¿Se da cuenta Barbosa de que le está dando falsas esperanzas a un vasto sector de la población como es el de los marginados al señalar que los pobres no enferman de coronavirus?
Si acaso Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, tenía alguna duda por si pasaría o no a la Historia puede ya respirar tranquilo.
Y es que, después de la declaración hecha el 25 de marzo, Clío –la musa de la Historia– decidió registrarlo con todos los honores en las páginas de la posteridad.
Reconocemos que no es ésta la primera vez que ocurre algo parecido.
Sucedió allá en los tiempos de la Antigua Grecia cuando un tal Eróstrato –al igual que Barbosa– también andaba preocupado al pensar que se iba a morir sin haber logrado que le recordasen las generaciones futuras.
Y fue así como a Eróstrato se le ocurrió una idea genial…
Decidió prenderle fuego al templo que la diosa Diana tenía en la ciudad de Éfeso. Una vez consumada su fechoría, todos aborrecieron a un Eróstrato cuyo nombre quedó maldito por los siglos de los siglos.
Sin embargo, Eróstrato logró su cometido: Pasó a la eternidad.
Consideramos que algo parecido (a escala diminuta) es lo que está pasando con Barbosa.
Con el objeto de que no se nos tache de tendenciosos, citamos lo que –a propósito del coronavirus– dijo el gobernador poblano: “Quienes están contagiados ahorita, seguramente hay mucha gente, algunos son padres de familia, sí, la mayoría son gente acomodada, eh. Si ustedes son ricos, tienen el riesgo, si ustedes son pobres, no, los pobres estamos inmunes, sale” (Diario Reforma, jueves 26 de marzo de 2020).
Ni duda cabe que este tipo de vergüenzas siempre las padece quien, antes de hablar, se olvida de conectar la lengua con el cerebro.
Aparte de la barbaridad expresada públicamente ante los medios… ¿Se da cuenta Barbosa de que le está dando falsas esperanzas a un vasto sector de la población como es el de los marginados?
Miles de ellos –en su gran mayoría– cuentan con una instrucción deficiente creyendo “a pie juntillas” lo que dice un personaje en el radio, en la prensa o en la televisión.
Y si se trata de un gobernador esos miles o tal vez millones se tragan la píldora, se confían y dejan de tomar las debidas precauciones sanitarias.
¿Acaso desea Barbosa que se despreocupen para que se contagien y acaben muriendo como si fuesen moscas?
¿Acaso Barbosa (otra de sus “ocurrencias”) piensa que la mejor vacuna contra el coronavirus es un plato de mole de guajolote?
Aparte de fomentar la lucha de clases con dicha declaración… ¿Por qué pretende Barbosa engañarnos al hacernos creer que es pobre? ¿Acaso no es noticia que todo mundo comenta que, recientemente, compró la casa del expresidente Miguel de la Madrid que se encuentra en Coyoacán?
Y en otro orden de ideas: Todos sabemos que, desgraciadamente, Barbosa está afectado por una grave enfermedad llamada diabetes… ¿La adquirió cuando era pobre o ahora que es rico?
En sus conferencias relativas a la pandemia del coronavirus, el doctor Hugo López Gatell insiste en que todos debemos cuidarnos, especialmente aquellos sectores más vulnerables entre los que se encuentran gente de la tercera edad, así como quienes padezcan obesidad, hipertensión o alguna grave enfermedad.
El gobernador Barbosa, infortunadamente, se encuentra dentro de un rango de alto riesgo puesto que tiene sobrepeso, padece diabetes, es de edad avanzada y ahora ¡el colmo! Nos enteramos de que es inmensamente rico.
En fin… ¿Qué se puede esperar de un elemento que, después del accidente en el que fallecieron el senador Rafael Moreno Valle y su esposa la gobernadora Martha Erika Alonso, afirmó que se trataba de un castigo divino?
Barbosa, militante destacado del partido Morena y que sirve de ejemplo a quienes alientan la llamada Cuarta Transformación. ¡Que Dios nos agarre confesados!
Barbosa, un sujeto que jamás piensa lo que dice, que desprecia olímpicamente a los medios de comunicación y que –con tal de pasar a la Historia– es capaz de cualquier cosa…como Eróstrato.
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