El escándalo: verdades, mentiras y acciones concretas

La Santa Sede expresó dos palabras: “vergüenza y tristeza”.


 


Es de creerse que a esta hora, todo el mundo está enterado del reporte que emitió el Gran Jurado de Pensilvania sobre el abuso sexual a menores efectuado principalmente en los años previos al 2000. Esa misma semana la Santa Sede expresó dos palabras al respecto: “vergüenza y tristeza”. Estas dos palabras las siguió repitiendo el Papa de distintas maneras en Irlanda durante el Encuentro Mundial de Familias y enfatizó “justicia y verdad” con acciones concretas a partir de ahora.

Las revelaciones que han hecho escándalo se concentran en el arzobispo Theodore McCarrick dentro del reporte mencionado. Estas vergonzosas acciones han dañado a gente inocente especialmente jóvenes y son completamente inadmisibles, pero también han causado gran dolor, confusión y consternación en laicos, religiosos y el clero quienes están comprometidos con el Evangelio de la Palabra de Dios.

Como olas furiosas, también se ha extendido para mencionar los abusos desde otros puntos de vista, al grado de que algunos medios han difundido una posible dimisión del papa Francisco, ya que el antiguo nuncio en EU, arzobispo Carlo María Viganó fue quien solicitó la renuncia del papa en un expediente de once páginas acusándolo de haber encubierto al cardenal emérito de Washington Theodore McCarrick quien se afirma, tuvo relaciones sexuales con seminaristas y con sacerdotes.

El periodista y escritor católico Andrea Tornelli, coordinador de Vatican Insider, describe con detalle que el ataque contra el Papa se llevó a cabo de manera organizada por los mismos círculos que hace un año trataron de iniciar una especie de “destitución doctrinal” después de la publicación de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, intento que falló.

Tornelli aclara que lo anterior se demuestra por lo que han propagado en los medios durante años —a menudo utilizando fuentes anónimas— por demandas de aquellos que desean anular los resultados del Cónclave del 2013. Esto se encuentra atestiguado por los mismos testimonios escritos en varios blogs por los periodistas que publicaron el expediente Viganó. Ellos hicieron explotar la bomba el mismo día en que Francisco concluyó el Encuentro Mundial de Familias, 2018 que llevó como título “El amor al centro de la familia”.

Por otra parte, se menciona una carta escrita sólo por 62 personas de todo el mundo, cuyo contenido en 25 páginas intenta el desprestigio del papa Francisco. Alejandro Bermúdez, director de la organización ACI, explica que es una carta irrelevante, pues 62 personas no representan a nadie en la Iglesia Católica, son cismáticos (Pío X) y sus argumentos son endebles, sobre todo al acusar al papa de herético;^ mencionando en esa carta siete herejías que el papa habría cometido.

Varios teólogos descalifican estas observaciones y las califican de “legalistas” ya que no existe peso ni calidad teológica y por tanto, es sujeta a opinión. Otros muchos católicos bien formados pueden opinar completamente distinto a lo dicho en la carta.

Lo que suena más veraz es que el escándalo de los abusos sexuales muy posiblemente se deba a la difusión que se ha hecho de la homosexualidad tanto en EU como en todas partes. La Conferencia de Obispos Católicos de EU dio a conocer dos reportes, uno en 2004 y otro en 2011 por el Colegio John Jay de Justicia Criminal para dar a conocer los casos de abuso sexual por miembros del clero de1950 hasta 2002 y 2010 respectivamente,

Ambos reportes encontraron que más del ochenta por ciento de las víctimas no fueron ni niñas ni niños pre-púberes, es decir, lo que se llama “pedofilia”, sino que fueron pre-adolescentes y adolescentes. Esto indica que hubo depredación de varón a varón por sacerdotes en contra de personas menores de edad.

En EU y específicamente en Los Ángeles hubo una muestra de información en la que, en el año 2000, el 44 por ciento de los sacerdotes católicos respondieron afirmativamente que había una “subcultura homosexual” en su diócesis o en institución religiosa. Todo esto ha sido revelado por varias personas, entre ellas el psicólogo Richard Sipe quien escribió en 2011 sobre lo que él llamó el “Síndrome del Cardenal McCarrick”.

Todo esto revela cómo se ha extendido la llamada “revolución sexual” a todos los rincones posibles, haciendo eco en la situación de privilegio de ejecutivos de Hollywood hacia actrices jóvenes y ahora también por clérigos importantes hacia seminaristas.

La Iglesia Católica ha dejado claro en sus enseñanzas que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados” lo que quiere decir que son inherentemente incapaces de realizar relaciones sexuales humanas, como la ceguera es inherentemente incapaz de realizar el propósito de la vista. Además, los actos homosexuales interfieren definitivamente con la devoción y el bien-ser humano. A partir de 2005 las normas de la Iglesia Católica prohibieron formalmente que cualquier varón que se haya sabido homosexual pudiera ser ordenado.

“No hay mal que por bien no venga”, dice el dicho. Ahora comienza la limpieza y se pide un escrutinio más detallado de iglesias que desafían la enseñanza católica sobre moralidad sexual y que niegan la inclinación homosexual de algunos miembros de la jerarquía. Así, el cardenal Di Nardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, acaba de declarar públicamente un nuevo plan, que incluye a laicos, expertos y al Vaticano para proveer de mayor protección posible en contra de depredadores dentro de la Iglesia, para protección a los jóvenes y proporcionar alivio a quienes fueron agredidos y abusados.

Los objetivos de este esfuerzo incluyen: una investigación de todos los aspectos que rodean al Arzobispo McCarrick; apertura de nuevos canales confidenciales para reportar quejas en contra de obispos y defensa o apoyo para la resolución efectiva de futuras quejas. El criterio que se usará será conforme a: independencia propia, suficiente autoridad y liderazgo substancial de los laicos.

Por último, un estudio publicado en The Linacre Quarterly titulado “Efectos de la terapia en varones religiosos quienes perciben atracción no-deseada al mismo sexo” (“Effects of Therapy on Religious Men Who Have Unwanted Same-Sex Attraction”) encuentra que los Esfuerzos para el Cambio de Orientación Sexual (Sexual Orientation Change Efforts, SOCE) mejora la condición mental de los participantes y además desarrolla relaciones no-eróticas con sus pares del mismo sexo, con consejeros, miembros de familia y amigos, manteniendo los límites apropiados.

Hemos de tener claro que nada de este escándalo debe afectar nuestra fe en Dios, ni nuestra fe en la Iglesia, pues proviene de Cristo mismo. Jesús llora con las víctimas y allí es donde está la Iglesia.

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