Malos augurios en Brasil y Venezuela

“Mal empieza la semana aquel a quien ahorcan en lunes”, dice un dicho mexicano que bien podría aplicarse a lo que está ocurriendo tanto en Brasil como en Venezuela.

Y es que no llegamos aún a la mitad del primer mes de este flamante 2023 cuando en ambos países tienen lugar una serie de acontecimientos que bien podemos calificar de preocupantes.

Sabido es que en Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales a fines de octubre del año pasado; y sabido también es que el expresidente Jair Bolsonaro ni reconoció su derrota ni acudió a la toma de posesión del presidente electo.

Ahora bien, la cosa no paró ahí puesto que, a los pocos días de la toma de posesión de Lula, cientos de manifestantes causaron destrozos en las principales sedes gubernamentales de dicho país exigiéndole al ejército que diese un golpe de estado.

Todo hace suponer que detrás de dichos disturbios se encuentra Bolsonaro quien –cómodamente exiliado en Miami- niega toda responsabilidad en lo ocurrido.

Aquí lo más grave de todo es que las turbas (ignoramos quien las manipule) lo que hacen es fortalecer a un Lula da Silva quien, al no contar con mayoría en el Congreso, se verá obligado a negociar con la oposición.

¿Qué tanto fortalecerán estos disturbios a un Lula que puede aprovechar lo ocurrido para presentarse como víctima y acusar de sediciosos a los diputados opositores que se nieguen a respaldarlo?

Muy preocupante lo que ocurre en Brasil, especialmente si tomamos en cuenta que –debido a su gran extensión territorial- tiene fronteras con todos los países de América del Sur; con todos exceptuando Chile y Ecuador.

Uno de los países que comparten frontera con Brasil es Venezuela en donde 2023 se inicia también con muy malos augurios.

En dicho país, que ha visto emigrar a más de seis millones de venezolanos, durante varios años destacó como figura principal de la oposición Juan Guaidó quien fue reconocido por más de medio centenar de gobiernos.

Juan Guaidó se presentaba como la figura opositora más fuerte en contra del dictador Nicolás Maduro.

Y decimos “se presentaba”… hasta que fue destituido por sus propios correligionarios quienes vieron en él un obstáculo a sus ambiciones personales.

Y es que el próximo 2024 habrán de celebrarse elecciones presidenciales en Venezuela y –ya sea por envidia o ya sea porque creen tener mayores méritos- las principales figuras de la oposición decidieron quitar de en medio a quien podría convertirse en un rival invencible.

Qué lástima que la miseria moral sea la que predomine en lugar de que el anhelo primordial sea lograr el bien del país.

Así pues, a pocos días de iniciarse 2023, podemos resumir la situación diciendo que las tropelías que han tenido lugar en Brasil lo único que hacen es fortalecer a un Lula da Silva que no las tiene todas consigo.

Y en el caso de Venezuela, tras la destitución de Guaidó, quien se fortalece en un Maduro que –tras la llegada al poder de Gustavo Petro en Colombia cuenta con nuevo aliado que le será de enorme utilidad en el futuro inmediato.

A menos que sucesos inesperados produzcan un giro de ciento ochenta grados, la realidad es que malos, muy malos augurios, se ciernen sobre ambos países.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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