Descartando esos programas televisivos de frivolidades, consideramos que lo mejor que podemos hacer en estos momentos es recurrir al siempre saludable placer de la lectura.
Y seguimos enclaustrados…
Después de varias semanas de que nuestras costumbres sufrieran un cambio radical, lo más natural es que meditemos acerca de lo que está pasando. A fin de cuentas, lo que nos sobra es tiempo para meditar.
Y surgen las obligadas preguntas: ¿Son reales los datos que nos proporcionan los gobernantes? ¿Están exagerando? ¿Nos ocultan una verdad aún más terrible? ¿A quién beneficia que el pueblo se encuentre bajo arresto domiciliario? ¿No estarán aprovechando la pandemia para distraer la atención de la gente? Y dicha distracción…¿No habrá de favorecer aquellas medias encaminadas a implantar una dictadura?
No olvidemos que tenemos un gobierno populista de izquierda cuya meta es implantar el socialismo.
No olvidemos tampoco que los socialistas acatan la Ley mientras la misma les permite llegar al poder, pero, una vez que lo consiguen, son los primeros en violarla.
Sujetos de esa ralea son Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, así como López Obrador en México y Pablo Iglesias en España.
Y mientras seguimos confinados, lo que se nos ocurre es pensar cómo matar un tiempo que se nos presenta largo y aburrido.
Descartando esos programas televisivos de frivolidades, consideramos que lo mejor que podemos hacer en estos momentos es recurrir al siempre saludable placer de la lectura.
Esa es la razón por la cual a nuestros amigos lectores nos permitimos recomendarles varias obras que cumplirán una doble finalidad: Instruir y distraer al mismo tiempo.
Empezaremos por recomendar la lectura de la obra cumbre de la Literatura Universal, El Quijote novela que jamás será superada por una simple razón: Constituye un auténtico tratado de sensatez que ofrece prudentes consejos a la gente de todas la épocas y lugares.
Ahora bien, si lo que deseamos es distraernos leyendo obras que narren las aventuras de héroes valientes, no dudamos en recomendarles una obra histórica que pertenece también a la Literatura Universal: Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, cuyo autor es Bernal Díaz del Castillo y que cuenta con lujo de sabrosos detalles como se llevó a cabo la Conquista de México.
Quien estas líneas escribe ha leído unas cuantas docenas de novelas que tratan de aventuras ficticias llevadas a cabo por héroes imaginarios.
Pues bien, después de tantos años de leer novelas de todo tipo, consideramos que ninguna alcanza el nivel que ha logrado la obra de Bernal Díaz del Castillo.
En la misma, el cronista cuenta como un puñado de valientes que salió de España un feliz día se internó en un país desconocido exponiéndose a todo y –al final– después de una serie de proezas que asombran al más flemático, lograron lo que parecía fuera del alcance humano.
Buscando en la biblioteca obras que nos distraigan en esta temporada, no dudamos en recomendar Nuestra Señora de París, cuyo autor es el inmortal Víctor Hugo, cuyo protagonista principal es el deforme Cuasimodo y cuya trama se desarrolla en torno a un templo que es una joya de la arquitectura universal.
También dentro de la Literatura Francesa, recomendamos las obras de Alejandro Dumas, entre las que destacan Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo.
Otra obra cuya lectura es altamente recomendable es Moby Dick, de la autoría de Herman Melville y que trata de las fatigas y aventuras que viven los marineros que se dedican a la caza de ballenas y que se mueven bajo el impulso vengativo de su capitán que desea capturar a la ballena blanca que lo dejó lisiado.
Si deseamos adentrarnos al mundo de las letras clásicas, nada mejor que sugerir La Ilíada y La Odisea, ambas del inmortal Homero, que giran la primera en torno a la guerra de Troya y la segunda en torno a las aventuras de Ulises durante su viaje de regreso a Ítaca.
¿Se imaginan nuestros amigos lectores lo que pasaría por la mente de un adolescente sí, de improviso, le dijesen que el héroe de mil batallas al que tanto admira es nada menos que su padre?
Eso, exactamente eso, fue lo que le pasó a don Juan de Austria cuando se enteró que era hijo natural del Emperador Carlos V quien, en aquella época, era el dueño del mundo.
De la admiración, pasó don Juan de Austria a la emulación y fue así como, demostrando ser digno hijo de su padre, derrotó a los turcos en la batalla de Lepanto (1571).
Una historia real que supera con mucho a las más fantásticas historias de ficción y que pinta con vivos colores el Padre Luis Coloma, S.J. en su novela Jeromín. Del mismo autor es Pequeñeces, novela que trata de las dramáticas consecuencias que produce vivir una vida frívola, desordenada y sin valores.
Y si deseamos una trama costumbrista que lleve consigo elementos morales y de aventuras, con mucho gusto, recomendamos Peñas arriba, salida de la pluma del inmortal José María Pereda.
Y, dentro de la Literatura Mexicana, recomendamos Héctor cuyo autor es Jorge Gram y que se desarrolla en torno a la Cristiada.
En fin, queridos amigos, que son muchas las opciones en estos peligrosos tiempos del coronavirus.
Vale la pena aprovechar el tiempo para lograr distraerse e instruirse mientras vamos pasando las páginas de las mejores obras de la Literatura Universal.
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