Muy útil, humilde, preciosa y casta

Que la oración y reflexión que nos propone el Papa este año, nos lleve a respetar y trabajar para mantener la pureza del agua.


Importancia del agua


En la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación que convoca el Papa junto con varios líderes ortodoxos y cristianos cada 1 de septiembre, se resalta algún tema, este año se invita a considerar la importancia del agua. En el cántico de las criaturas de San Francisco se puede leer en el original del dialecto umbro: “Laudato si’, mi’ Signore, per sor Aqua, la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.” (Alabado seas, mi Señor por la hermana Agua, la cual es muy útil, humilde, preciosa y casta).

Cuando pensamos en un ser humano vivo, visualizamos la sangre que corre por sus venas como el líquido que lo mantiene con vida, en realidad más del sesenta por ciento de los cuerpos están constituidos por agua; lo mismo pudiéramos decir del planeta tierra, cuya superficie está cubierta por poco más del setenta por ciento con agua, y metafóricamente podríamos describir el agua que corre por sus ríos, lagos, acuíferos y océanos como su “sangre”, su líquido vital, ya que sin agua, los seres vivos que componen los ecosistemas no podrían sobrevivir.

Cuando se busca evidencia de vida en otros planetas, lo que se busca primero es agua, ya que este elemento es el prerrequisito para que haya vida en cualquier lado. Y a pesar de su importancia vital, tratamos al agua con un desprecio increíble, la desperdiciamos en muchas actividades cotidianas y productivas, la contaminamos y no la limpiamos después de usarla, en muchos lugares es práctica común arrojar los desperdicios a cauces de arroyos, lagunas y mares.

Quizá con algún complejo de culpa, hemos declarado en convenciones internacionales y en constituciones nacionales que existe un “derecho humano al agua”, y aunque eso no les ha garantizado a los seres humanos el acceso en cantidad y calidad, en realidad habría que declarar que existe un derecho de cualquier ecosistema a tener agua suficiente y de calidad.

La reflexión que el papa Francisco nos plantea en la encíclica Laudato Si, y que ahora nos recuerda en esta jornada de oración, nos lleva a considerar la interconexión de toda la creación, y a asumir que todo es obra de Dios, por lo que hay que custodiar y usar todos sus elementos con el mayor cuidado y respeto posible, eso nos podría ayudar a entender la preeminencia del agua y evitar banalizarla o privatizarla como un producto que se usa y se desecha.

Es claro que para usar el agua es necesaria infraestructura y tecnología que cuestan, por lo que es válido y necesario cobrar el servicio asociado a su producción, purificación, distribución, conducción y limpieza, para que su utilización sea sustentable, lo que no es válido es convertir el agua en un producto de consumo solo para algunos, a través de su privatización y control. Siempre hay que distinguir entre el servicio y el recurso, y mantener el acceso para los seres humanos y los ecosistemas.

La manera en que san Francisco agradece a Dios por la hermana Agua (con mayúscula), nos da una clave para relacionarnos con ella. “Es muy útil, humilde, preciosa y casta”, es útil porque sin ella no podríamos vivir, ni tener salud, ni producir nada, está en la base de cualquier economía; paradójicamente la humildad es un prerrequisito de quien realmente quiere servir, por lo que el servicio que brinda el agua a toda la creación se manifiesta en la humildad y sencillez de su composición, a pesar de la humillación que recibe por el trato que le damos.

Es preciosa, bella en sus múltiples entornos que nosotros buscamos capturar y expresar en todo tipo de manifestación artística; y su condición transparente, tanto en estado sólido, líquido como gaseoso, nos remite a su castidad (pureza).

Que la oración y reflexión que nos propone el Papa este año, nos lleve a respetar y trabajar para mantener la pureza del agua, para reconocer su utilidad y lo preciosa que es, para relacionarnos con ella con humildad y respeto por el gran servicio que nos brinda, y para afanarnos en que esté disponible para todo ser vivo ahora y en las épocas por venir.

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