Coincidencias de tercer tipo

El presidente mandó a investigar al Magistrado Juan Pablo Gómez Fierro por dictar la resolución que frenó las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica.



“El fascista habla todo el tiempo de corrupción (…) Acusa, insulta, agrede, como si él fuse puro y honesto (…) Más que la corrupción, el fascista practica la maldad”. Norberto Bobbio.

Una de nuestras bellísimas lectoras hace llegar a nuestra mesa de trabajo una frase de Norberto Bobbio, a quien nadie puede acusar de pertenecer a la ultraderecha o de panista radical. En un texto por demás interesante, Clara Alejandrina León Hernández (LA CONCEPCIÓN DE LA POLÍTICA EN NORBERTO BOBBIO UN APORTE RENOVADORhttp://eprints.uanl.mx/1655/1/1020150658.PDF) destaca un par de elementos básicos para entender lo que sucede en el país.

Cita a Bobbio en un primer momento: “Entendido en sentido específicamente social (…) se precisa y se convierte, en la genérica capacidad de obrar, en capacidad del hombre de determinar la conducta del hombre: poder del hombre sobre el hombre. El hombre no es sólo el sujeto sino también el objeto del poder social” …. Y en seguida, la autora concluye: “Es gracias al poder que la sociedad puede considerarse de desiguales, puesto que mientras unos lo poseen, otros son en quienes recae; reafirmando la idea ya expuesta, es en la política, donde el poder obtiene su máxima expresión. Por lo que no es posible estudiar el poder, como fenómeno social, separado de la cuestión política”.

CARAMBOLA DE TRES BANDAS

La cita viene con oportunidad, porque –además del desaseado tema de Salgado Macedonio y la misoginia palaciega– se indexan un par de asuntos que, en apariencia separados, nos indican cómo se recorre un mismo camino cuando el populismo se convierte en la praxis cotidiana del poder político.

En tanto que, el candidato de Morena, acusado en cinco casos, por denuncias sexuales es exonerado y purificado por la bendición de su compadre y con la magia de unas encuestas que nadie conoce ni se sabe en dónde están, vuelve como candidato del partido presidencial al gobierno de Guerrero, es ese mismo sentido y orientación ideológica del poder político, lo que lleva a prisión a Jeanine Áñez –expresidente de Bolivia y opositora al gobierno de Evo Morales– acusada por la autoridad por los delitos de “sedición y terrorismo” (https://elpais.com/internacional/2021-03-12) junto con cinco de sus exministros.

El delito de Áñez: provocar la “salida anticipada” de Evo Morales en 2019. La nota de El País despide un profundo tufo a persecución de parte del actual gobierno en aquel vecino y hermano país latinoamericano. De antemano, la crisis que mueve la judicatura boliviana, ya aprehendió, juzgo y sentenció a Jeanine Áñez a un linchamiento mediático de consecuencias impredecibles.

¿Por qué es así? Porque así se actúa en los regímenes totalitarios y absolutamente arbitrarios, en los que el respeto al Estado de Derecho y la presunción de inocencia se envían directamente por la alcantarilla al ser sometidos a la dictadura.

De esta manera, un auditor puede ser defenestrado hasta la ignominia y servir de pretexto –en una elucubración no tan descabellada– para descalificar los varios miles de auditorías que, después de la condena presidencial, quedan en el limbo y con total falta de credibilidad. O exculpar y defender hasta elevar a los altares de la estulticia, a un subsecretario que le pide al mundo no salir de casa, para que el funcionario pueda ir a la playa o tomarse unas vacaciones en calidad de contagiado.

LA MALA NUEVA

Y, como si se requiriese de una prueba más de musculatura antidemocrática, el presidente manda investigar al Magistrado Juan Pablo Gómez Fierro por dictar la resolución que frenó las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica que a pesar de su ineficiente y dudosa productividad colocaba a la CFE en condiciones privilegiadas, anulando su posibilidad de ser –algún día– medianamente competitiva.

El regreso a la mediocridad y a un desquiciado sentido de nacionalismo a ultranza provocó que los Magistrados de la Asociación Nacional con gallardía respondieran a la acusación presidencial de estar al servicio de particulares. El mandatario amenazó con acudir a la Corte y exigir al Consejo de la Judicatura, “revisar” la actuación del juzgador.

El Magistrado Gómez Fierro está en la mira y el presidente le colocó ya la “diana” en la espalda: fue el mismo magistrado que otorgó los amparos contra el “Decreto Nahle”, bendecido por el mandatario. Pero, además, se dice, dictaminó a favor del abogado Juan Collado al impedir el acceso a sus cuentas.

Son el tipo de ofensas que para un régimen populista no encuentran perdón. Como señala Norberto Bobbio, el hombre es un objeto –no solo un sujeto– del poder. Al tiempo.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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