Han pasado poco más de dos meses y las consecuencias de una supuesta cuarta transformación se han hecho notar en desgracias para nuestro país.
Reconocimiento
La genialidad y el cuño de la frase obedecen a la palabra de Juan Carlos Romero Hicks, exgobernador de Guanajuato y hoy, coordinador de bancada del PAN en San Lázaro. Nada más certero porque la puntería es brillante cuando se trata de describir lo que sucede y se sufre en México desde el uno de julio, aunque muchos observadores sostienen que desde antes.
La lista
Como señala el columnista Aurelio Ramos Méndez –Crónica, 02-02-2019– son las “gansadas” de la fallida estrategia contra el robo de combustibles o la cada vez más costosa opción de transportarlos en pipas; la compra de estos vehículos en el extranjero –haciendo de lado a productores nacionales altamente competentes y competitivos–; la feroz y contraproducente idea de “ajustar” las plazas, los sueldos, las prestaciones a los niveles medios de la burocracia, amén de lo que muchos ciudadanos vimos en el tema de Texcoco y la depredación improvisada que estamos viendo en el asunto de Dos Bocas y su desbocada refinería; o un tren Maya que no acaba por tener estudios mínimos de transporte de personas y carga.
Es decir, sí hay gasolina, pero hay desabasto, adicional a la declaración unilateral y temeraria de que la guerra contra el narco ya se acabó. Ya todo está resuelto, porque a invitación del mandatario, “todos debemos portarnos bien”.
Cierto
El llamado huachicoleo ha existido desde hace muchos años en Puebla, Hidalgo y Guanajuato, creciendo al parejo de la incompetencia, corrupción e impunidad de las mismas estructuras y poderío del gobierno en sus tres órdenes constitucionales. Por esa razón, suena a una crónica de excusas anunciadas, cuando se argumenta que con Fox y Calderón también se presentaban esos delitos para escandalizar en este sexenio.
Lo que equivale a argumentar que como Caín mató a Abel, la Guardia Nacional no se responsabiliza de los homicidios dolosos.
La otra parte
Sin embargo, y coincidiendo con el análisis de los reporteros Elia Castillo, Jorge Almazán y Alejandro Reyes de Milenio, los datos son escalofriantes:
• Sólo 42 sentenciados por huachicoleo, en 13 meses, lo que significa que la justicia pronta y expedita alcanzó a solo 3.2 malandros por mes. Los demás, con el consabido –en expresión de Gómez Leyva– “seguimos investigando”. Al momento, se ha detenido a 2 344 personas en el trayecto del mes de enero 2019. ¿Sería que antes nadie se había dado cuenta?
• PEMEX ha presentado ante la PGR, 13 560 denuncias también en este año. Pero, como sostiene el Monje Loco: “Nadie sabe y nadie supo”
• Del 27 de diciembre del 2018 al 23 de enero del 2019, se presentaron 1 126 denuncias. Suena bien. Pero, si como señala la periodista Isabel González (https://www.excelsior.com.mx/nacional 02-02-2019) PEMEX ha ubicado más de 32 mil tomas clandestinas en los últimos 37 meses, entonces podemos darnos una idea de la velocidad de respuesta y la agilidad jurisdiccional para resolver estos temas. ¿Resultado? Los presuntos huachicoleros de cuello blanco, negro, percudido o simplemente mugroso, pueden dormir tranquilos.
• De aquí que este escribano puede entender y coincidir con la inquietud y desesperación exasperada de Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), condenó la “omisión” y la “pasividad” del Gobierno Federal (https://politico.mx/minuta-politica), no solo para el tema del robo de combustibles, sino igualmente para resolver –el tiempo de “atender” y “escuchar” ha fenecido muchas lunas atrás– el bloqueo a las vías del ferrocarril que tiene para a la industria nacional, esa sí, productiva.
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