El Político y Diplomático, Porfirio Muñoz Ledo, Doctor en Ciencias Políticas y Derecho Constitucional por la Universidad de París, afirmó que “AMLO quiere la perpetuación en el poder de un solo Partido (“Morena”)” y que “no podemos avalar la reforma electoral. Hay que defender al INE (Instituto Nacional Electoral), porque es un límite todavía al poder omnímodo del presidente (Andrés Manuel López Obrador)”. (“El Universal”, 2-11-2022, páginas A1 y A 6).
Estas declaraciones me hicieron recordar el llamado “Maximato” del presidente Plutarco Elías Calles. Al término de la Revolución Mexicana, se convocó a elecciones presidenciales y fue electo por una aplastante mayoría al General Álvaro Obregón, el 5 de septiembre de 1920. El presidente Obregón (1880-1928) gobernó del 1 de diciembre de 1920 al 30 de noviembre de 1924.
A este respecto, es interesante la lectura de la novela del escritor Martín Luis Guzmán, titulada “La Sombra del Caudillo”, quien narra la maquiavélica estrategia del Presidente Obregón para imponer a su elegido, el General Plutarco Elías Calles, quien gobernó a México desde el 1 de diciembre de 1924 hasta el 30 de noviembre de 1928.
Martín Luis Guzmán narra de modo magistral y con un excelente estilo literario, como se fueron asesinando a los que pretendían acceder a la Silla Presidencial, como es el caso del General Francisco R. Serrano, quien fue acribillado en la matanza de Huitzilac.
Esta novela, publicada en Madrid en 1929, representa una fuerte crítica al “caudillismo” que imperaba en nuestro país. Es evidente que tanto esta novela como la película que se filmó, el PRI impidió su difusión en México hasta pasados muchos años después.
Al término del gobierno del General Calles, el expresidente Álvaro Obregón rompió el principio de la “No Reelección”, se postuló como candidato y ganó las elecciones. Esto provocó una gran indignación en Plutarco Elías Calles. El hecho es que el 17 de julio de 1928, al presidente Electo Obregón se le organizó una comida en el Restaurante “La Bombilla” (San Ángel) y el joven José León Toral, mientras le mostraba una caricatura que le dibujó a Obregón, le disparó varios tiros en la cabeza y en el tórax. Cuando se realizó la autopsia de este político sonorense, se descubrió que, en el momento del magnicidio, recibió muchos más impactos de bala de parte de los simpatizantes del General Calles, que se oponían a la reelección.
Esto marcó un hito histórico porque se impuso el poder político del “Jefe Máximo de la Revolución Mexicana” como se le empezó a llamar al General Calles. A continuación, Calles impuso a Emilio Portes Gil, como presidente Interino y gobernó de 1928 a 1930.
Al término de ese período, se convocó a elecciones presidenciales. Los candidatos fueron Pascual Ortiz Rubio y José Vasconcelos, quien tenía a muchos seguidores y había sido secretario de Educación Pública en tiempos del gobierno de Obregón. Pero la decisión ya estaba tomada por Calles e impuso como presidente a Ortiz Rubio. Los simpatizantes de Vasconcelos consideraron que esa elección había sido el mayor fraude político en la historia mexicana.
El presidente Ortiz Rubio había sido Embajador de México en Alemania y Brasil. Y Calles lo mandó llamar para que fuera el candidato oficial del Partido Nacional Revolucionario (P.N.R., que con el paso de los años se le llamaría el P.R.I.). Ortiz Rubio gobernó de 1930 y presentó su renuncia en 1932, a raíz de un atentado que sufrió y que, no obstante que salió con vida, le causó un fuerte trauma psíquico que lo imposibilitó para continuar gobernando.
El “Jefe Máximo” aceptó su renuncia e impuso como presidente interino a un sonorense como él, al General Abelardo L. Rodríguez, quien gobernó desde 1932 hasta el 30 de noviembre de 1934. De este presidente “títere” procede la conocida anécdota de que como Calles y él vivían calle de por medio, un día amaneció en la pared de la fachada de la residencia del General Rodríguez, la siguiente leyenda: “Aquí vive el Presidente, pero el que manda vive enfrente”. En efecto, Abelardo L. Rodríguez reconocía que él no era sino un mero administrador a las órdenes del General Calles.
Terminado su mandato, de nuevo Calles impuso al “chamaco” (como así le llamaba, porque le llevaba por 18 años de edad), al General Lázaro Cárdenas. Ambos habían luchado juntos en la Revolución y Calles admiraba su valentía y determinación para luchar en combate.
El General Cárdenas gobernó de 1934 al 30 de noviembre de 1940. Pero “el Chamaco le salió respondón”, porque debido a unas imprudentes declaraciones de Calles a la prensa en que trataba de demostrar que “él seguía siendo el hombre fuerte de la Revolución”, dos días después Cárdenas le respondió con unas fuertes declaraciones dejando en claro que el presidente de México era él. El 19 de junio de 1935, a Calles se le pidió que tomara un avión con destino a Los Ángeles, California. Este exilio supuso el fin histórico de “El Maximato”.
Ahora, en 2022, AMLO quiere realizar una reforma electoral del INE que le beneficie ampliamente a sus desproporcionadas ambiciones de poder político. La gran mayoría de la población se opone rotundamente a la instauración de un “Segundo Maximato”, tanto intelectuales, como científicos, catedráticos de universidades y gente pensante. Aunque AMLO sostiene que las encuestas y “el pueblo” están a favor de dicha reforma, todos saben que está muy manipulada. El próximo domingo 13 de noviembre se realizará una Marcha en la CDMX y el lunes 14 de noviembre habrá un Paro Nacional para defender la autonomía e independencia del INE. Siempre me ha parecido acertada la célebre frase del político inglés Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
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