estén las cosas- todos están “a prueba” y su presencia puede caerse por algún traspiés.
El propio López Orador tiene que matizar sus expresiones. Se escucha encantadora la frase al estilo Pepe Mújica: No viajará en el avión presidencial. Tá güeno!. Pero, ¿si se diera una catástrofe, alguna emergencia? ¿Todos los pasajeros del avión comercial tienen que esperarse y enviar sus compromisos por la alcantarilla, porque la nave se desviará de curso para que el presidente atienda los problemas?
Como el propio Fonseca plantea, Javier Jiménez Espriú ¿ya le explicó a su nuevo jefe las cantidades astronómicas de dinero que se echarían por el drenaje si se cancela el nuevo aeropuerto? ¿Y cómo resolver la recuperación de las Afores que se invirtieron ahí?
Enamorar al empresariado
El proceso de enamoramiento de López Obrador con el empresariado, y a la inversa, merece una colaboración aparte. Como decía el maestro Humberto G. Tamayo (cuando alguna vez, la televisión era en blanco y negro, y sin control remoto): Esto lo veremos en la siguiente colaboración. “Muchas noches y buenas gracias”
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