Roma, ganadora de tres Óscares, debería ser impulso y ejemplo para muchos mexicanos, más no el comienzo de revueltas por temas como racismo, la superación personal, la migración y los celos profesionales.
La discusión de Roma, la película dirigida por Alfonso Cuarón y protagonizada por Yalitza Aparicio, ha rebasado por mucho la trama de la misma y ha desatado una serie de comentarios sobre diversos temas que van desde el racismo, la superación personal, la migración y los celos profesionales.
La película, además, aborda temas como el trabajo doméstico, la nostalgia, el divorcio, el machismo, la represión estudiantil y las costumbres de la vida en la Ciudad de México de los setenta por mencionar los más sobresalientes.
La nominación de Roma en diez distintas categorías de los premios de la Academia (Óscar) es ya un logro internacional fuera de serie para una película mexicana, hablada en español y mixteco, proyectada en blanco y negro, y con un estilo costumbrista que retrata un tiempo específico en una colonia de la capital de la república.
A mí me pareció una película “impresionante”, en el sentido de las “impresiones” que genera en el espectador la obra, que pareciera una sucesión de anécdotas o recuerdos de uno de los protagonistas y que se ligan con ambientación, sonidos y la trama que de alguna manera ha tocado fibras de carácter universal al tener tanta aceptación en festivales cinematográficos en todo el mundo.
Finalmente, ganó tres Oscar, uno por la “impresionante” fotografía a cargo de Alfonso Cuarón, el otro como mejor película extranjera, lo que representa un hito en la cinematografía mexicana, y finalmente el segundo Oscar como director a quién ya había ganado ese premio con la película Gravity hace 5 años. ¡Felicidades!
Una de las muchas historias paralelas que se ha desarrollado alrededor de la película tiene que ver con la decisión del director de hacer un “casting” a más de 2 000 jóvenes indígenas para el papel principal, proceso que le permitió a Yalitza convertirse en una celebridad y referente internacional al ser elegida para el papel principal sin ningún antecedente como actriz, sus cualidades y su actuación hicieron el resto.
Es una historia de éxito que muestra el potencial de desarrollo de jóvenes mexicanos en condiciones de marginación, la oportunidad la genera un genio que decidió dar un toque especial a su creación artística al involucrar a una persona con rasgos culturales similares al personaje central de su historia.
Ésta joven que se considera tímida, pero que terminó su carrera como maestra normalista con muy buenas calificaciones, no pudo obtener una plaza como maestra por consideraciones políticas sindicales en su tierra, sin embargo, la oportunidad de mostrar sus capacidades le llegó “de suerte” al combinarse la iniciativa de un extraordinario director con la disposición a participar de Yalitza Aparicio.
En esta historia paralela se observa que las oportunidades pueden surgir de situaciones completamente inesperadas, por iniciativas de particulares, en este caso a través de una creación artística de alta calidad que además innovó al distribuirse primero a través de Netflix, en lugar del esquema tradicional de distribución en salas de cine. La otra parte es que la preparación, valores, entusiasmo, apoyo familiar y dedicación de esta joven mujer oaxaqueña lograron concretar la oportunidad.
Mientras muchos miran hacia el pasado, hay muchos mexicanos que trabajan en el presente construyendo un mejor futuro confiando y dando oportunidades a los jóvenes con potencial en todo el país. Mexicanos exitosos que buscan talento y dan oportunidades a jóvenes a través de proyectos innovadores es una fórmula con final feliz.
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