Los niños, la madre y el padre… Objetivo: La Familia

La importancia de la familia se articula sobre dos personas: presencia de la madre y presencia del padre.



Acabamos de celebrar con tanto gusto el Día del Niño y la Niña. Hasta en la Cámara Alta pudieron escucharse sus voces, aunque fuera para escucharlas solamente y nada más. Muchos de ellos pidieron NO más violencia. ¿A qué se refieren los niños con esto? ¿Alguien se lo habrá preguntado?

Las noticias y los números nos dicen parte de la verdad de lo que piden los niños de este país y de su situación actual:

– En 2021, el 90% de los menores temía ser víctima de violencia en ambientes como la casa, la escuela o la calle. (Info. World Vision Mexico)
– Durante la pandemia, se recibieron 2 millones de llamadas al 911 relacionadas con la violencia familiar, reportó el gobierno federal.
– En 2022, suman 157 feminicidios de menores. (Info. Conavim).
– Niños y adolescentes reclutados por bandas criminales: 35,000. (Info. Redim).
– Niños y adolescentes en riesgo de caer en redes de grupos criminales: 250,000. (Info. Redim).
– En la actual administración: Han desaparecido 5,105 menores.
– Actualmente: Más de la mitad de menores de edad, un 51% de niños y adolescentes vive en situación de pobreza en México.
– Huérfanos: Debido a la pandemia de COVID-19, se han reportado 318,900 huérfanos en el país. (Info. Reforma. Infancia, México).
– Actualmente niños y adolescentes sufren un rezago escolar de hasta tres años por la pandemia. Los grupos que volvieron a los salones “no se encuentran en las mismas condiciones de aprendizaje”. (Info. Reforma 1 mayo, 2022).
– El retraso en lectura y matemáticas en menores de edad es significativo. (Info. CIESAS – Golfo).
– Incrementó en 13% la ideación suicida en niños, niñas y adolescentes y sobre ansiedad, el mundo médico reporta un incremento también de depresión. (Info. Tejiendo Redes Infancia).
– El lunes de esta semana pasada los agentes de Eagle Pass North encontraron a 130 personas migrantes, entre ellos niños no acompañados y unidades familiares para el cruce de la frontera. (Info. Reforma 1º mayo, 2021)
– Después del abandono de estos últimos años al sistema escolar, ahora la Secretaría de Educación Pública (SEP) planteó modificaciones en su sistema de educación básica al proponer la desaparición de los grados por seis fases de aprendizaje, sin especificar razones, forma, métodos, ni bases de estudio.
– Y dentro del sistema escolar, uno de los peores cambios en contra de la familia, es la llamada “Educación Integral en Sexualidad (EIS)” para sexualizar a pequeños niños inocentes en las nuevas ideologías.
En México, el aborto ha sido despenalizado en siete estados. Las mujeres, sin importar la razón que tengan, pueden abortar gratuita y legalmente hasta la 13.a semana de gestación.
– El adoctrinamiento por teorías políticas ideologizadas y por otros medios, en ideologías de género y el activismo ‘trans’ contrarias a la familia, dirigidos a jóvenes en la llamada “generación Z” (los nacidos entre 1994 y 2019).

Un lector del periódico Reforma escribe el siguiente comentario, que me parece muy acertado:

“Pobres niños de México, lejos de alcanzar niveles competitivos para defenderse en un mundo globalizado, la SEP anuncia cambios de fondo que los enseñarán a ‘compartir’ en lugar de ‘competir.’
Me pregunto: ¿Qué podrá compartir, que no sea miseria, alguien que no ha aprendido a competir para abrirse paso en este mundo disputado?” (J.A. Galina. Reforma, 2 de mayo, 22 pág. 8).

¡Y celebramos el Día del Niño con tanto júbilo! ¿A cuál niño y a cuál niña celebramos de la descripción anterior?

Preguntémonos también: ¿Por qué, si a través de los siglos todos sabemos que la procreación es obra de la Ley Natural, siempre hay niños indeseados? ¿Por qué una vida frágil como la de un niño es objeto de ira, maltrato y abandono? ¿Por qué en México hay tanto atraso en materia de educación a las familias?

Referirse al ámbito educativo, que es propio de la comunidad familiar es una tarea enormemente amplia y compleja, casi inabarcable. Lo que mejor define a un pequeño grupo familiar que constituye un grupo social concreto, es la existencia en realidad de dos grupos de seres humanos: padres e hijos entre quienes existen relaciones, las cuales vienen a ser la característica primaria en que se apoyan todos los otros tipos de relaciones. De éstos a su vez deriva el intrincado haz de influencias que los padres proyectan en sus hijos quienes poco a poco van perfilando la manera de comportarse, de decidir, de ser, en definitiva: su personalidad.

En el fondo de numerosos trastornos afectivos infantiles se halla con frecuencia un mundo familiar en el que cada componente descuida, exagera o desconoce el papel esencial que le toca desempeñar. La armonía de la familia, presionada por acontecimientos externos puede quedar turbada por una falta de autoridad del padre, por el desafecto de la madre, por la tiranía o injusticia de los hermanos, por un hogar disgregado en el que prevalezca un odio abierto.

Un conocido autor y educador, Pedro J. Viladrich declara, en relación con los menores de edad: “…De sus relaciones con el ambiente y casi exclusivamente con su familia, en particular durante su infancia, depende el equilibrio y la evolución normal de su afectividad.” Las relaciones afectivas en la infancia condicionan la vida amorosa del adulto.

La importancia de la familia se articula sobre dos personas: presencia de la madre y presencia del padre. El niño espera de su madre fundamentalmente amor, aunque no desprovisto de toda autoridad. De su padre: autoridad, la cual de ningún modo puede estar vacía de un amor profundo.

Pero a pesar de que creemos todos saber cómo tratar a un niño o niña, en la vida real hay varios tipos de hogares disfuncionales. Sólo mencionaré los más conocidos:

– Hogares inexistentes; son aquellos que ‘no han llegado a ser’ por estar constituidos por personas para quienes el matrimonio es considerado sólo bajo sus características sociales o religiosas como mera formalidad. Algunos piensan que el matrimonio es inscribirse en un registro que les acredite como ‘marido y mujer,’ esto es, los casa un párroco, un juez o el derecho civil, aunque este, en dado caso, les “descasa.” Así, el matrimonio tiende a oscurecerse como realidad interpersonal y natural entre los contrayentes, para de otro modo, asimilarse a una realidad legal, formal y burocrática. Cuando ocurre esto, ha perdido el sentido más real y natural del verdadero matrimonio.

La definición de ‘matrimonio’ por el autor antes mencionado es: “el matrimonio es la unión conyugal debida entre varón y mujer.” Cuando este compromiso libre de amor constitutivo de la unión vital no se da, no existe alianza matrimonial y menos aún podría constituirse un verdadero hogar.

– Hogares inestables: Suelen ser los más perjudiciales para el niño, pues el espectáculo de la hostilidad paternal puede herirle definitivamente, produciendo sentimientos de hostilidad que corren el riesgo de ser transferidos más tarde a lo social. Los desacuerdos entre los cónyuges, a menudo transitorios, pueden darse como choques afectivos violentos, así como el malestar que el niño capta confusamente y cuyo origen no acaba de comprender y que le crea conflictos de inseguridad permanente.

El maltrato infantil puede afectar virtualmente cada faceta de la vida física y psicológica del niño, desde su crecimiento físico, pasando por su desarrollo cognitivo y motor y el surgimiento del temperamento, hasta la aparición de los vínculos afectivos y su regulación, el desarrollo de su autoestima y la capacidad de hacer frente al entorno.

– Hogares destruidos: Al ser el hogar esencialmente la unión del padre y de la madre, basta con que uno de los dos desaparezca del hogar para definir su destrucción. Las ausencias muy prolongadas vienen a representar un papel análogo al de la muerte, al del abandono o al del divorcio, que son las causas principales de disgregación definitiva del hogar.

Con frecuencia, el niño que carece de un hogar se vuelve apático, indolente, no se esfuerza en estudiar y retrocede en todos los planos, sufre sin estar enfermo, y en casos extremos, busca un refugio en la enfermedad que hace desertar la inquietud de sus padres, atrae el cuidado de ellos para el afecto que creía perdido.

Un elemento esencial para que el niño tenga un desarrollo sano desde el punto de vista psicológico, es la seguridad. Este sentimiento es la piedra angular para construir un ‘yo’ maduro y apto, y para que exista seguridad son necesarios tres elementos: amor, aceptación y estabilidad.

Desde el punto de vista educativo, los objetivos generales van en una doble dirección: hacia el propio interior, en cuanto tiene por misión construir al ser humano vivo y consciente; y hacia el exterior, en cuanto le facilita el encuentro con otros seres humanos.

La familia debe ayudar al ser humano a organizar su inteligencia, a consolidar su voluntad y a ordenar su afectividad practicando y encarnando los valores. Una gran maestra y autora, María Pliego Ballesteros decía que la “educación” consiste en transferir a otro, con abnegado amor, la resolución de desarrollar desde dentro hacia afuera, toda su capacidad de recibir y forjar valores.”

El niño, niña y los jóvenes deben aprender a abrirse a los valores. La adquisición de un valor se realiza por medio de una vivencia y en ella se apodera el hombre y la mujer de la significación que hay en los seres. Los menores de edad y los jóvenes necesitan ver encarnados los valores como: el bien, la belleza, la generosidad, el heroísmo o la santidad. Es necesario que esos valores sean palpados en realizaciones humanas conocidas por ellos mismos.

De esto se deduce la responsabilidad de los padres para no desilusionar a sus hijos con actitudes vulgares o inmorales. En el orden de los valores ordenados jerárquicamente, los valores religiosos tienen la más alta dignidad.

(Ref, bibliográfica.- Libro “Adopción Es Familia” Editorial Trillas: ADOPCION ES FAMILIA. EL PROCESO DE ADOPCION Y SU SIGNIFICADO. MENDOZA ALEXANDRY DE FUENTES, NORMA / Escritor. 9786071718648 Editorial Trillas (etrillas.mx)

Independientemente de su voluntad, numerosas parejas jóvenes no tienen oportunidades reales para conformar o mantener una familia. Muchas familias son destruidas ante el embate de la pobreza y la desigualdad, otras se degradan y otras no llegan ni siquiera a ser constituidas. Hay una grosera discriminación en este campo que es reforzada por la falta de políticas públicas activas enfatizadas en la protección de la unidad familiar. Todo ello afecta visceralmente la visión de una sociedad pluralista. El derecho fundamental a la conformación y desarrollo de una familia debería ser uno de sus pilares.

Por último, una preocupación central de nuestro tiempo es el aumento de la criminalidad en los países. La familia aparece a la luz de las investigaciones al respecto, como uno de los recursos fundamentales con que cuenta la sociedad para prevenir la criminalidad. Los valores inculcados a los niños en familia en los años tempranos y en los ejemplos de conducta observados, van a incidir considerablemente en sus decisiones y conductas futuras.

La familia, junto a sus históricas y decisivas funciones afectivas y orales, exaltadas en religiones tales como la cristiana o la judía entre otras, cumple funciones esenciales para el bienestar colectivo.

El deterioro de parámetros socioeconómicos básicos de amplios sectores de la población está incidiendo silenciosamente en un proceso de reestructuración de numerosas familias, surgiendo así el perfil de una familia desarticulada, inestable y significativamente debilitada.

Las políticas públicas deben tomar debida nota de la trascendencia de los roles que juega la familia con padre, madre, hijos, y actuar en consonancia. En el discurso usual en América Latina se hace continua referencia a la familia, pero en realidad no hay un registro en términos de políticas públicas. Son limitados los esfuerzos para montar políticas orgánicas de protección y fortalecimiento a la unidad familiar, agobiada por el avance de la pobreza y la inequidad. La política social debería estar fuertemente enfocada hacia esta unidad decisiva.

 

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