Siempre que llegan estos días, se impone hacer un alto en la marcha y detenernos a reflexionar.
Son saludables unos días de meditación en que nuestros pensamientos solamente se dirijan a la que debe ser la gran meta de nuestra vida que no es otra que la eterna salvación.
Al percatarnos de cuál es esa gran meta, conviene meditar en cuales son los medios que nos acercan a ella y cuáles son los que de ella nos apartan.
Y, dentro de lo mismo, se impone un severo auto juicio para ver si en realidad caminamos hacia la meta o, por el contrario, nos estamos alejando de ella.
Dentro de dicho proceso de reflexión, mucho ayuda acudir a una serie de lecturas como podrían ser los Evangelios que hacen referencia a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Una lectura que debe de ir más allá de un simple vistazo a unas páginas, sino que debe traer consigo la reflexión de cada pasaje de la Pasión, así como un adentrarse en la sicología de los personajes que fueron los principales protagonistas.
Aparte de la lectura de los momentos de la Pasión, es conveniente meditar los Ejercicios de San Ignacio de Loyola; por cierto, a propósito de los mismos existe una versión moderna apegada al hombre de hoy que son los “Ejercicios espirituales actualizados”, cuyo autor es el sacerdote jesuita Juan Rey, S. J.
Y ya que hablamos de lecturas, con el objeto de hacer más ligera la reflexión, recomendamos varias novelas como pudieran serlo “Fabiola” del Cardenal Wiseman y “Quo vadis?” del Premio Nobel de Literatura Henryk Sienkiewicz. Ambas tratan acerca de las penalidades por las que pasaron los primeros cristianos en la antigua Roma así como supieron afrontar el martirio de una manera heroica.
Muy interesante es la novela “La reina mártir” del Padre Luis Coloma, S. J. cuya protagonista principal es María Estuardo, reina de Escocia, quien padeció mil tribulaciones causadas por los protestantes que deseaban arrebatarle la corona para imponer en su país la herejía anglicana.
Desde luego que vale la pena leer “Héctor”, de Jorge Gram que trata acerca de la lucha de los cristeros mexicanos.
Dentro del género teatral, dos obras que se complementan y hacen reflexionar son “La vida es sueño” y “El gran teatro del mundo” cuyo autor es el inmortal Pedro Calderón de la Barca. Ambas tratan acerca de lo efímero de las cosas mundanas así como del papel que cada uno de nosotros debe desempeñar en la vida.
No está por demás darle una detenida lectura a la obra de Jaime Balmes, “El Criterio”, en la cual el autor nos proporciona atinadas reglas para juzgar con sensatez y apego a la justicia.
Así pues, en estos días de vacaciones, lo ideal es que no los desperdiciemos en frivolidades que hacer perder el tiempo, malgastar el dinero y que nada útil traen consigo.
Lo ideal es elevar nuestro espíritu y para ello mucho ayudan una serie de lecturas como las mencionadas que –a la vez que divierten- nos hacen reflexionar impulsándonos a ser mejores.
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