¿A cuántos votantes de Morena les habrán “dado las gracias” y despidiéndolos de sus trabajos en estas fechas navideñas con motivo de la austeridad republicana y la honrosa medianía juarista?
¿Cuántos de esos burócratas habrán votado por las promesas del nuevo presidente, esperando conservar el empleo, y en más de algún caso, suspirando por un incremento salarial? A mis bellísimas lectoras y amabilísimos lectores, les parece que fueron varios miles los que fueron a engrosar la fila de los 30 millones.
¿Cuántos más ahora, estarán arrepentidos? Es pregunta, porque otros tantos miles, sin duda, pasarán unas pobres fiestas decembrinas, porque a partir del 21 de diciembre, les dieron “las gracias” pidiéndoles no regresar a sus oficinas en enero del 2019, porque se van a la calle en nombre de la Transformación de Cuarta, la austeridad republicana y la “honrosa medianía” juarista, donde “por el bien todos” –así reza la máxima– “primero los pobres”; esos pobres que engrosan hoy la dramática fila de los desempleados en México.
Numeralia a trasluz
En una espléndida entrega del periodista Israel Alatorre en El Heraldo de León (Diciembre 21, 2018) se aportan varios datos locales que, por lo mismo, revelan en números llanos lo que sucede en la región, pero que igual golpea el resto del país.
Las cifras corresponden al Sistema de Administración Tributaria en la ciudad de Irapuato. La información recogida por el periodista destaca un dato: “El personal de Recursos Humanos informó a los burócratas del SAT que a partir de este viernes 22 de diciembre la oficina cerraría sus puertas y que ya no era necesario que se presentaran a laborar”.
Con ese modelo de explicaciones profundamente cálidas y comprensivas, es seguro que las familias de los primeros 200 empleados despedidos” …y sin liquidación” revela el comunicador, pasarán un diciembre republicano y austero, “donde no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”. Pero la suerte está echada: si no están de acuerdo con engordar las filas de los sin trabajo, pues “que se amparen”. Ese es el mecanismo previsto para los funcionarios a quienes les redujeron el sueldo.
En Tuxpan, en el estado mexicano de Veracruz, el recorte de la 4T le pegó a la economía de 150 familias más. En el municipio de Poza Rica a otras 300 que seguramente ya razonaron su voto “pa’ la que viene”.
Los nuevos desempleados subrayan que no son legales los despidos, que también, aseguran, “nosotros somos mexicanos”. El rastrillo moreno, de acuerdo con la nota que comentamos, alcanzó también a algunos empleados con 30 años de trabajar en el SAT.
El procedimiento republicano
Como se procede en estos casos, a varios empleados les “sugirieron” firmar su renuncia “de manera voluntaria”, sin liquidación, pero eso sí, les entregarían su fondo de ahorro.
Argumentaron que había una “reestructuración” en diversas áreas del SAT.
No faltó quien se negará a firmar, al tiempo de impedir que los echaran de las oficinas donde habían trabajado.
Un buen número de los despedidos indicaron que “por solidaridad” en muchas oficinas del país se negaron a abandonar el centro de trabajo esperando un comunicado “del gobierno de la Cuarta Transformación”, cierra su nota el periodista.
¿Para qué esperarse?
Si no están de acuerdo, pues ¡que se amparen! Para esto están las leyes y los Tribunales. AMLO dixit!
De aquí que el escribano lanza un aserto: “Despedidos del mundo, uníos” No os queda de otra. Dar las gracias a 30 millones de aplausos que así lo querían. ¡Bienvenidos a la RENATA! (Reserva Nacional de Talentos)
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