No hay duda. AMLO es un nostálgico del pasado; por eso es que desea meternos en el túnel del tiempo…
No diremos que fue la única, sino que más apropiado decir que fue una de las más recientes “ocurrencias” del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido en los medios como AMLO.
En efecto, una de las más recientes (después han venido otras, como la tamaliza más cara de la historia mexicana) fue cuando AMLO propuso que se eliminasen los puentes y que mejor se festejase a los héroes en el día que les corresponda.
Fue allá por las postrimerías del sexenio de Vicente Fox cuando se implementó la medida de trasladar al lunes más cercano el descanso del día festivo.
De ese modo se acabó con aquella perniciosa costumbre que venía de tiempos remotos y que favorecía la holganza e irresponsabilidad.
Y es que si –valga el ejemplo– el 5 de febrero caía en martes, los holgazanes se brincaban el lunes 4 con lo cual tendrían un puente de dimensiones comparables al del Golden Gate de San Francisco puesto que se tomaban desde la tarde del viernes 1 para concluirlo –si acaso estaban en condiciones– hasta el miércoles 6.
Una reliquia de un pasado irresponsable que Fox suprimió al decidir que se apretasen las fechas no dejando ningún día intermedio.
De este modo se fomentó la convivencia familiar puesto que mucha gente pudo disponer de unas pequeñas vacaciones durante las cuales descansaba ya fuese en su hogar o ya fuese visitando algún lugar turístico.
Ni duda cabe que dicha medida –aparte de favorecer la convivencia familiar– le dio un fuerte impulso al turismo nacional.
Pues bien, con la mirada siempre puesta en el pasado, bajo el argumento de que las fiestas deben celebrarse en el día preciso que marque el calendario, AMLO decide que debemos volver a las normas imperantes en otros tiempos.
No hay duda. AMLO es un nostálgico del pasado; por eso es que desea meternos en el túnel del tiempo…
Consideramos que el hecho de que se celebre la Constitución precisamente el 5 de febrero, la batalla de Puebla el 5 de mayo o la Revolución el 20 de noviembre no basta para que los alumnos conozcan mejor lo que ocurrió en tales fechas.
¿Y dónde están los maestros? ¿Acaso no son ellos los encargados de explicar a sus alumnos que pasó en tal o cual día?
En fin, que al igual que está pasando con lo del famoso avión presidencial (“que no lo tiene ni Obama”) esta nueva “ocurrencia” es otro elemento distractor.
Y es que –a falta de una administración eficiente– lo que procede es distraer a la gente para mantenerla entretenida.
Ni duda cabe que si estamos todos entretenidos no se nos ocurrirá pensar en cosas desagradables como el que la economía se está yendo a pique o que la inseguridad aumenta de manera exponencial.
Te puede interesar: El buen ejemplo de un alcalde
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com