Las elecciones generales en España están cada vez más cerca y los problemas por liderar el país van en aumento.
Una gran agitación política se vive en España puesto que, aparte de los problemas derivados del separatismo catalán, se celebrarán elecciones generales el cada vez más próximo domingo 28 de abril.
Desde luego que el socialista Pedro Sánchez espera ser reelegido y su esperanza radica en que las encuestas lo colocan en un cómodo primer lugar.
Sin embargo, puede ocurrir que el gozo se le vaya al pozo ya que el descontento con las políticas el PSOE es cada vez mayor en un España que pide a gritos un cambio.
Y máxime tomando en cuenta el descalabro que sufrieron los socialistas en Andalucía, comunidad que, durante más de treinta años, fue un feudo de dicho partido. En las pasadas elecciones de diciembre, a pesar de haber obtenido mayoría relativa, la gran derrotada fue la presidenta Susana Díaz debido a la coalición hecha por el Partido Popular (PP) y por el movimiento Ciudadanos.
Una coalición que se vio reforzada por el apoyo que dio un nuevo partido que acaba de entrar con ímpetu en el escenario: VOX agrupación que concentra las simpatías de vastos sectores del conservadurismo español. Una agrupación cuyo dirigente es Santiago Abascal.
Muchos analistas políticos consideran que el 28 de abril pudiera repetirse lo de Andalucía.
Especialmente tomando en cuenta que muchas encuestas no son de fiar y que es creciente el repudio que sienten por los socialistas un gran porcentaje de los votantes españoles.
Pudiera ocurrir que, efectivamente, Pedro Sánchez ganase las elecciones con mayoría relativa y en ese caso tendría que hacer coalición con otras fuerzas políticas.
Desde luego que los radicales de izquierda, concentrados en el grupo PODEMOS, no pondrían ninguna objeción en ayudar a Pedro Sánchez y militantes del PSOE.
Aquí habría que ver si el número de diputados de ambas agrupaciones, PSOE y PODEMOS, es suficiente para lograr la mayoría absoluta.
Si sumasen dicha cantidad no habría problema y los españoles tendrían a Pedro Sánchez en la Moncloa los próximos cuatro años.
Ahora bien, si sumando los votos de PODEMOS, del PSOE e incluso de los separatistas vascos y catalanes no lograsen la necesaria mayoría, habría que ver qué número logran la unión del PP, de Ciudadanos y del grupo VOX.
Porque si esos tres partidos logran ponerse de acuerdo y sumar los diputados suficientes para lograr la mayoría absoluta, en ese caso el próximo presidente del gobierno español sería Pablo Casado.
Sin embargo, una nube parece oscurecer el horizonte: Nos referimos a la actitud ambigua adoptada por Albert Rivera y su partido Ciudadanos. No olvidemos que cuando tuvieron lugar las pasadas elecciones andaluzas, dicho partido se opuso a cualquier tipo de arreglo con el grupo VOX que dirige Santiago Abascal.
Si repitiera dicha actitud, pudiera ocurrir que Ciudadanos, en lugar de darle sus votos a una coalición de centro derecha, se los diera a una coalición de izquierda formada por PODEMOS y los socialistas de Pedro Sánchez.
Esto no extrañaría mucho ya que a pesar de que Albert Rivera suele comportarse como una veleta muchos analistas indican que grupos masónicos dirigidos desde Francia son quienes en realidad controlan dicho partido.
Si eso fuera verdad, podría ocurrir cualquier cosa, siendo lo más grave que muchos españoles conservadores que votaron a favor de Ciudadanos se viesen frustrados al ver como su voto acabó favoreciendo a los socialistas.
España vive un clima de precampaña puesto que la campaña oficial no tendrá lugar sino hasta mediados de abril.
Entretanto los políticos van tomando posiciones, empiezan a darse alianzas en las tinieblas y, fruto de todo ello, cualquier cosa puede ocurrir.
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