¿El coronavirus en China podría generar algún impacto positivo para nuestro país?
Divertimento y festival
Muchos de los compañeros reporteros, analistas, columnistas y comentócratas cada mañana, tienen que “fumarse” las prédicas, evangelizaciones, ocurrencias, misiles de distracción y toda clase de dislates históricos, económicos y megalómanos. Para ellos, nuestro reconocimiento a su estoicismo, ante el festival del divertimento presidencial.
Y mientras en China levantan un hospital con un millar de camas, aquí, después de 10 años todavía no se pueden entregar unas instalaciones de salud y, encima, es necesario soportar las declaraciones del “modo políticamente correcto” en el que, en este país, se atienden y resuelven pandemias como las de allá.
Así, la coprolalia de un funcionario de “medio pelo” de la dependencia federal de salud, nos asegura que “todo está controlado” y que “estamos preparados con medicamentos, especialistas e instalaciones”, pero que podemos estar tranquilos porque el coronavirus jamás entrará a México… los medios no pueden dejar de lado las notas sobre el desabasto de medicinas, la postergación de cirugías porque no quien las realice y tampoco material quirúrgico, las muertes de niños y adultos con cáncer, con insuficiencia renal aguda.
Mientras tanto
Las autoridades federales haciendo el ridículo en las negociaciones del T-MEC; la impresentable jefa de los derechos humanos; las prisas por arrodillarse ante Trump y mostrar como “triunfo frente al imperio”, el muro con Estados Unidos, que, efectivamente, los mexicanos estamos pagando; los desaires que le hicieron a Ebrard en Davos porque ahí solo participan jefes de estado o la boda de la parienta de el Chapo, de la que el presidente no tenía esa información.
Todo eso, cede sus espacios informativos ante la tozuda e insistente caja china, que soba y manosea cada mañana, la traída y llevada “rifa” de un avión que no es ni de México ni del presidente.
Un cambio de enfoque
Sin embargo, ¿el coronavirus en China podría generar algún impacto positivo para nuestro país? Las bellísimas lectoras y extraordinarios lectores –escribano incluido– coincidimos con el maestro Enrique Quintana, analista económico en El Financiero.
Primera observación relevante: el 98.9 por ciento de los contagios se circunscriben a poblaciones de China. Y a ello, puede agregarse que, tanto por las enormes inversiones para atender la pandemia se requieren, y el decremento de la economía china se alejará bastante de lo esperado por los mercados internacionales, esto podría traer algunos espacios interesantes para México.
En un primer sentido, indudablemente, surge un descenso fuerte en las inversiones para ese país oriental, pero también se puede apreciar un impacto negativo en los temas de turismo en todas sus vertientes.
En principio, porque a raíz de los contagios, muchas empresas están repensando sus inversiones y, como es de esperar, ya buscan mercados y países alejados de esa posible contaminación de coronavirus. Esto disminuye sensiblemente el flujo de inversiones para China, lo que obviamente, también golpea el crecimiento esperado.
En este caso, por la cercanía con los Estados Unidos y Canadá, México emerge como una extraordinaria oportunidad para hacer negocios con los capitales mundiales, aunque el presidente mexicano no quiera ver más allá del Chu Chu Maya, de Santa Lucía o de Dos Bocas. Son nuevos empleos, inversiones frescas y una coyuntura para salir del estancamiento de la economía nacional.
Por otra parte, las cancelaciones de millones de turistas a China y la búsqueda de lugares con mejores opciones, tienen un enorme significado para el turismo, dejado hoy en manos de la iniciativa privada.
Cierto es, como señala Enrique Quintana, la inseguridad y violencia; la inestabilidad laboral; las políticas económicas erráticas o abiertamente equivocadas, amén de una visión localista y engañosa, pueden ser un freno a las posibilidades ofrecidas en la coyuntura.
Bien se dice que, en lenguaje katakana, la palabra “crisis” se escribe con dos líneas que constituyen todo un símbolo: una, que significa “peligro”, riesgo, cuidado, atención… y la otra, que significa “oportunidad”.
A los mexicanos nos corresponde elegir.
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