Desde principios de febrero nada se sabe de Daniel Ortega, donde se encuentra y si está vivo o muerto.
Empezaremos diciendo que Daniel Ortega no es el taquero de la esquina, ni el conserje de un condominio en la colonia del Valle ni tampoco alguien que se dedique a vender refacciones robadas en la colonia Buenos Aires.
Daniel Ortega es el presidente de Nicaragua o sea todo un Jefe de Estado, razón más que justificada para que estemos preocupados por conocer su paradero.
Nicaragua es un importante país de Centroamérica que limita al norte con Honduras y al sur con Costa Rica, que tiene litorales tanto en el Caribe como en el Pacífico, cuya población sobrepasa los seis millones de habitantes, que hablan casi todos español, en donde el 58 por ciento son católicos y el 21 por ciento evangélicos y que ha sufrido una serie de continuas desgracias durante las últimas décadas.
Todo empezó con Anastasio Somoza quien, después de asesinar al patriota César Augusto Sandino, tomó el poder, hizo de Nicaragua su patrimonio familiar y –a pesar de que fue asesinado en 1956– heredó el poder a sus hijos.
A partir de entonces, la dinastía Somoza se dedicó a exprimir al pueblo con el mismo ímpetu con que un vendedor de jugos exprime un limón.
Eran los difíciles tiempos de la Guerra Fría en los que –tras la comunicación de Cuba por Fidel Castro– los Estados Unidos no solamente toleraban sino incluso apoyaban a estos dictadores bananeros.
Y es que, a los ojos de Washington, cualquiera de ellos –por muy asesino y corrupto que fuera– era preferible antes que lo comunistas llegasen al poder.
Y fue así como los Estados Unidos apoyaron a dictadores como Batista en Cuba, Trujillo en la República Dominicana, Rojas Pinilla en Colombia, Pérez Jiménez en Venezuela y Somoza en Nicaragua.
Tras la llegada de James Carter a la presidencia de los Estados Unidos (enero de 1977) los rebeldes sandinistas opositores a Somoza recibieron un fuerte apoyo del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Somoza es derrocado en julio de 1979, los sandinistas toman el poder y, a partir de ese momento, se dice que los comunistas han vuelto a poner un pie en tierra firme del continente americano, concretamente en Nicaragua, con lo cual –dada la situación geográfica de dicho país– el continente quedaba partido por la cintura.
La ocasión anterior en que el comunista había puesto un pie en tierra firme había sido en Chile tras el triunfo de Salvador Allende en septiembre de 1970.
Un golpe de estado dado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973 paró en seco el expansionismo soviético en Hispanoamérica.
Tras la caída de Somoza y la conquista del poder por los sandinistas, los rojos se repusieron de la derrota sufrida en Chile.
Muy pronto el nuevo gobierno –uno de cuyos miembros era Daniel Ortega– impuso un sistema de gobierno muy parecido al que había impuesto Fidel Castro en Cuba.
Sin embargo, tras la llegada de Ronald Reagan a la presidencia de los Estados Unidos (enero de 1981) empiezan las hostilidades contra el régimen sandinista.
En 1987 Daniel Ortega ocupa la presidencia, pero son tales las presiones de la Casa Blanca que se ve obligado a entregarle el poder a Violeta Chamorro quien había ganado los comicios.
Violeta Chamorro hace un buen gobierno, pero, infortunadamente, quienes vinieron detrás de ella –aparte de torpes– se vieron envueltos en varios escándalos de corrupción que crearon tal resentimiento que esto provocó que –tras ganar las elecciones– Daniel Ortega subiese al poder en 2007.
Contando con el apoyo incondicional de Barack Obama, Ortega vuelve a las andadas y es así como, apoyándose en Cuba y Venezuela, implanta una dictadura populista.
Nicaragua, padece la terrible disyuntiva de quien se encuentra entre la sartén y el fuego.
Hace más de un año que el descontento desbordó la paciencia de los nicaragüenses quienes estallaron manifestándose en contra de Daniel Ortega y de su esposa Rosario Murillo quienes, bajo la máscara de un régimen populista, ocultan un sistema igual o peor de corrupto que el de la dinastía Somoza.
Es entonces cuando se dan una serie de cambios dentro de la geopolítica continental.
En noviembre de 2019 –debido a las presiones de Donald Trump– el presidente Evo Morales renuncia en Bolivia.
Hace ya varias semanas que circula en las redes y diversos medios un manifiesto pidiendo precio a la cabeza de Nicolás Maduro y cercanos colaboradores a quienes se acusa de ser los principales narcotraficantes de la región.
Esto es para analizarse puesto que pudiera ocurrir que, en plena campaña electoral, Trump se decidiera a invadir Venezuela, deponer a Maduro y encarcelarlo. Algo parecido a lo que, en 1989, hizo el entonces presidente George Bush con el dictador panameño Marco Antonio Noriega a quien derrocó y encerró en una prisión norteamericana.
Ahora bien y volviendo a la pregunta que da título a este trabajo…
Desde principios de febrero nada se sabe de Daniel Ortega, donde se encuentra y si está vivo o muerto.
¿Dónde está Daniel Ortega? Interesante pregunta cuya respuesta puede dar pistas sobre el futuro inmediato de nuestra querida América del dolor y de la esperanza.
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