El libro Agustín de Iturbide. Libertador de México demuestra que existen mexicanos patriotas que no solamente aman la verdad histórica, sino que tienen la valentía de defenderla, aunque ello suponga nadar contra corriente.
A pesar de que, debido tanto a la pandemia como a la crisis económica e incremento de la delincuencia, todo hace suponer que 2021 se inicia con muy malos augurios, no dejamos de observar uno que otro signo esperanzador.
En este 2021 se cumplen doscientos años de que México alcanzó la Independencia gracias a ese genio político y militar que fue don Agustín de Iturbide.
Pues bien, otro de los malos augurios que empeñan el horizonte en este nuevo año es que todo hace suponer que elementos gobiernistas harán hasta lo imposible para, apoyándose en la historia oficial, robarle sus méritos al único autor de la Independencia.
Todo empezó hace un siglo (1921) cuando, con motivo de celebrarse el Centenario de la Independencia, las letras que configuraban el nombre de Agustín de Iturbide fueron arrancadas de la Cámara de Diputados que, en aquel entonces, se hallaba en la esquina que forman las calles de Donceles y Allende.
Años después, en pleno sexenio del presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946) la estrofa que hacía mención al Libertador de México fue suprimida del Himno Nacional.
Ni duda cabe que los huesos de don Francisco González Bocanegra, autor de la letra de nuestro Himno, han de haberse revuelto en la tumba que los conserva allá en la Rotonda de los Hombres Ilustres al enterarse de tan brutal atropello.
Y todo culminó hace medio siglo (1971) cuando el entonces presidente Luis Echeverría dispuso por decreto que el autor de la Independencia no era Iturbide sino Vicente Guerrero.
Así, de golpe y porrazo, Echeverría sacó del escenario al principal protagonista de la Independencia: Agustín de Iturbide, auténtico e indiscutible Libertador de México.
Nunca en toda la historia, un presidente había hecho tamaño ridículo. Mostraba no solamente sectarismo ideológico sino también una pavorosa ignorancia en materia histórica.
Pues bien, en este naciente 2021 todo hace suponer que el actual gobierno populista mexicano habrá de seguir los mismos pasos de Echeverría con respecto a Iturbide.
Nada nos extrañaría que veamos aún mayores barbaridades que las que se han cometido desde hace un siglo en contra del Libertador.
Ahora bien –y como al principio dijimos– no todo es de color negro, puesto que observamos uno que otro signo esperanzador.
Y en el caso de Iturbide, dicho signo esperanzador es el libro que publicó el ingeniero don Fernando García Mata y que lleva por título: Agustín de Iturbide. Libertador de México. Un libro que su autor –sin ningún ánimo de lucro– costeó con recursos de sus propios bolsillos.
Haciendo gala no solamente de la admiración que le produce la egregia figura del Libertador sino también de amplios conocimientos en materia histórica, el ingeniero García Mata analiza la personalidad del autor de nuestra Independencia a la vez que presenta el panorama que entonces se daba en la Nueva España, así como lo que habría ocurrido si el Libertador no hubiera sido primero derrocado y posteriormente asesinado:
“No cabe duda de que Iturbide pensó en todo, no sólo buscaba la Independencia de la Nueva España, sino también la consolidación del Nuevo Estado. Y cabe ahora hacer la pregunta siguiente: ¿Qué habría pasado si se hubiera conservado Iturbide como Gobernante al menos unos 10 años? Entre otras respuestas se tiene que la Nación Mexicana tendría el mayor territorio del Continente Americano, no se habría separado Centroamérica ni se hubieran “robado” las regiones del Norte los norteamericanos (gringos). Además, se hubiera mantenido la paz dentro del Imperio Mexicano y su desarrollo económico” (Op. Cit. Página 27)
Y decimos que la publicación de este libro es un signo esperanzador porque nos demuestra que existen mexicanos patriotas que no solamente aman la verdad histórica, sino que tienen la valentía de defenderla, aunque ello suponga nadar contra corriente.
Gracias a la obra de tan generoso y valiente escritor, Iturbide regresa al escenario.
Lo mejor de la obra del ingeniero García Mata –aparte de su invaluable aportación histórica– consiste en que es posible que su ejemplo sea imitado y que muy pronto otros autores se animen decidiéndose a tratar el tema y desbaratar las calumnias de la historia oficial.
Los sectores culturales mexicanos requieren de autores como Fernando García Mata que no solamente son valiosos sino también valerosos.
Y concluimos reproduciendo las estrofas que fueron suprimidas del Himno Nacional:
“Si a la lid contra hueste enemiga
Nos convoca la trompa guerrera,
De Iturbide la sacra bandera,
Mexicanos valientes, seguid”.
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