Acaba de iniciarse 2023. Quedan atrás las doce uvas tragadas a toda prisa la Noche de San Silvestre, los abrazos, los mejores deseos y las profecías para el año que comienza.
Y dentro de las profecías se escuchan las noticias más disparatadas que carecen del más elemental sustento científico por la sencilla razón de que el futuro nadie, excepto Dios, lo conoce.
Sin embargo, aunque no tenemos posibilidad de conocer el futuro, lo que sí tenemos es la posibilidad de prepararnos y evitar alguna sorpresa desagradable.
Como el caso de quien tiene la prudencia de ir ahorrando parte de lo que le sobra con el fin de asegurar una vejez tranquila y sin sobresaltos.
Así pues, más que andar perdiendo tiempo y dinero con charlatanes como son los brujos y adivinos, lo prudente es ver el calendario de 2023, los eventos que tendrán lugar y poner todo nuestro empeño en que todo salga lo mejor que sea posible.
Por ejemplo, en este flamante 2023 habrán de celebrarse elecciones tanto en Coahuila como en el Estado de México.
Aunque no conocemos lo que habrá de ocurrir en ambas campañas, así como los resultados finales de dichos comicios, lo que sí podemos hacer es tratar de influir en los resultados de ambas participando con nuestro voto.
Así pues, que no se quejen ni los mexiquenses ni los coahuilenses si, en lugar de cumplir como ciudadanos responsables votando el día de las elecciones, prefieren quedarse en casa tomándose unas cervezas con un grupo de amigotes.
Es de vital importancia que la ciudadanía participe en política expresando su voluntad; como lo hicieron cientos de miles de mexicanos el domingo 13 de noviembre del año pasado cuando salieron a las calles para protestar exigiendo justicia a las autoridades.
La participación masiva de los ciudadanos –y más cuando son cientos de miles los que hacen oír sus voces- influye siempre en los líderes de los partidos políticos quienes, al escuchar miles de voces de protestas, se lo pensarán varias veces antes de atreverse a proponer un proyecto de ley que vaya en contra del sentir popular.
De este modo vemos cómo la opinión pública es también una de las fuentes del Derecho.
Una fuente que el legislador habrá de tomar muy en cuenta.
Y dentro del ambiente de estos primeros días del Año Nuevo, hay quienes ingenuamente piensan e incluso afirman que la sola llegada de un nuevo año es garantía de que todo habrá de mejorar.
Craso error pensar de ese modo.
Y lo calificamos de craso error porque, si se mantienen las equivocadas políticas económicas que se han venido siguiendo durante los últimos cuatro años, en vez de mejorar, la situación irá empeorando.
Si en verdad deseamos que todo cambie a partir del nuevo año que estamos iniciando, se impone que se dé un viraje en el manejo de la economía.
Un viraje que requiere que al sector empresarial se le den garantías con el fin de que invierta fundando empresas que ayudarán a resolver el problema del desempleo y, de ese modo, ayudar a comer a millones de mexicanos.
Es aquí donde los ciudadanos podemos influir exigiéndole a las diferentes instituciones del sector empresarial –como podría ser la COPARMEX- para que presionen exigiendo leyes que favorezcan el desarrollo económico.
Por lo tanto y a manera de conclusión: En lugar de perder tiempo y dinero oyendo a charlatanes que se las dan de adivinos y que solamente nos ponen los pelos de punta, lo que debemos hacer es tomar conciencia de nuestra participación cívica para exigirles a nuestros legisladores que promulguen leyes que favorezcan la concordia y el crecimiento económico.
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