Reformas inquilinarias de alto riesgo

Las reformas propuestas por Morena en materia de arrendamiento son electoreras y demagógicas, son injustas e irreales. Estas reformas en vez de ayudar a los pobres, lo que hacen es hundirlos aún más en el pantano.


Rentas congeladas


Una iniciativa de Valentina Batres, legisladora morenista en el Congreso de la CDMX, está a punto de provocar no solamente discusiones en el recinto de Donceles sino de causas profundas divisiones entre la ciudadanía.

Tomando como pretexto que, debido a la pandemia del COVID-19, muchos capitalinos no podrán pagar la renta, el partido Morena opta por una decisión radical: que se condone el pago de las rentas lo cual significa, lisa y llanamente, el despojo de inmuebles.

Militantes de dicho partido, encabezados por doña Valentina, presentan una serie de reformas en materia de arrendamiento que, de hecho, son una propuesta peligrosa y anticonstitucional.

Si dichas reformas llegasen a ser aprobadas, muchos adultos mayores que, por ser de clase humilde –con tal de irla pasando– rentan un cuartucho que forma parte de su propiedad, se verían privados de tan raquítico ingreso.

Dichas reformas son un ataque mortal a la propiedad privada puesto que, de hecho, están obligando al propietario a que, sin recibir pago alguno, le entregue el inmueble a su inquilino.

Una medida que es confiscatoria puesto que privan al dueño del uso, gozo y disfrute de su propiedad.

Una disposición que promueve la plaga de invasores puesto que, al no existir un contrato escrito (esto se dispone en la reforma) cualquiera puede adueñarse de un predio alegando que cuenta con un arreglo verbal que le permite habitarlo. Por supuesto que dicho contrato verbal no existe, por lo cual, amparándose en dicha reforma, el invasor puede evitar que un juez ordene su desalojo.

Una vez que se corra la voz, el ejemplo será imitado, volviéndose práctica habitual, y muy pronto serán miles los predios invadidos sin que los dueños puedan ampararse en la ley alegando falta de pago.

Reformas que dejan en un estado de total indefensión a los propietarios quienes, al ver cómo la ley les impide solicitar una fianza, no podrán exigir que les paguen o, al menos, que les reparen los daños causados.

Las reformas propuestas por doña Valentina hacen que aparezca aquel viejo fantasma de las rentas congeladas puesto que se prohíbe que, durante tres años, el monto de la renta sea modificado.

Y ya sabemos como acabaron los edificios de rentas congeladas que existían en el Centro Histórico de la Ciudad de México: Los propietarios se negaron a darles mantenimiento debido a que las propiedades habían dejado de ser rentables.

El caso fue que, aunque se pretendía favorecer a los humildes, se produjo el efecto contrario: quienes habitaban departamentos de rentas congeladas vieron como su calidad de vida degeneraba hasta quedar reducidos a un nivel miserable de subsistencia.

Una medida que, por intención expresa de las legisladoras morenistas, no será temporal puesto que habrá de mantenerse para siempre en el texto legal.

Otra consecuencia, también nefasta, será que quienes se dedican a construir edificios destinados a casa-habitación, ya no rentarán los departamentos, sino que preferirán ofrecerlos bajo el régimen de venta en condominio.

Por supuesto que tan demagógica medida afecta a esas clases humildes que AMLO dice defender bajo el lema de “primero los pobres”. Y es que, al no existir oferta de departamentos en renta (los pocos que se renten serán carísimos) esa gente humilde se quedará literalmente en la calle pues no cualquier tiene dinero para comprar una propiedad.

En el remoto caso de que dichas personas quisieran comprar un departamento en condominio, al carecer de liquidez, se verían obligadas a solicitar una hipoteca al banco, ofreciendo como garantía el mismo departamento que piensan adquirir.

Contratar una hipoteca cuando los ingresos son bajos, es echarse una soga al cuello que puede asfixiarlos en el momento en que dejen de pagar… ¿Y si la falta de pago ocurre cuando perdieron el empleo o cuando hayan llegado a la vejez?

En fin, que las reformas propuestas por Valentina Batres, aparte de electoreras y demagógicas, son injustas e irreales.

Reformas que, en vez de ayudar a los pobres, lo que hacen es hundirlos aún más en el pantano.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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